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celebracion colombiana
 

FRASES FAMOSAS EN EL PASADO
Y PARA EL PRESENTE DE MARMATO

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“Minas de la Vega de Supía”, 1826

Making the white man rich
Gold Production, Colombia, 1826

Caption, “Mines de la Vega de Supia.” The author describes how the gold ore is extracted and processed; the latter mainly the labor of black women, one of whom is shown with an infant child in a basket on her back.
Tomado de: http://myurbanhangout.com/showthread.php?p=981517

 

“Por los lados del Taibá, vivía Porré. Algunos dicen que era la madre del oro. Fue un animal muy grande, especie de culebra pero con barba. Cada pelo de su barba tenía como cinco dedos de grueso, como el bejuco cuamanda (...) [El jaibaná] Miquiso le jaló la barba y vio que se quedaba sin moverse, dormido. Después tocaron otra vez el caracol y cayó el animal clavado en los miasú y ahí mismo murió y todo su cuerpo se enterró, tragado por la tierra. Miquiso había advertido que su cuerpo resultaría de puro oro, que se convertiría en venas de oro entre la tierra. (Relato de Avelino Nakábera, indígena Embera Chamí de Risaralda, 1973, en: Luis Fernando Vélez Vélez, Relatos tradicionales de la cultura Catía, Medellín, ed. U. de A., 1990).

“En fin por las faldas de esta cordillera se han hallado grandes mineros de plata y oro así por la parte de Antioquia, como la de Cartago, que es en la gobernación de Popayán y en todo el reino del Perú. Y si hubiese quien lo sacare, hay oro y plata que sacar para siempre jamás. Porque en las sierras y en los llanos y en los ríos y por todas partes que caben y busquen, hallarán plata y oro” (Pedro Cieza de León, Crónica del Perú, primera parte, cap. CXV, 1553).

“A otro lado del cerro de Quiebra-Lomo hay otro río que llaman Zupiasí, que está abajo de las minas dichas; ansimismo sacan oro. A dos leguas y media de este cerro hay otras minas que llaman del Río Grande [río Cauca], tierra muy poblada de muchos cañaverales e pásase un pedazo de montaña; es un cerro altísimo. El oro que aquí se saca es oro el marmato que llaman; tiene de ley nueve, diez y once quilates, que sale destas leyes. E más debajo destas minas hay otras en que también se saca oro más bajo de ley y a un tiro de arcabuz deste cerro del Marmato hay otro cerro [Echandía], asimesmo muy alto, que se saca oro en él por socavones, que así los tenían hechos los naturales cuando los españoles entraron; tiene ley de catorce quilates y a diez y seis quilates. Asimesmo hay otro cerro a tres leguas de las minas de Quiebra-Lomo que llaman el cerro de Picara [al lado del actual Bonafont], sácase oro en él; tiene diez y siete e diez y ocho quilates. A dos leguas deste propio cerro hay otras minas que llaman Mapura; sácase muy buen oro de diez y ocho quilates; hay en este cerro muy pocas aguas e como no llueva sácase poco oro. Una legua destas dichas minas hay otras que se ha sacado y saca bueno oro, que se llaman las minas de Guacayca; tiene de ley veinte y dos quilates y medio y es oro granado. Hay también en el cerro de Quiebra-Lomo minas de azogue [mercurio o plata viva]. Abajo destas minas hay algunas zabanas, donde se cría ganado vacuno e yeguas” (“Memoria sobre Popayán”, 1583, de Francisco Guillén Chaparro, en: revista Cespedesia de la U. del Valle, Nos. 45-46, suplemento No. 4, enero-junio 1983)

“El cerro de Marmato es el más elevado [de la Vega de Supía], mirado desde aquel llano, como capitán de los otros cerros. Es todo de oro, desde el copete hasta su cimiento. Este lo posee don Agustín de Castro, vecino y minero de aquel sitio; llámase dueño de él contra todas las reglas que prescriben las Ordenanzas Reales de Minas, en tomo de a folio dedicado a nuestro Católico Monarca, el Señor don Carlos III (que Dios guarde), donde se le dan a los mineros de vetas, un frente de 60 varas (…); pero don Agustín de Castro, indigesto y avaro, luego que se sabía que se había descubierto alguna veta rica, lanzaba y perseguía a la gente, hasta que ha conseguido desterrar a todos, cuando no se le perjudicaba en nada, por la dilación del cerro y suma distancia de labores, y como aquellos pobres no tienen razones ni medios para quejarse de don Agustín de Castro, por verlo con 80 o más negros, alcalde ordinario los más años, elegido por los de la ciudad de Anserma, por compadre de unos y menesteroso de otros, se sale de allí con cuanto quiere (…) Quítesele a don Agustín de Castro la potestad que usa, sin perjudicarle a él para sus labores, y se verá si hay crecido aumento en las sacas de oro” (“Paréntesis de la Vega de Supía”, anónimo, 1770 aprox., ídem).

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“Los trabajos subterráneos de Marmato son los más extendidos en el distrito de la Vega de Supía y no se sabe en cuál época fueron comenzados, pero no es imposible que varios de ellos sean anteriores a la conquista. Es muy seguro que los españoles hicieran trabajar en las minas a los ‘repartimientos’ [encomiendas de indios] que les habían tocado en suerte; pero allí, como en el resto de la Nueva Granada, los indígenas sucumbieron a la pena y es a partir de la introducción de los negros de África cuando las minas fueron explotadas con cierta actividad (…) Era un curioso espectáculo el del cerro de Marmato con las pobres chozas como suspendidas a la entrada de cada excavación y sus habitantes negros ocupados en la molienda y lavado de la pirita  (…) Los trabajadores a mis órdenes eran negros esclavos, negros libres, mulatos y mestizos (…) El sitio de Marmato [en 1825], porque ni siquiera era un caserío, consistía en una serie de tristes cabañas levantadas a diversas alturas, pues habría sido imposible encontrar un terreno plano suficiente para construir 2 o 3 habitaciones por lo pendiente de la montaña (…) Al echar un vistazo sobre los planos y cortes del Cerro se podrá comprender la actividad desarrollada en los trabajos de Marmato. Allí, en donde sobre una pendiente abrupta no se veían sino algunas miserables chozas de esclavos, vimos surgir una fábrica que producía mensualmente en 1832, 32 libras de oro en lingotes (…) La roca es lo suficientemente sólida para que no sea necesario empalizarla” (Jean Baptiste Boussingault, Memorias, Tomo II. Biblioteca V Centenario. Viajeros por Colombia. Bogotá, Banco de la República, 1987).

Marmato [con Boussingault] fue entonces como una Escuela práctica de minas, de que tánto necesitaba la nación. De allí salió Mr. Tyrell Moore, que enseñó en Antioquia la construcción de los molinos de pisones, de los arrastres, de las mesas de concentración y estableció la Hacienda de Fundición de Titiribí (Vicente Restrepo, Las minas de oro y plata de Colombia, 1888).

"Los pueblos de minería de Marmato, Chandía, San Juan de Marmato parecen pegados a la vertiente como unos nidos de golondrinas. El pueblo de Marmato, de bastante importancia, recuerda más a las regiones californianas de oro en Norteamérica a mediados de nuestro siglo, que a Colombia. La población, compuesta de algunos empleados ingleses y alemanes, de muchos negros y aventureros antioqueños, que tuvieron que abandonar el territorio al otro lado del Arquía por una u otra causa, da una impresión bastante atrevida y temeraria” (Friedrich Von Schenck, Un viajero alemán por los caminos de Antioquia en 1882).
Archivo:Negro Marin.jpg

“No olvide aser algo por esta pobre Probincia que tanto necesita del apollo de hombres como usted pues aquí no hay cañada ni bosque donde quiera que balla un individuo a trabajar que no esté un empleado del señor Vásquez Cobo cobrando tributo... tampoco olbiden trabajar el asunto de esas cincuenta mil acciones que Vásquez Cobo tiene en la mina de Marmato pertenecientes a la nación…" (Carta del general Ramón ‘El Negro’ Marín, al general Rafael Uribe Uribe, 29  de agosto de 1909, en: Otto Morales Benítez, Marmato en la perspectiva de la historia nacional, 1993).

“Rogamos a la honorable Cámara que pare mientes a esta solución y le preste la debida atención: con el contrato Uribe Afanador el arrendador (la compañía a quién él traspase) va a ser dueña de una u otra manera de los destinos del Municipio de Marmato, y ya sabe la honorable Cámara la cuestión social tan delicada que confronta este municipio, que vive en absoluto de las minas. Aprobar el contrato es entregar 8.000 habitantes a la explotación, no siempre leal y honorable de una compañía poderosa, probablemente extranjera” (Informe de minoría a la Cámara de Representantes, 1936, tomado de “Supía y Marmato ante la Cámara”, Bogotá, Imprenta Nacional, 1936).

 

“El tema de Marmato es de nunca acabar. Es el más preocupante de mi gobierno. (…) También compartimos la incertidumbre de qué va a pasar con Marmato. De un lado tenemos la ambición financiera de los inversionistas, y de otro la ambición de los mineros que van vendiendo sus fincas. He ordenado que cada 15 días haya una reunión con la dirigencia de Marmato. Es un tema muy superior a las fuerzas del Departamento. Mientras tanto vamos a seguir pavimentando la carretera, pero no sabemos si cuando llegue va a haber gente en Marmato. Marmato está declarado patrimonio cultural, y ahí existe un conflicto con el proyecto minero” (Emilio Echeverry Mejía, gobernador de Caldas, durante el Encuentro de la Subregión del Alto Occidente Caldense realizado en Riosucio el 15 de febrero de 2007, en: Relatoría del CRIDEC).

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“Lo que me gusta decir es que los españoles descubrieron América hace 500 años y los canadienses descubrieron Colombia hace 10. De lo que estamos muy contentos” (Intervención de Juan Carlos Echeverry, ministro de Hacienda de Colombia en la IV Reunión Ministerial de Ministros de Finanzas de América, celebrada en Calgary, Canadá, 28 de marzo de 2010. Tomado de  internet).

 “- ¿El reasentamiento es fundamental para sacar adelante el proyecto?
“- Sí, y el foro fue clave para poder explicar cuáles son las razones fundamentales para el reasentamiento. Debajo del casco urbano de Marmato hay un gran depósito de oro que llegará a ser, aproximadamente, de 10 millones de onzas y la única forma de extraer esa riqueza es con un proyecto a cielo abierto de gran escala (Juan Manuel Peláez, presidente de Medoro Resources, en: Portafolio, 20 de diciembre de 2010).

Cuando se plantea sustituir la minería de socavón por una minería de cielo abierto, no se está haciendo con un criterio que atropelle a la comunidad, todo lo contrario, se hace para garantizar la vida y la seguridad a las personas (…) Una minería a cielo abierto, en el caso particular de Marmato, es más conveniente que la minería de socavón y tiene que hacerse con un proceso de socialización y diálogo que permita la persuasión de la comunidad” (Boletín de prensa del Ministerio de Minas sobre visita del ministro Carlos Rodado Noriega a Marmato del 8 de febrero de 2011).

“Por razones técnicas, no todo el casco urbano del municipio de Marmato debe ser reasentado. Eso está soportado en un estudio técnico de riesgo, que hasta hoy, seis meses después, no ha sido rebatido por nadie, y fue insumo además del Plan de Ordenamiento que está muy pronto a ser concertado frente al Concejo Municipal y a ser aprobado. En el estudio dice (…)que esta zona donde estamos, que es el casco urbano antiguo, la situación de riesgo que puede presentarse puede ser mitigada a través de obras de estabilidad de taludes, como en efecto la Corporación lo ha hecho (…) Entonces, lo primero que debo dejar claro es que ya hay un documento técnico soporte, plasmado en el EOT, donde dice que no todo Marmato debe ser reasentado, no hay que reubicarlo, no tiene que desplazarse por ninguna razón desde lo técnico” (Juan David Arango, director de Corpocaldas, socialización del Plan de Acción Inmediato de Marmato;  Marmato, marzo de 2011).

“… el Concejo Municipal acuerda plasmar como tal los siguientes ajustes que surgieron de las socializaciones realizadas en los diferentes sectores del municipio (…): 1)Conservarle a El Llano (La Betulia) éste nombre, y en consecuencia suprimir el de Nuevo Marmato en todo el articulado; 2) Conservar la cabecera municipal en la Zona Histórica, y mantener en ella la Alcaldía, el Concejo, la Iglesia, la Institución Educativa, el Comando de Policía y demás instituciones propias de la dinámica institucional y social de dicha cabecera; 3) No a la explotación minera a cielo abierto en el municipio de Marmato Caldas. De acuerdo al Artículo 33 de la Ley 136, y Artículo 313 de la Constitución Nacional. Apoyar la minería artesanal tradicional” (Artículo 199 del Proyecto de Acuerdo Nº 83 de 2011, aprobado por el Concejo Municipal de Marmato el 21 de diciembre de de 2011).

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 “Estamos coincidiendo en que la explotación minera a cielo abierto no debe hacerse en Colombia, en ninguna parte, y menos en Marmato. Aquí se ha dicho que hay unos valores culturales, ancestrales, prontos por defender; hay una voluntad mayoritaria de los habitantes de Marmato que ha sido expresada a través de múltiples medios y nosotros como consecuencia de esto nos oponemos a la explotación minera  a cielo abierto y obviamente respaldamos el criterio mayoritario del pueblo de Marmato, que quiere permanecer en la historia, que quiere permanecer siendo como ha sido un conglomerado social único en expresiones culturales y en manifestaciones sociales óptimas” (Guido Echeverry Piedrahita,  gobernador del Departamento de Caldas. Intervención ante una delegación de observadores canadienses y estadounidenses y de líderes marmateños. Manizales, 18 de enero de 2012).

“En dos meses esperamos determinar qué técnica de explotación se va a utilizar en ese municipio, entre ellas la de cielo abierto, aunque estamos abiertos a todas las opciones. Sin embargo la explotación a cielo abierto no ha tenido el respaldo del Gobierno de Caldas, pero el proceso será concertado con las comunidades y los gobiernos locales” (María Consuelo Araújo, presidenta de Gran Colombia Gold, Caracol, 23 de mayo de 2012).

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Tomado de: MarmatoMío: http://marmato.blogspot.com/