PROPUESTA DE BICENTENARIO DE CRISTINA FERNÁNDEZ
La elección de Cristina Fernández a la Presidencia de Argentina el pasado 28 de octubre tiene gran importancia para el Bicentenario de su país y de Iberoamérica.
Como esposa del presidente Kirchner, ella asumió como causa propia la conmemoración en 2010 del Bicentenario de la Revolución de Mayo, retomando las iniciativas de celebración abandonadas del año 2000, y haciendo caso omiso de un debate sobre la fecha de independencia, ubicada por muchos en 1816.
Su iniciativa la llevó a que en la Cumbre de Jefes de Estado de Iberoamérica efectuada en Salamanca (España) en octubre de 2005, ella hiciera el lobby para que Buenos Aires fuera escogida como sede de ese evento en 2010. Es decir, que esa va a ser la Cumbre Iberoamericana del Bicentenario.
Le corresponderá entonces a ella hacer equipo con Chile (que lidera la Mesa de Trabajo continental creada en Valparaíso en julio 2007) para organizar el Bicentenario conjunto latinoamericano.
Esto no será extraño, pues hace unos años los presidentes Lagos y de la Rúa se habían puesto de acuerdo en celebrar unidos el Bicentenario, y en pedir a la FIFA la sede conjunta para el Mundial de Fútbol en 2010.
03-09-2007 DISCURSO EN EL ACTO DE PRESENTACIÓN Y FIRMA DE LAS ACTAS-ACUERDOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL PROYECTO DEL PARQUE Y CENTRO CULTURAL DEL BICENTENARIO.
"Que el Bicentenario de nuestro país sea un lugar de encuentro, de reflexiones y de historia común".
Tomado de: http://www.cristina.com.ar/discursos_ampliada.php?id=142
Hace un tiempo largo ya que vengo pensando en el Bicentenario. Esto que hoy acabamos de ver, que nos han explicado tan brillantemente guarda relación con uno de los aspectos con los que yo sueño para el 2010, lo que podría ser una arquitectura física, una conmemoración física de un espacio público concreto, donde todos los argentinos y todas las argentinas podamos reconocernos en un acto de reflexión en estos 200 años que va a cumplir nuestro país, la República Argentina.
Junto con este maravilloso espacio, se va a unir – lo veníamos charlando con Jorge Telerman– con un proyecto que a mí realmente me gusta mucho, que es el de la Plaza de Mayo que hizo el Gobierno de la Ciudad con los distintos límites de las distintas plazas. Desde la del 25 de mayo, pasando por el 22 antes, la de la conformación de Buenos Aires, del país, en 1853. No sé si también estará la del 60’, cuando se incorpora la provincia de Buenos Aires, pero debíamos también hacer algo al respecto, hasta la del 17 de octubre. Lo cierto es que me parece un espacio que va precisamente a reconocerse en todos y cada uno de nosotros como un modo de reflexión.
Quiero, también, que ese Bicentenario que va a tener esta conmemoración, va a ser uno de los festejos de la conmemoración física de esta construcción de espacio público, acompañe también a otras arquitecturas del Bicentenario: una arquitectura cultural, como recién señalaba el arquitecto Enrique Bares y una arquitectura, también, de qué modelo de país, de qué modelo de sociedad vamos a tener en este Bicentenario.
Hoy por la mañana estuve acompañando al Presidente de la República Néstor Kirchner; al Gobernador de la provincia del Chubut Mario Das Neves, en la Patagonia, junto a un importantísimo grupo empresario en la ampliación de un proyecto industrial fantástico de base como es la producción de aluminio. La empresa ALUAR es una empresa muy importante en la historia de nuestra país conformando industrias de base. Hoy dobla su producción para la exportación, en un proyecto que inició hace dos años aproximadamente y que además se va a continuar. Hoy nos decían que no van a desmontar los obradores, en el cual trabajaron más de 6 mil trabajadores ampliando la fábrica, porque ya está en proyecto una nueva ampliación, que va a triplicar el producto de aluminio de los argentinos para la exportación.
Se me ocurre reflexionar que junto a esta arquitectura física y cultural de espacio público, va a haber un modelo diferente al de la Argentina del Centenario. En aquellos momentos el modelo de arquitectura social, política, económica era el de un país agroexportador, que se veía a sí mismo como un segmento más de la economía mundial.
En este Bicentenario sería interesante que acompañemos todo este movimiento cultural y de espacio público con una reflexión de qué modelo de país y de sociedad queremos ser y cómo queremos insertarnos en este mundo globalizado. Y se me ocurre que este modelo, esta arquitectura institucional, que hoy estamos desarrollando entre todos los argentinos nos ha permitido logros de inclusión social muy fuertes. Tal vez los signos sociales de aquella Argentina del Centenario eran un poco más excluyentes, no contemplaban a todos los argentinos.
Recordaba el otro día que cuando se votó por primera vez en 1916, luego de la sanción de la Ley Roque Sainz Peña, había, de acuerdo con el censo de 1914, 4.089.000 argentinos mayores de 20 años, pero solo estaban en condiciones de votar, de acuerdo con el censo electoral, 1.182.000, o sea, solamente el 29 por ciento de la población.
Daba cuenta esto también de una arquitectura social, de una arquitectura institucional y política que tal vez se acercaba más a la exclusión que a la inclusión. No por maldad ni por designios perversos, era simplemente una época, una historia y un mundo diferente y un modo nosotros de mirarnos y de insertarnos en un mundo como un segmento más de ese mundo y no desde un proyecto propio que sirviera a nuestros intereses, a nuestros ciudadanos y ciudadanas.
Por eso, creo que este Bicentenario debe encontrarnos a todos, a quienes tienen responsabilidades institucionales por el voto popular, a quienes tienen responsabilidades como, por ejemplo, la del arquitecto Bares que nos acaba de dar un magnífico ejemplo de cómo se diseña, cómo se proyecta, cómo se siente un espacio físico público de los hombres y mujeres de empresa, de los hombres y mujeres de la cultura, de la política, en fin, de todas las actividades que conforman una sociedad. Una actitud de reflexión frente a este nuevo Bicentenario diferente, en la cual, mirando el pasado pero construyendo presente y futuro, podamos reconocernos entre todos los argentinos y argentinas en la construcción de un país diferente, de un país mejor. Sin remedar de aquella historia porque ya forma parte, en definitiva, del patrimonio histórico de los argentinos, pero fundamentalmente, con un aprendizaje de cómo hacer las cosas mejor en este nuevo cumpleaños de la Patria.
Creo que nos lo merecemos, todos los hombres y mujeres que hoy habitamos este país se lo merecen, los que lo construyeron con sus ideas, en un mundo diferente, en su contexto histórico, y se lo merecen, esencialmente, nuestros hijos, las futuras generaciones a las que estoy segura vamos a poder dejarles un país un poco mejor del que nos tocó vivir a nosotros como argentinos y como argentinas en estas últimas décadas tumultuosas, de tragedia, de desencuentro. Que este Bicentenario sea, precisamente, como lo mencionaba el arquitecto Bares, en este espacio público un lugar de encuentro, de reflexiones y de historia común.
Asumir que, además de todas las historias que cada uno de nosotros tenemos, historias personales, historias políticas, en definitiva, historias individuales si se quiere, poder juntarlas en una historia colectiva, en una historia común. Los hombres y mujeres hacemos de la vida un destino individual y cuando juntamos esos destinos individuales, estamos formando un colectivo, estamos construyendo historia.
De esto, precisamente, queremos hacernos cargo como generación con responsabilidades institucionales en estos 200 años de la República Argentina. |