LA ACADEMIA COLOMBIANA DE HISTORIA ADVIERTE DEL CAMBIO DE LA FECHA DE INDEPENDENCIA E INSTA AL ALCALDE DE BOGOTÁ A INICIAR LA CELEBRACIÓN DEL BICENTENARIO 2010
“El presidente de la República podrá cambiar el presente, pero no el pasado” Roberto Velandia, Secretario de la Academia
Un firme pronunciamiento hizo el secretario de la Academia Colombiana de Historia en el último número del Boletín de esa institución, sobre el propósito del Gobierno Nacional de desconocer la independencia de 1810 y posponer el Bicentenario para 2019.
Al mismo tiempo, el académico Roberto Velandia hace un llamado al gobierno y al cabildo de Bogotá para que den comienzo a las conmemoraciones de 2010.
Como se sabe, el 7 de agosto de 2005 el doctor Álvaro Uribe Vélez presentó el documento del Departamento Nacional de Planeación “Visión Colombia para el Segundo Centenario 2019”, sustentado en que ese año “Colombia celebrará dos siglos de vida independiente”.
La Academia Colombiana de Historia, que por ley es órgano consultivo del Gobierno Nacional, advierte sobre el tema:
“Continúa la política de desconocimiento de la historia patria con el proyecto del Gobierno Nacional de sustituir el 20 de julio de 1810 como Día de la Independencia Nacional por el 7 de agosto de 1819, día de la batalla de Boyacá, con lo cual viene a cometer un atentado contra la historia nacional, a tergiversarla, a violentar una tradición de dos siglos, pues ese 20 de Julio está consagrado por la nación y por la historia (…)
“Al efecto, el Gobierno Nacional ha propuesto la conmemoración del Bicentenario para el 7 de agosto de 2019 y la ha encomendado a un organismo de planeación integrado por tecnólogos (…)
“Se fundamenta en el concepto de que la batalla de Boyacá le dio la independencia a Colombia, lo que no es exacto, sin tener en cuenta que fue una culminación del proceso emancipador iniciado y proclamado el 20 de julio de 1810 (…)
“Sorprende que el Gobierno Nacional en su afán reformista esté violentando la historia patria y tratando de tergiversar la fecha más solemne de Colombia. El presidente de la República podrá cambiar el presente pero no el pasado”.
Y acerca del Distrito Capital, dice:
“Bogotá fue la cuna de esa revolución, que ya venía enunciándose desde Cartagena, Cali, Mompox, Pamplona, Socorro [Pore, agregamos nosotros], y en ella tendría la más empinada tribuna para pregonarla a toda la nación (…)
“Estas son razones para impetrar del gobierno de Bogotá y su Cabildo el solemne e indeclinable compromiso de conmemorar el Bicentenario de la Independencia Nacional dignamente y con el esplendor que corresponde a una de las efemérides más trascendentales de América (…)
“Finalmente, ¿Por qué el Gobierno de Bogotá no ha consultado a su Academia de Historia sobre la conmemoración del Bicentenario de la Independencia? ¿Será que no tiene conciencia de la importancia y trascendencia de esta efeméride? ¿o no conoce su historia?
“En este momento, faltando apenas cuatro años para esa fecha, la Academia no puede ser indiferente ni permanecer en silencio ante la actitud negativa del Gobierno Distrital. Bien es cierto que últimamente Bogotá no piensa, no habla sino de urbanismo y de nuevas urbanizaciones, de plan maestro de acueducto y alcantarillado, de nuevas calles y avenidas, de planeación, de medio ambiente, de códigos de tránsito vehicular y de multas a sus infractores, de espacio público para los peatones quitándoselo a los automóviles particulares, de festivales populares, y no se preocupa sino de la financiación de su enciclopedia de gastos públicos. Piensa en el presente y el futuro, en globalizarse, universalizarse, pero no en el pasado y por eso no siente que el alma de la ciudad es su historia.
“Esa no es disculpa para no cumplir con una obligación imperativa, una obligación con la patria y con Bogotá, cual es la conmemoración digna y solemne del bicentenario de un día heráldico de la historia nacional que le dio gloria a la ciudad y la incorporó a los anales de la Independencia y la Libertad de la nación para honra perpetua de su nombre, que desde entonces resplandece en el Olimpo de las capitales emancipadoras de la América hispana, en las cuales la España Imperial creadora de naciones se transformó en un imperio de democracias”.
Tomado de: Roberto Velandia, “Bogotá ante el Bicentenario de la independencia”, en Boletín de Historia y Antigüedades, órgano de la Academia Colombiana de Historia. Bogotá, vol. XCIII, Nº 832, ene-mar 2006, págs. 3, 6, 7, 11 y 12.
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