RUMBO AL SUR 2010
COLOMBIANO EMPRENDE VIAJE POR SURAMÉRICA
AVAL PARA LA ORGANIZACIÓN DEL PASO POR COLOMBIA DE LA CARAVANA CONTINENTAL “RUMBO AL SUR 2010”
El ingeniero JULIÁN ARBELÁEZ, co-organizador del paso por Colombia de la Caravana Continental “Rumbo al Sur 2010”, partió el 23 de noviembre de Cali con dirección a Punta Arenas (Patagonia chilena). Le deseamos buen viaje!!
CON SU FAMILIA UNIRA CALI Y PUNTA ARENAS
Colombiano realizará travesía a la Patagonia en un Ford de 1928
Tomado de: http://www.laprensaaustral.cl/lpa/noticia.asp?id=27583
La Prensa Austral, Punta Arenas, Chile, 18 de noviembre de 2007
- Así como Marco Polo, Magallanes y Colón construyeron naves y llegaron a sitios desconocidos, Julián Arbeláez espera acariciar un sueño de juventud a bordo de una vetusta “burrita”.
Por Roberto Hofer
rhofer@laprensaaustral.cl
En medio de un caluroso y tropical paisaje como el de Cali, por estos días el colombiano Julián Arbeláez se prepara para dar rienda suelta a un sueño. Su proyecto es tan poco común como los que sus compatriotas García Márquez y Botero han plasmado en las fecundas veredas del arte.
La diferencia en el caso de Arbeláez es que su romántica empresa comienza y termina en el mundo real, con todo el riesgo de un romántico de antaño que juega a ser Cristóbal Colón en el siglo XXI.
Este aventurero, de profesión ingeniero civil, señala que nació a principios de los ‘50, “hace más de medio siglo pero menos de tres cuartos”, en Ibagué (conocida como la ciudad musical de Colombia). Arbeláez es amigo de otro aventurero, el chileno Alvaro Fernández, quien prepara la caravana internacional de vehículos Rumbo al 2010 entre Alaska y Puerto Toro. Por medio de él supimos de su singular travesía y lo contactamos.
El colombiano resaltó el hecho de tener por fin el auto que siempre anheló, una camionetita Ford T: “de pronto, el mundo está a nuestro alcance. Voy a ir al fin del mundo; como me decían en la casa váyase pa’ la Patagonia. Pues le voy a hacer caso a mi mamá”.
Su sueño comenzó a tomar forma hace seis años con la consecución de unos fierros oxidados, restos de un Ford 1928, que fueron tomando forma poco a poco. Después de noches de añoranzas y desvelos, de incalculables fines de semana ensamblando y restaurando, y de innumerables madrugadas hablando y hablando, este año logró dar forma a aquellos retazos.
“Sólo un perturbado se mete en semejante empresa, que era sacar de la basura una chatarra extraviada, olvidada e intentar salvarla para luego pensar que hiciera la friolera de 20 mil kilómetros sin detenerse. Si me dicen que por qué elegí este tiesto, es porque no encontré nada peor”, expresó con un dejo de satisfacción y orgullo.
DE CARA AL GRAN DIA
En su travesía lo acompañarán su inseparable esposa Nancy Tobar y su hija María José, estudiante de 11 años y navegante del “nao” que lleva el nombre de Pulecia.
La ruta se iniciará en Cali el 23 de noviembre. El sábado 24 espera estar en la frontera con el Ecuador, y los primeros días de diciembre en Lima, Perú. “Solos nos vamos, de la mano del Dios bueno que sabrá llevarnos bien por estos caminos sudamericanos”, destacó.
En Quito, Lima y Buenos Aires los estarán esperando algunos clubes de autos antiguos, en los que esperan saber pormenores de la aventura de rodar sobre un octogenario “cacharro” por la cordillera (luchando con alturas de más de 4 mil metros) y luego por las planicies enormes del sur.
“Marco Polo, Magallanes, Colón construyeron naves y se transportaron en ellas, llegaron a sitios completamente desconocidos. También tuvieron ante sus ojos una tierra recóndita, deseada y acariciada largamente en sus planes”, destacó. Arbeláez también quiere hacer lo mismo, guardadas las proporciones (ellos no tenían celular). Hoy, cuando casi todas las carreteras han sido surcadas, las montañas escaladas y se han recorrido todos los mares, desiertos y selvas, su desafío es hacerlo a lomo de un “Ford-mula”.
Con la memoria invadida por imágenes, nombres, repuestos, reparaciones y ajustes, señaló que se hace un esfuerzo y se imagina camino a la Patagonia, “obligando cada uno de mis huesos y músculos a que se vayan acostumbrando a estas estrechas formas (ya que durante muchos días tendrán que soportarlas). La cabina parece estar diseñada para una posición única, no hay espacio para estirarse o contorsión alguna; de ergonomía no se tenía noticia por esa época”.
Destacó que con su familia harán el viaje “para renovarnos a nosotros mismos, por buscar el placer de explorar, de rodar, de pasear, para descubrir nuevas culturas, por realizar un alto en este mundo febril y complicado, y por la necesidad de cambiar el destino en un Ford T, porque siempre lo quise y sé que papá también lo anheló y no lo logró”.
AVAL PARA LA ORGANIZACIÓN DEL PASO POR COLOMBIA DE LA CARAVANA CONTINENTAL
“RUMBO AL SUR 2010”