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Riosucio, Caldas, 4, I, 2008. Este año comienza una nueva etapa para esta página, porque finalmente, luego de dos años de cavilaciones, fue convocada la conmemoración de los 200 años de la independencia de Colombia, tanto por el Gobierno Nacional como por la Alcaldía de Bogotá.
Y a nivel latinoamericano, ya no es sólo Chile quien avanza en los preparativos biseculares, sino también Bolivia, Ecuador, México y Argentina. Y además España, que perdió esa guerra.
Un salto cualitativo, que recalca diferencia con los años anteriores, en los que era marcado el aislamiento de patrias de corral con que se estaban asumiendo las efemérides nacionales, lo constituye la conformación del Grupo de siete países que liderarán un Bicentenario de alcance continental 2009-2011 (Carta de Valparaíso), y cuyo primer turno de secretaría le correspondió a Bolivia.
Sólo una cosa hace falta: que el Bicentenario latinoamericano tenga el impacto universal que hace dos siglos tuviera la guerra de independencia.
Ese va a ser el objetivo que asumirá esta página a partir de ahora: difundir a nivel mundial el hecho formidable de la conmemoración de los 200 años del surgimiento de una docena de naciones libres e independientes en un continente sometido por tres siglos a la dominación europea, y convertirse en dos años en uno de los sitios más visitados en la internet.
La apuesta es alta, pero también lo era cuando en 2004 abrimos la página www.bicentenario2010.com y cuando en 2005 nos publicó el libro la Universidad de Antioquia. Entonces no sólo pensaban muchos que estaba demasiado lejos la celebración, sino que había fuertes tendencias que propugnaban por aplazarla en Colombia para 2019. Igual para 2004 sólo algunas empresas españolas pensaban el Bicentenario en términos continentales (ellos insisten en decir “iberoamericanos”), y nuestra página se ha mantenido hasta ahora como el único sitio web que tiene ese enfoque, en espera que el Grupo latinoamericano de países haga lo propio.
También hemos logrado en estos cuatro años llenar desde una perspectiva ciudadana el espacio que dejó vacío tantos años el sector oficial, y hoy nuestra página ha sido acogida como enlace en gran número de portales, tanto gubernamentales como de iniciativa privada.
Todo ello nos permite ser optimista sobre las metas que pretendemos alcanzar, pero vamos a necesitar mucho apoyo, el que buscaremos en embajadas, empresas de todas partes del mundo y cooperación internacional.
Igual el reto nos significa mejorar técnicamente la página, crecer la capacidad de alojamiento, traducirla a varios idiomas, rediseñar su formato, posiblemente darle otra forma legal, y dedicarle tiempo completo.
La dimensión imaginada nos exige el -por el momento- sacrificio de renunciar al trabajo de asesoría en el Proyecto Embera Kirimcha Harapadé (Casa de Pensamiento Embera) del Consejo Regional Indígena de Caldas (CRIDEC), que nos acogió dos años y nos permitió financiar con recursos personales la página.
También nos hace pasar por la amargura de recoger los bártulos de esta hermosa y acogedora ciudad de Riosucio (Caldas), y radicarnos en la tierra natal, Medellín, para mejor rebuscar los apoyos requeridos.
Un Feliz Año para todos y que se cumplan a todos los sueños.
Riosucio, Caldas, 3, VIII, 2006. Hoy hace exactamente 200 años que Francisco Miranda arribó en el bergantín “Leandro” a la ciudad de Coro, en la costa venezolana, en el primer intento militar por derrocar el imperio español.
En dos o tres días estaremos de nuevo en el ciberespacio. Esta página estuvo activa entre agosto de 2004 y agosto de 2005, siendo editada primero desde Bogotá y luego desde Medellín, pero hubo que dejarla expirar por falta de recursos para renovar el registro del dominio y su alojamiento en un hosting. Hoy inauguramos una segunda época, desde Riosucio, Caldas, a donde nos ha conducido una ya vieja trayectoria de trabajo en el movimiento indígena.
Los motivos para volver a editar la página tienen mucho que ver con la tranquilidad que produce saber a qué atenerse respecto de las conmemoraciones bicentenarias en nuestro país. Simplemente, aquí no va a pasar nada. Lo confirmamos el 20 de julio pasado, cuando el Día de la Independencia no pasó de ser otro desfile militar, con el presidente Uribe mirando para el páramo.
Preocupante que el alcalde de Bogotá, que no tendría porqué plegarse a las políticas presidenciales, se mantenga negado a cualquier iniciativa para 2010.
Sólo la voluntad de los historiadores de organizarse con miras al Bicentenario aporta una esperanza de que el Bicentenario del surgimiento de Colombia como nación no pasará inadvertido para la sociedad.
Así las cosas, con el mero ánimo de no perdernos un evento tan importante, y renunciando a desgastarnos en disputas estériles, reiniciamos la página web para ser espectadores, junto con ustedes, de las conmemoraciones que organizan los demás países de América Latina y de lo poco que se alcance a hacer en Colombia.
Desafortunadamente el dominio www.bicentenario2010.com, con el que comenzamos, fue comprado por una compañía que mercadea con dominios vencidos. Pero por el lado bueno, ello nos permite presentarnos con un nuevo nombre: www.albicentenario.com, que significa “América Latina Bicentenario”, aunque también puede leerse como “Hacia el Bicentenario”. |
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De este Grupo hacen parte los presidentes o directores de las Comisiones Nacionales de los países que celebran los 200 años de independencia entre 2009 y 2011 (Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, México, Paraguay y Venezuela, con invitación a Colombia y El Salvador). La página www.albicentenario.com es de los pocos invitados no oficiales a dicha reunión, y por ende debo sufragar los gastos de viaje.
No hace falta ponderar la importancia de asistir a esta reunión a la ancestral ciudad de Chuquisaca, ni los beneficios que derivarán los lectores de la información que podamos traer de allí.
Cualquier aporte lo pueden hacer en la Cuenta de Ahorros número 583 259 609 98 del Banco de Colombia, a nombre de Luis Javier Caicedo o hacerme sus sugerencias al correo-e: bicentenario_2010@yahoo.es.
Gratitud eterna por su colaboración. |
