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LOS RETOS DE LA COMISIÓN DE HONOR DEL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE COLOMBIA

 

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA EN LA INSTALACIÓN DE LA COMISIÓN DE HONOR, 15 DE JULIO DE 2008

Tomado de:

http://web.presidencia.gov.co/discursos/discursos2008/julio/bicentenario_15072008.html

 

Queremos agradecer inmensamente el ánimo de ustedes, que va a mover de manera muy determinante el ánimo nacional, con motivo de la celebración del Bicentenario.

“Durante esta primera etapa del año, se ha trabajado poniendo las bases para organizar muy bien la manera cómo habrá de conducirse la llegada al 20 de julio de 2010.

“Y quiero agradecer a los integrantes de la Comisión de Honor, que nos ayuden para darle todo el realce a esta efemérides tan importante de la Patria.

“Queremos que sea una gran oportunidad para revisar la historia, para fortalecer el capital social, para proyectar el futuro.

“Hace dos años concluimos la primera etapa de la Visión Colombia 2019. Se propuso, como una visión de largo plazo, que se esté ajustando periódicamente a través del debate democrático.

“Y se ha definido 2010 como una oportunidad para revisar las metas parciales que se han fijado dentro de la Visión 2019.

“Queremos anticipar el 20 de julio de 2010, con una gran motivación a todos los compatriotas, este 20 de julio de 2008 y el 20 de julio de 2009”.

 

PALABRAS DE LA ALTA CONSEJERA PRESIDENCIAL PARA EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA

Véase:

http://www.bicentenarioindependencia.gov.co/noticias/2008/cpb_080716a.asp

 

LOS RETOS DE LA COMISIÓN DE HONOR DEL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE COLOMBIA

 

El martes 16 de julio fue instalada en la Casa de Nariño la Comisión de Honor que encabezará la conmemoración de los 200 años de la independencia de Colombia 2010, bajo la presidencia de doña Lina Moreno de Uribe, la cual quedó integrada de la siguiente manera:

 

1

LINA MORENO DE URIBE

Filósofa, esposa del presidente de la República

2

BELISARIO BETANCUR CUARTAS

Ex presidente, conservador

3

ERNESTO SAMPER PIZANO

Ex presidente liberal

4

ANDRES PASTRANA ARANGO

Ex presidente conservador

5

CESAR GAVIRIA TRUJILLO

Ex presidente liberal

6

JORGE ORLANDO MELO

Historiador

7

MARGARITA GARRIDO

Historiadora, directora de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República

8

JAVIER OCAMPO LÒPEZ

Academia de Historia de Boyacá

9

ADOLFO MEISEL ROCA

Economista e historiador

10

GUSTAVO BELL

Ex vice presidente

11

JOSE OBDULIO GAVIRIA

Asesor presidencial

12

SANTIAGO DÍAZ PIEDRAHITA

Presidente de la Academia Colombiana de Historia

13

LUIS HORACIO LÓPEZ DOMÍNGUEZ

Secretario de la Academia Colombiana de Historia

14

MEDÓFILO MEDINA

Presidente de la Asociación Colombiana de Historiadores

15

ARMANDO MARTÍNEZ GARNICA

Academia de Historia de Santander, y UIS

16

LIDIA MUÑOZ CORDERO

Academia de Historia de Nariño

17

GENERAL JOSÉ ROBERTO IBÁÑEZ

Historiador

18

WALWIN PETERSON

Historiador y agricultor de San Andrés Islas

19

MALCOM DEAS

Historiador inglés

20

GILBERTO TORO

Director ejecutivo de la Federación Colombiana de Municipios

21

MARIA TERESA FORERO DE SAADE

Directora ejecutiva de la Federación Nacional de Departamentos

22

JAIME POSADA

Presidente del Colegio Máximo de Academias Colombianas

23

ELVIRA CUERVO DE JARAMILLO

Ex directora del Museo Nacional, ex ministra de cultura

24

MONSEÑOR GERMÁN PINILLA

Historiador

25

DARIO JARAMILLO AGUDELO

Poeta y escritor

26

JOSE DARIO URIBE ESCOBAR

Gerente Banco de la República

27

GONZALO ESPAÑA

Historiador

28

LORENZO MUELAS

Indígena Guambiano, ex constituyente

29

CARLOS CALERO

Historiador

30

VICENTE MARTÍNEZ

 

31

JACOBO PÉREZ ESCOBAR

Ex secretario de la Asamblea Nacional Constituyente

 

 

La índole de la Comisión, integrada básicamente con criterios académicos, es garantía de que finalmente Colombia tendrá un Bicentenario digno de su pueblo y de la importancia de la fecha.

 

Sin embargo, la ceremonia de instalación, reservada y lacónica, vaciada en formato de consejo comunitario y carente de formalidades (ni siquiera se le tomó juramento a los comisionados para el ejercicio de sus cargos concejiles), recordó que el Bicentenario colombiano va a tener que romper muchas barreras, producto de la inexistencia de una voluntad política que lo respalde, porque la instalación de una magnífica Comisión de Honor no hace olvidar que el Gobierno Nacional no tenía entre sus planes celebrar el Bicentenario de la independencia en 2010 (200 años del Grito de Independencia) sino en 2019 (200 años de la batalla de Boyacá y último del proyecto Visión Colombia 2019), por lo que el impulso gubernamental de la efeméride tendrá el desmaño propio de quien hace las cosas porque le tocó, pero no por que le nacen del corazón (así éste sea grande para otras cosas).

 

Basta pensar que es la primera vez en los anales de la República que los actos conmemorativos de la envergadura del que se avecina se echan a andar sin que previamente una Ley proclame la efeméride, excite el espíritu público, señale un mínimo organizativo nacional, defina el compromiso de los departamentos y municipios y disponga el presupuesto correspondiente. Así había pasado en 1910, 1919, 1960 y 1969.

 

Más temprano que tarde la Comisión de Honor se enfrentará a la necesidad de acudir al Congreso de la República (que ya archivó dos proyectos de leyes conmemorativas en 2003 y 2007), si bien tal vez no a buscar una legitimidad que a nadie parece interesar, por lo menos para conseguir los recursos públicos que nos libren de la tristeza de tener que costear el Bicentenario sólo con fondos donados por las empresas  colombianas y multinacionales y por gobiernos extranjeros (España, la ex metrópoli, ya ha destinado 1.2 millones de euros a un solo proyecto de la OEI para celebrar la independencia de sus ex colonias).

 

De otra parte, la Comisión de Honor deberá hacer frente a la invisibilidad del Bicentenario en la agenda pública, producto no sólo de la demora inexcusable en su convocatoria, sino también de la pérdida de la otrora versación en historia de los dirigentes de los partidos políticos –de gobierno y de oposición- y de los dueños de los medios de comunicación.

 

Fue decepcionante encontrar que al día siguiente de la instalación ¡de la Comisión de Honor para la celebración de los 200 años de la independencia de Colombia!, El Tiempo, El Espectador y El Colombiano, los diarios más grandes del país, no incluyeron la noticia en sus sitios web, y en su versión impresa El Tiempo sólo le dedicó un artículo en páginas interiores de 2 x 4” de grande, el tamaño de un aviso clasificado.

 

La Comisión de Honor deberá desplegar una ingente actividad dirigida a posicionar el Bicentenario en la opinión pública, que por lo menos la acerque al 103% de exposición del primer mandatario.

 

Otro reto de la Comisión, o no reto, sino su misión natural podría decirse, consiste en acercar a la conmemoración a los diferentes sectores de la sociedad. En la medida que, a diferencia de otros países, la Comisión Bicentenario de Colombia no tiene un carácter estamental, las organizaciones de trabajadores, maestros, campesinos, etnias, géneros y generaciones, así como las iglesias, gremios y universidades,  deben ser objeto de convocación por parte de la Comisión de Honor, pues son ellas las que mejor pueden dar cuenta de cuál ha sido su contribución o padecimiento en los últimos 200 años de construcción de país (sin que esto exima a las organizaciones sociales del imperativo de plantear un Bicentenario más allá de la convocatoria oficial).

 

Una particular atención debe dedicar la Comisión de Honor, y en particular su presidenta, a la coordinación de las diferentes instancias ejecutivas que han venido creándose en el camino de este Bicentenario que empezó al revés, donde la Comisión Organizadora fue lo último que se creó. Muy importantes las actividades que han venido desarrollando desde febrero último la Alta Consejería Presidencial para el Bicentenario y el Ministerio de Cultura, pero da la impresión que asistimos a un Bicentenario bicéfalo, con riesgo de transformarse en tricéfalo con la creación de la Fundación Bicentenario, y en una portentosa Hidra en cuanto entre a operar el Comité Intersectorial previsto, que, compuesto de seis ministerios y el Departamento Nacional de Planeación, tendrá a su cargo la ejecución de los programas y proyectos conmemorativos. Aquí cabe tener en cuenta también las relaciones de la Comisión con las otras ramas y órganos del poder público.

 

 La Comisión de Honor no puede desentenderse tampoco de dos frentes insoslayables (si todavía se puede hablar de frentes en el sentido castizo de esta palabra): el territorial y el internacional. Cómo vincular a los Departamentos y Municipios, cómo llegarle a los colombianos en el exterior y de qué manera hacer presencia activa en el Bicentenario Latinoamericano 2009-2010-2011 en marcha.

 

Tal vez una distribución en subcomisiones permitiría a la Comisión de Honor atender  las diferentes facetas de la organización del Bicentenario, como las señaladas, para que el buen número de sus integrantes no haga ver infuncional un organismo tan necesario y tan largamente esperado, salvo –claro está- que las funciones de la Comisión sean meramente honoríficas, como su nombre podría sugerirlo.

 

Sería interesante que la Comisión de Honor dedique parte de sus primeras sesiones a definir los escenarios  temporal y territorial del Bicentenario. En lo temporal, es casi impensable volver a plantear desde ahora una conmemoración hasta 2019, pero no lo es tanto concebir que la vigencia de la Comisión y del Bicentenario vaya hasta 2011, para comprender el segundo centenario de la Independencia de Cartagena (11 de noviembre de 1811), que también es una Fiesta Nacional.

 

En lo territorial, la celebración no debiera limitarse a los hechos acontecidos en Bogotá el 20 de julio de 1810, sino recuperar en la memoria pública que ese mismo año de 1810, antes que en la capital, hubo importantes sublevaciones periféricas, que no deben ser tenidas -200 años después- como meros antecedentes del Grito de Independencia, sino parte integral del mismo, como fueron los movimientos independentistas de Pore, Casanare (15 de febrero), Cartagena (22 de mayo), Mompox (2 de julio), Cali (3 de julio), Pamplona (6 de julio) y El Socorro, donde el 10 de julio de 1810 se libró la última y más trascendente batalla de los Comuneros, que apuntaló la revolución de Bogotá diez días más tarde.

 

Para terminar, es preciso meditar en que con la instalación de la Comisión de Honor comenzó en forma el Bicentenario en Colombia, lo cual nos pone en plan de tratar de desatrasarnos de unas conmemoraciones que Chile empezó desde el año 2000; España desde 2002 (y eso que perdió esa guerra); Bolivia y Ecuador desde 2004; México y Argentina desde 2005; Venezuela desde 2006, y nosotros apenas este año, junto con El Paraguay y El Salvador.

 

www.albicentenario.com

 

Medellín, 18 de julio de 2008