CUBRIMIENTO DE PRENSA
DE LA REVISTA CAMBIO
Cambio, 16 de abril, sección “Secretos”, pág. 11
"Doble bicentenario El jueves pasado, cuando se desarrollaba una interesante discusión entre historiadores sobre la forma como se va a celebrar en 2010 el bicentenario de la independencia, al Museo Nacional llegó en forma inesperada el asesor presidencial JOSE OBDULIO GAVIRIA. El debate cambió de tono cuando el funcionario dijo que, además de la celebración por el grito emancipador, en 2010 también se debía celebrar el bicentenario de la Batalla de Boyacá. La propuesta de Gaviria dejó un sabor a política porque la fecha propuesta coincide con los planes del Gobierno de Uribe que se extienden hasta 2019."
DEL PERIÓDICO EL ESPECTADOR
Bicentenario de la revuelta contra España
¿Qué y cuándo celebrar? Un animado debate sobre las fechas y los motivos de celebración de la Independencia ha comenzado a agitar los ánimos de historiadores y profesores universitarios. La semana pasada, en un foro en el Museo Nacional, las críticas fueron para el asesor presidencial José Obdulio Gaviria y el Gobierno, por privilegiar el año 2019. Redacción Política
El Espectador, sábado, 21 de abril de 2007
En tres años, se cumplirá el segundo centenario del denominado Grito de Independencia y abundarán las reflexiones sobre lo acontecido el viernes 20 de julio de 1810, cuando en la Plaza Mayor de Santa Fe de Bogotá, tomando como excusa la disputa por un florero, una élite ilustrada de criollos constituyó una junta de gobierno que sustituyó al virreinato. Sin embargo, dos siglos después de este acontecimiento, dentro del mundo académico nacional se ha suscitado una animada controversia sobre la obligación o no de celebrar por lo alto esta efemérides de nuestra historia patria. En particular, en Bogotá, desde el segundo semestre de 2005 se constituyó un organismo pluriacadémico e interinstitucional denominado “Comité del Bicentenario José Manuel Restrepo”, motivado a convertir esta celebración en un proceso de fomento de la memoria histórica de la sociedad civil colombiana. No obstante, durante un primer encuentro realizado en la Academia Colombiana de Historia en abril de 2006, quedó al desnudo que incluso entre los expertos existe la polémica que hoy se replica sobre la necesidad de establecer qué es en verdad lo que debe celebrarse en 2010.
Tres tesis
Aunque inicialmente el debate está centrado en las posiciones extremas de celebrar la Nación que se creó el 20 de julio de 1810, o reincidir en evocar los fracasos en la constitución de nuestra vida republicana que supuestamente comienzan con la denominada “Patria Boba” entre 1810 y 1816, desde el día del primer encuentro de historiadores apareció una tercera postura: no celebrar con máximo despliegue el bicentenario de 1810 sino postergar la conmemoración, en toda su dimensión, para el 2019, con ocasión de los 200 años del triunfo militar de Simón Bolívar, del 7 de agosto de 1819.
Y fue la directora del posgrado en Historia de la Universidad de los Andes, Margarita Garrido Otoya, quién puso el dedo en la llaga al advertir que esta propuesta, que ella califica como “extraña”, está planteada en el documento Visión Colombia II Centenario 2019, elaborado por Planeación Nacional. Para la historiadora, “la reflexión sobre la independencia no puede ser caprichosamente postergada hasta 2019, porque significaría convenir con una visión militarista, que opacaría los debates ideológicos, los conflictos sociales o las propuestas de ciudadanía”, arrebatando a los colombianos la opción de reflexionar sobre su historia.
Y añadió Margarita Garrido que en ningún caso se trata de celebrar solamente el 20 de julio, ni de escoger entre 1810 y 1819, pero resaltó: “El período de la Independencia fue un tiempo fuerte en muchos sentidos, no sólo en el militar”. Por eso, propuso que el 2010 se convierta en una ocasión para que se propicie una apropiación pública del debate, que la controversia salga de los solitarios anaqueles o los foros de los historiadores y que se suscite una construcción democrática de la historia, con muchos actores y tiempos distintos para entender cómo se articuló el país.
Desde la Academia de Historia
Claro está que en un sesudo ensayo presentado en el mismo encuentro, el presidente de la Academia Colombiana de Historia, Santiago Díaz Piedrahíta, sentó cátedra para demostrar que tanto por la ley como por la tradición, el 20 de julio ha sido consagrado como la fiesta nacional por excelencia, y que sin los sucesos de esta fecha no habría tenido lugar la campaña libertadora de 1819, que no existen razones válidas para ignorar esta realidad histórica, olvidando de paso “a quienes dieron su vida o su fortuna por el ideal de hacer de Colombia un país autónomo y libre”. Díaz Piedrahíta aclaró que si bien la rebelión del 20 de julio de 1810 no fue un movimiento violento, sus promotores, miembros de una élite minoritaria, sí fueron un selecto grupo de ilustrados que logró que el pueblo fuera tomando conciencia de los hechos haciéndose partícipe del Grito de Independencia. En tal sentido, el presidente de la Academia Colombiana de Historia argumentó que desde entonces, la conmemoración del 20 de julio como acontecimiento fundacional, ha contado con amplia participación popular. Sin embargo, a través del tiempo tampoco ha faltado la maniquea controversia.
Por ejemplo, en 1872, se generó una publicitada controversia entre dos periódicos bogotanos: El Tradicionalista de Miguel Antonio Caro, que sostenía que el 20 de julio no era el aniversario de la Independencia sino la revolución de 1813 liderada por Nariño y el periódico La América de José María Quijano, que defendió el 20 de julio. Esta última tesis se abrió paso y, al año siguiente, el presidente Manuel Murillo Toro sancionó la Ley 60 de 1873 que definió el 20 de julio como la fecha clave, lo declaró día festivo y dispuso la inversión de $2.000 anuales para celebrar la fiesta. Ese año, la conmemoración del 20 de julio tuvo especial solemnidad y estuvo a cargo del poeta Rafael Pombo. Desde entonces, el 20 de julio de 1810 es el hito histórico de la República de Colombia, aunque nunca han faltado las interpretaciones. El presidente de la Asociación Colombiana de Historiadores, Medófilo Medina, ya lo advirtió y en otro ensayo de peso intelectual no sólo desglosó las distintas tesis sino que exaltó el aporte determinante de Indalecio Liévano Aguirre quien, según él, logró por primera vez que un libro de historia llegara e incorporara a todos los estratos sociales en el hecho.
Según Medina, el debate siempre ha dado para todo tipo de análisis. Desde la tesis de Arturo Abella, según la cual con el Florero de Llorente “se rompieron tres siglos de paz colonial y se dio paso a un cortejo de enfrentamientos intestinos y guerras civiles”, hasta algunas corrientes marxistas que creen que la Independencia no valió la pena, que la explotación continúa a cargo de otros imperios, que se han creado nuevas formas de dependencia. Por eso, Medina sugirió mantener una aproximación crítica y no pretender regañar a los políticos que se aproximan a la historia.
Visión militarista
No obstante, por estos días el debate está vivo. La prueba es que el jueves antepasado se realizó en Bogotá un encuentro para debatir sobre el tema, y el Florero de Llorente vino por cuenta del asesor presidencial José Obdulio Gaviria, quien aceptó la importancia del 20 de Julio y no se opone a su conmemoración, pero tampoco ocultó su inclinación hacia la gesta bolivariana de 1819 (Ver recuadro). Su postura provocó controversia y los asistentes al foro premiaron con aplausos la oposición que algunos historiadores le hicieron a la que calificaron como la “extraña” tesis del gobierno. El tema dará de qué hablar y basta consultar a los historiadores para demostrarlo. Mauricio Nieto, historiador de la Universidad de los Andes, plantea, por ejemplo, que en el 2010 va a celebrarse la Nación que quiso una élite blanca ilustrada, y se pregunta: “¿Dónde está la voz de los indios y de los negros?”. No cabe duda que, como lo sostuvo Medófilo Medina por el asunto de la globalización y otras expresiones de los últimos tiempos, los historiadores han replanteado sus prioridades de investigación y empiezan a encontrarle nuevos sentidos a las celebraciones de la Independencia Nacional.
¿Visión civilista contra criterio militarista? ¿Patria Boba contra Independencia absoluta? ¿Centralismo contra provincia? Basta recobrar las palabras del Libertador Bolívar a Santander en vísperas de la Batalla de Carabobo, para entender parte de las discrepancias: “Creen esos señores lanudos de Bogotá que se arropan en las chimeneas de Bogotá, Tunja y Pamplona, que el país son ellos y no han lanzado sus miradas sobre los guahíbos indómitos, sobre los caribe, sobre los bogas del río Magdalena y sobre toda esta horda innumerable de África y América que recorren como gamos las vastas soledades de América”.
La polémica por el Bicentenario
El publicitado documento ‘2019, Visión Colombia II Centenario’ con el que el Gobierno quiere promover unas metas a mediano plazo, ha provocado algunas críticas en sectores académicos por la reinterpretación histórica que allí se insinúa: “En 2010 los colombianos conmemoramos un hito de nuestra historia: 200 años del llamado Grito de Independencia. Ese suceso heroico, protagonizado por el pueblo de Santafé, abrió las compuertas para acceder a la independencia definitiva, instaurar el Estado de derecho e implantar las libertades públicas. Nueve años después, en 2019, conmemoraremos el triunfo de la Batalla de Boyacá, momento definitivo de consolidación de nuestro proceso fundacional”. Este párrafo con el que comienza el documento del Gobierno, fue motivo de debate el pasado 12 de abril durante un foro en el Museo Nacional al que asistieron importantes historiadores y el asesor presidencial José Obdulio Gaviria. Dicen algunos historiadores que así se promueve una visión militarista (triunfo de Bolívar) por encima de una civilista (Grito de Independencia).
Consultado sobre las críticas por esta insistencia del Gobierno nacional en celebrar el 2019 por encima del 2010, José Obdulio Gaviria comentó que “nosotros debemos conmemorar 1810, pero también 1819 e incluso 1821. Nunca hablé del tema con Santiago Montenegro, quien planteó el 2019 desde un punto de vista de planeación y no como historiador”. |