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INDÍGENAS, ÉLITES Y ESTADO EN LA FORMACIÓN DE LAS REPÚBLICAS ANDINAS

 

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Tomado de: http://recursostic.javeriana.edu.co/wiki/index.php

 

RESEÑA RECONSTRUCTIVA
 

Introducción

 

El presente trabajo tiene por fin efectuar una breve reseña reconstructiva del texto que enunciamos anteriormente, para lo cual nos serviremos de las guías elaboradas por la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario (http://www.urosario.edu.co/FASE1/ciencias_humanas/guias.htm) , pues éstas constituyen dos instructivos sintéticos y útiles, en los cuales se explica como deben escribirse y desarrollarse las reseñas de este tipo.

 

El trabajo de Brooke Larson se compone de nueve secciones: en la primera de ellas están consignados los agradecimientos, en la segunda hay una introducción al trabajo, cuyo desarrollo se extiende a lo largo de los cinco apartados subsiguientes, que corresponden a los capítulos. Posteriormente, la autora expone en escasas páginas sus conclusiones y finalmente elabora un balance bibliográfico o estado del arte, al cual denomina ensayo bibliográfico. En adelante conservaremos la estructura original de la investigación que fue previamente descrita, para explicar algunos de los principales postulados y argumentos, así como la forma en que estos fueron desarrollados a lo largo de la exposición de la misma. Se hace pertinente poner de manifiesto que recurriremos con frecuencia a las citas, para evitar las imprecisiones y la omisión de detalles que puedan resultar indispensables para la comprensión del texto que nos concierne.

 

Así pues, hagamos abstracción de los agradecimientos y comencemos por sondear los contenidos de la introducción, a lo largo de la cual Larson da cuenta de su tesis principal, de sus objetivos y de la circunscripción espacio-temporal de su estudio, entre otras cosas.

 

Este libro busca realizar una síntesis comparativa, trazando las coordenadas de las relaciones entre indios y Estado en la lucha por crear cuatro repúblicas andinas (Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia) a partir de los fragmentos territoriales, políticos, y étnico-raciales del viejo virreinato peruano, entre 1850 y 1910.

 

Tal meta fue trazada en aras de dar soporte al principal postulado del texto, que concibe que en los pueblos andinos de la sierra hubo cambios y que éstos estuvieron íntimamente relacionados con otros procesos económicos, políticos, sociales y culturales, así como con el incremento de las fuerzas históricas mundiales del liberalismo, la modernidad y con la construcción de los estados nacionales postcoloniales latinoamericanas, cuyo impacto entre los pueblos aimaras y quechuas fue tal, que puede entenderse como un nuevo proceso de conquista que se desarrolló durante la segunda mitad del siglo XIX. Este segundo proceso debe entenderse como “…un proyecto imperial dirigido a la “colonización interna de territorios y culturas que yacían más allá del brazo político del Estado y las fronteras de la “civilización blanca criolla.

 

Conviene recalcar que el espacio y el periodo de tiempo que inicialmente se habían propuesto para el trabajo, cambiaron notablemente con el curso de la investigación, que según se expresa con antelación acabó por ocuparse del lapso temporal que media entre 1850 y 1910. No obstante, hay alusiones frecuentes a fechas anteriores y posteriores dados los cambios y continuidades existentes en el proceso estudiado. En cuanto al espacio, la labor “…se concentra específicamente en los pueblos indígenas de las sierras que se extienden desde el grupo chibcha del norte de Colombia, a las comunidades quechuas y aimaras del sur de Bolivia.

 

El estudio se concentró en cuatro módulos temáticos y su articulación durante el siglo XIX - que es tomado por breve como evidencia la periodización expuesta -: el primero de ellos alude a la formación de discursos binarios de diferencias raciales y étnicas para delimitar las fronteras interiores de la pertenencia nacional en los Andes, el segundo versa sobre el problema de la tierra y el asalto material e ideológico del liberalismo sobre las demandas nativas de derechos comunales, el tercero engloba la resurgente política campesina y el desafió del liberalismo: la interpretación local de los derechos étnicos, coloniales y de ciudadanía, en busca de la justicia y la inclusión y finalmente al último atañe el como se fueron forjando los fragmentos de la nación: re-visitando los legados del liberalismo andino.

 

Ahora bien, el primero de los capítulos parece una segunda introducción, a lo largo de la cual se expone la situación general de los Andes durante el siglo XIX, pues las recientes independencias habían dado cabida a un sin número de debates, tales como aquel que suscitaba la decisión acerca de la permanencia o sustitución de las estructuras coloniales – castas, tributos y corporativismo -, para la creación de los nuevos Estados. También se pone de relieve la emergencia del capitalismo, la modernidad y el liberalismo como vanguardias, cuyo desarrollo encontró grandes obstáculos, por ejemplo, en las formas tradicionales de producción y propiedad sobre la tierra, por parte de los grupos indígenas que con el paso del tiempo acabarían por proletarizarse. Una vez más, se manifiesta la dicotomía racial histórico-biológica entre las élites criollas y la población indígena, que en aquel entonces fue considerada como la raza inferior causante de los atrasos económicos que padecía América Latina.

 

Los capítulos segundo, tercero, cuarto y quinto se ocupan del desarrollo de estos problemas en cada uno de los cuatro países de estudio, pues si bien el curso de los acontecimientos tomo diferentes rumbos en Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia, en todos ellos se manifestaron las tenciones entre los indígenas y los criollos, entonces evitaremos detenernos en detalle. Bástenos con señalar algunas particularidades de cada caso, para dar cuenta de la argumentación que Larson hace a partir de los casos.

 

Colombia

 

En Colombia hubo una difusión temprana tanto de las ideas liberales, como de los determinismos biológicos que consideraban a los indígenas como una raza inferior y obstaculizadora del desarrollo. No obstante, los seudo-científicos liberales consideraron que la sangre nativa podía experimentar ciertas mejoras, mediante los procesos de blanqueamiento que debían realizarse cuanto antes para agilizar el proceso civilizatorio en detrimento de la extendida barbarie. Si bien éstos agentes liberales de la modernidad no consiguieron consumar el proceso de blanquimiento, si despojaron a los indígenas de sus resguardos y aplacaron rápidamente los intentos de resistencia. Pese a ello, en las guerrillas posteriores se divisan vestigios de las reivindicaciones étnicas de antaño. La investigación de Larson serviría para sustentar los postulados de Diana Luz Ceballos, quien afirma que Colombia se creó teniendo a la exclusión por base, a causa de lo cual sus representaciones son también excluyentes, en la medida en que privilegian, aquellos elementos derivados del modelo de nación blanca, masculina y andina. Para dar paso a un nuevo caso y evitar desviarnos en exceso de nuestro cometido, retomemos señalando que en las finanzas ecuatorianas el tributo conservó durante mucho tiempo el lugar privilegiado que había tenido durante la colonia, pero los campesinos dejaron de gozar de esa especie de autonomía en la medida en que “eran registrados como propietarios, contribuyentes y reclutas militares potenciales, y quedaban sujetos a las mismas leyes, obligaciones y autoridades que quienes no eran indios. El embrionario proyecto nacional ecuatoriano, fue conservador y autoritario por oposición al liberalismo colombiano. En el momento en el cual el tributo fue abolido, se busco la civilización de los indígenas mediante la instrucción a cargo de la Iglesia Católica y como en los siglos anteriores la población aborigen, fue condenada nuevamente al trabajo forzado, pero esta vez para la construcción de la infraestructura que había de garantir la anhelada modernización.

 

Perú

 

El caso del Perú, resulta aún más desalentador que los dos anteriores, en tanto que la derrota experimentada durante la guerra del pacífico, se achaco a la mayoría indígena, pese a la participación de esta en favor de la naciente república. El hecho de que los indígenas constituyesen la gran mayoría de la población imposibilitaba incluso el pensar en el blanqueamiento, que se proponían los Colombianos. En Perú el triunfo de los modernos paradigmas productivos y distributivos desencadenó en el abandonamiento parcial de las ocupaciones y formas tradicionales y por otra parte en la proletarización de grandes sectores de la población indígena. Sin embargo, los despojos territoriales y las alteraciones que suponía la sustitución de lo tradicional, no dejaron de causar revuelo entre los indígenas y el campesinado que en múltiples oportunidades se organizaron para la resistencia. Llama la atención el hecho de que durante la guerra del Pacífico, tras haber sido maltraídos, pese a su participación activa, descubrieron que existía la alternativa de…dirigir su lucha patriótica en contra de sus enemigos inmediatos de clase y, en nombre de la defensa nacional, apropiarse legítimamente de cultivos, dinero y ganado para alimentar sus propios ejércitos y, en algunos casos incluso reclamarlas tierras robadas a sus aldeas.

 

Tal práctica, iría en contra de aquello que postula Gonzalo Sánchez para el caso colombiano al afirmar que nuestras guerras se han caracterizado por servir exclusivamente para dirimir los intereses y asuntos de las élites, que hacen uso de las masas como “carne de cañón, a lo cual agrega que estos enfrentamientos, pese su participación masiva no pueden entenderse como populares, en la medida en que el pueblo no ha buscado ni mucho menos agenciado en ellos sus propios intereses.

 

Bolivia

 

El caso restante es el de Bolivia, en donde convergen la guerra y el liberalismo como principales causas de choque con el mundo indígena, que tras la independencia había logrado reconstituirse otorgando pervivencia a las cooperativas. Como resultado y a su vez como contrapeso a lo anterior, el tributo indígena tuvo prolongada vigencia. Sin embargo, las influencias liberales no tardaron mucho en dejarse ver y como es predecible exhortaron a la expropiación de las tierras corporativas indígenas mediante reformas agrarias, ante las cuales los indígenas, como es evidente respondieron con hostilidad y violencia. El fin del proteccionismo boliviano hacia finales del siglo XIX, supuso un golpe bajo para las corporativas indígenas, pero impulsó a los indígenas a llevar acciones de tipo legal y no exclusivamente bélicas. Bolivia, tampoco escapó al flagelo del darwinismo social, pero a similitud de Perú contaba con una población indígena sumamente elevada, a causa de lo cual hubo de asimilarla mediante la educación parcial, que hiciera de los indígenas gentes útiles a la civilización, más no precisamente ciudadanos.

 

Conclusiones

 

La apropiación de la política y las leyes por parte de los indígenas, así como el irrespeto hacia las autoridades tradicionales y el no reconocimiento de los derechos a la herencia y la propiedad comunal sobre la tierra, cumplen un papel privilegiado en la argumentación de Larson, quien a lo largo de las conclusiones reitera buena parte de sus postulados, tras expresar en los siguientes términos aquello de lo cual se ocupó:

 

Este trabajo ha versado sobre las dinámicas interacciones entre los campesinos quechua y aimara-hablantes de la sierra, las élites criollas internamente divididas, los sectores emergentes de personas ambiguas étnica y culturalmente mixtas, que ensancharon los intersticios de las sociedades rurales andinas en vías de modernizarse.

 

El último fragmento del texto de Larson, resulta de gran utilidad para poner en evidencia los vacíos historiográficos existentes y por esta vía señalar la pertinencia del estudio, pues los antropólogos se han ocupado de los indígenas en la actualidad y en el pasado prehispánico, mientras los historiadores se ocupan de la etapa del contacto (conquista y colonia), olvidando a los grupos indígenas durante el periodo de conformación de las repúblicas. Este aparte presenta una nueva subdivisión, al ocuparse en primera instancia de la bibliografía general sobre el tema y después de los estudios elaborados para cada uno de los países en particular.

 

La lectura de Larson se suma a algunas otras y genera en el presente autor la siguiente reflexión: Si bien es cierto que las independencias latinoamericanas se dieron de forma “accidental, en tanto que sus precursores criollos y mayoritariamente mestizos, sólo buscaban acceder a los privilegios de los cuales gozaban los europeos: ¿cuáles fueron las causas para que una vez desencadenados estos procesos se produjeran contradictoriamente la aparición de un ideal blanco de nación y la posterior penetración y proliferación de las teorías racistas provenientes de Europa como la eugenesia, el darwinismo social y los postulados de Gobineau etc.?

 

La hipótesis o presumible respuesta a ésta pregunta es la siguiente: Como es bien sabido, el común de las veces en que una revolución se consuma, el grupo –valga la redundancia - revolucionario que la encabezaba se torna en reaccionario, tras hacerse al poder. Tal parece haber sido el caso de los criollos y mestizos durante la independencia, pues una vez habiendo accedido al poder y a los privilegios de los cuales carecían, desearon permanecer allí haciéndose cada vez mas ricos y poderosos sin dar importancia a los demás sectores contribuyentes. Pese a la “impureza sanguínea de los criollos y mestizos, éstos ya no tenían que compararse con los “blancos puros de las metrópolis europeas, entonces su clasificación tradicional en el sistema colonial de castas y el color claro –no blanco – de sus pieles, posibilitaron la apropiación de las teorías racistas por parte éstos, quienes las emplearon como medio para justificar la subordinación de otros grupos raciales menos cercanos al blanco y para legitimar la nueva hegemonía a través del discurso tradicional.

 

Bibliografía Adicional

 

Ceballos Gómez, Diana Luz. “Iconografía y guerras civiles en Colombia del siglo XIX: una mirada a la representación. En: Ganarse el cielo defendiendo la religión. Guerras Civiles en Colombia, 1840 – 1902. Grupo de investigación Religión, Cultura y Sociedad. Medellín, Universidad Nacional, 2005. Sánchez, Gonzalo. “Las Guerras Civiles y la Política. En: Guerra y política en la sociedad colombiana. Bogotá, Incora, 1991.