RIOSUCIO
«LA IMAGEN DE LA REPÚBLICA»
7 DE AGOSTO 1819 - 2019
BICENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DE RIOSUCIO · CALDAS

Mural de Rodrigo Díaz en el Centro Cultural Colombia

Riosucio cuenta con 200 años de fundación, y una historia de 500 años.
- Riosucio, población ubicada en el Occidente del Departamento de Caldas, fue fundado el 7 de agosto de 1819, por la unión del pueblo indígena de La Montaña y el pueblo minero de Quiebralomo, siendo el único municipio de Colombia cuya fundación coincide con la Batalla de Boyacá, la que le dio la libertad absoluta al país.
- Esta coincidencia ha sido reconocida por notables historiadores colombianos, como el maestro Germán Arciniegas, quien, en carta del 12 de agosto de 1988, dirigida al riosuceño Otto Morales Benítez, expresó:
“¿Por qué me entusiasmo por Riosucio? Sencillamente porque en cierto modo es la imagen de la República. Es el municipio que nace en el día en que comienza realmente la vida independiente de Colombia”
- Esta coincidencia histórica está inscrita en la información genética de cada riosuceño y riosuceña, quienes la exaltan cada vez que entonan las inspiradas letras del Himno Municipal:

Y los poetas locales no dudan en afirmar que el último cañonazo del campo de Boyacá golpeó en el Ingrumá, cerro tutelar de la ciudad.


Puente de Boyacá

Desfile del 7 de Agosto por las calles de la ciudad (2015)

Desfile del 7 de Agosto, visto desde el cerro Ingrumá (2014)
EL PROCESO FUNDACIONAL

RIOSUCIO ANTES DE LA FUNDACIÓN
-
Aunque la invasión de las tierras de los pueblos Pirzas y Supías provino del Perú con Sebastián de Belalcázar en 1536, una acendrada tradición local dice que fue Juan Vadillo, gobernador de Cartagena, quien en su pionera expedición de 1538 entre Urabá y Cali, le dio el nombre de Río Sucio al río que los nativos llamaban Imurrá.
-
-
La historia subsiguiente del sitio de Riosucio hay que rastrearla en el pasado de la antigua Ciudad-Provincia de Anserma, fundada el 15 de agosto de 1539 por Jorge Robledo, y trasladada en 1717 para Ansermanuevo.

UN LARGO CAMINO

-
En la geografía colonial, el sitio de Riosucio (Vega de Supía) estaba situado en la Vega de Supía, zona minera de la Provincia de Anserma y frontera norte de la Gobernación de Popayán, a 80 leguas (400 kms) de esta ciudad, y en el Camino Real que conducía a Santafé de Antioquia y Cartagena.

EL NOMBRE DE RIOSUCIO
-
El nombre viene de la época de la Conquista (año 1538), pero su nombre original es río Imurrá, de acuerdo con el siguiente relato tradicional:
-
«Al llegar a los encuentros del río Supía con el Imurrá, [Juan] Badillo y sus compañeros observaron que este último arrastraba en su corriente gran cantidad de lodo y por este motivo lo llamaron RIOSUCIO, nombre que más tarde se extendió a todos sus contornos, especialmente al sitio que queda al pie del “Engrumá” (…) Las aguas del Imurrá presentaban este aspecto debido al derrumbamiento de la cuchilla de Ivá. Las colinas que se desprendieron del Engrumá, al ser arrastradas por las aguas, formaron la “playa de Imurrá” –conocida hasta hoy con ese nombre-. Se asegura que las aguas del Imurrá estuvieron arrastrando lodo por un espacio no menor de dos años»
(Purificación Calvo de Vanegas. Riosucio. Manizales, Biblioteca de Autores Caldenses, 1963).
- Posteriormente el nombre se traslada del río para el pie del cerro Ingrumá.
EL RÍO RIOSUCIO Y EL CASCO URBANO

-
Los visitantes dicen que Riosucio no tiene río, pero es que éste pasa 1 km al sur del casco urbano, en la vía que conduce hacia Anserma.

Desde el sitio La Horqueta, comunidad de Miraflores, en la vía que va para La Iberia, es posible observar en un mismo plano el río y el pueblo de Riosucio
LOS AÑOS COLONIALES

Acceso a Riosucio por la Vega de Supía

La vega de Supía en el siglo XVIII. Todavía no ha nacido Riosucio.
En 1627 el visitador Lesmes de Espinosa y Saravia, oidor de la Real Audiencia de Santafé, constituyó los Resguardos Indígenas en la zona. El Real de Minas de Quiebralomo ya existía.

Pueblos de indios y Reales de minas de la zona norte de la provincia de Anserma a finales de la época de la Colonia (1800)
DISPUTAS POR EL SITIO DE RIOSUCIO
-
1627: Entrega de los Resguardos Indígenas en la Provincia de Anserma por Lesmes de Espinosa y Saravia.
-
1721-1722: Pleito Cañamomo vs. La Montaña. Los primeros ganan el dominio sobre el sitio de Riosucio.
-
1748-1751: Los Montañas recuperan el sitio de Riosucio, estableciéndose el lindero entre los dos resguardos por la quebrada Sipirra.
-
1765-1769: Los quiebralomeños objetan el deslinde anterior, y piden que les titulen las tierras entre la Piedra Pintada y Quiebralomo. Los Cañamomos se oponen aduciendo que dicho deslinde era ya cosa juzgada. La Real Audiencia decretó un statu quo sobre el sitio de Riosucio, preservando también los derechos de Cañamomo:
“Los vecinos de Quiebralomo gocen de las tierras de Riosucio mancomunadamente con los indios de La Montaña que tengan allí casas establecidas” y queden “indios y vecinos en inteligencia de que han de vivir quieta y armoniosamente y sin molestarse unos a otros. De lo contrario serán castigados severamente” (Álvaro Gartner Posada “Fundación de Riosucio. Un pueblo del siglo XVIII”. Cali, agosto de 1999).
- Este statu quo rigió hasta el momento de la fundación de Riosucio en 1819.

Pueblo de la Montaña, 1765
POBLACIÓN DE LA PROVINCIA DE ANSERMA 1771
Todavía no aparece Riosucio, pero ya existen los pueblos que le darían origen: el pueblo de indios de La Montaña y el real de minas de Quiebralomo



-
Fuente: Informe de Diego José Leonín de Estrada, alcalde ordinario de la ciudad de Anserma, 14 de mayo de 1771. En Cespedesia, revista de la Universidad del Valle, Cali, Nos. 45 y 46, enero-junio de 1983.
EL REAL DE MINAS DE SAN SEBASTIÁN DE QUIEBRALOMO EN 1771


-
Fuente: Informe de Diego José Leonín de Estrada, alcalde ordinario de la ciudad de Anserma, 14 de mayo de 1771. En Cespedesia, revista de la Universidad del Valle, Cali, Nos. 45 y 46, enero-junio de 1983.

Quiebralomo y Supía, vistos desde el cerro Morón (Riosucio)
EL RESGUARDO INDÍGENA DE NUESTRA SEÑORA CANDELARIA DE LA MONTAÑA EN 1771


PROYECTO FALLIDO DE PASAR LOS INDIOS DE LA VEGA DE SUPÍA PARA ANSERMAVIEJO 1805
-
En la agonía del régimen colonial las autoridades españolas (alcalde de Anserma nuevo, cura de Anserma viejo, corregidor de indios de la provincia de Anserma y alcalde de Quiebralomo) concibieron un plan para trasladar los pueblos de indios de Supía, San Lorenzo y Cañamomo para las cercanías de Ansermaviejo.
«En el día se venderán muy bien las tierras que aquellos poseen y de que tienen necesidad los sujetos que en esos territorios comienzan a entablar sus minerales, y con ese producto que es efectivo, cubren sino en todo, gran parte de sus rezagos» (Antonio de Velasco, cura de Ansermaviejo).
- El proceso de traslado comenzó a tramitarse, pero se opusieron los indios de Supía («Los vecinos blancos lo que quieren es aprovecharse de nuestras tierras privándonos de la legítima y antigua posesión que en ella tenemos…»), siendo apoyados por el vicario de la Vega.
- Relato tomado de: Albeiro Valencia Llano. Colonización: Fundaciones y conflictos agrarios -Gran Caldas y Norte del Valle-, 2ª. ed. Manizales, 2000, págs. 340-350.
LAS NECESIDADES DE TIERRA DE QUIEBRALOMO
-
El proyecto de traslado terminó por envolatarse, pero puso de presente la estrechez en que estaban los quiebralomeños y la presión que éstos ejercían sobre los terrenos del sitio de Riosucio:
«Quiebralomo necesita con tanta precisión como la Vega [de Supía] de población porque los muchos desórdenes que se notan dimanan de la dispersión de las casas, que las más se hallan en el monte donde no suelen salir en el espacio de años. El terreno de Río Sucio por su plan, aguas, leña y temperamento, es el único que hay donde puede poblarse pero éste hace más de 80 años (según dicen los ancianos) que lo litigan con los Montañas. En este sitio tienen los indios por sólo mantener la propiedad, una u otra casimba de cría de cerdos con lo que están echando a perder aquel terreno, consumiendo los pastos y montándolo de escoba y abrojos…»
- (Tomás Valencia, alcalde de Quiebralomo, 12 de abril de 1805. Citado por Albeiro Valencia Llano, en el libro Colonización: Fundaciones y conflictos agrarios).
20 DE JULIO DE 1810
GRITO DE INDEPENDENCIA DE COLOMBIA

Parque de la Candelaria en un 20 de Julio

La época del Convenio de Unión entre La Montaña y Quiebralomo
ARRIBO DEL PADRE JOSÉ BONIFACIO BONAFONT A RIOSUCIO
En agosto de 1814 el padre José Bonifacio Bonafont llegó desde El Socorro (hoy Santander) a la Provincia de Anserma para hacerse cargo de la parroquia de La Montaña, ubicada cerca al río Santa Inés (hoy río Las Estancias) en el paraje llamado hoy Samaria.

-
El nuevo párroco encontró el pueblo de La Montaña y su iglesia casi en ruinas y lejos del Camino Real; mientras el mejor sitio para poblar, el pequeño plan al pie del cerro Ingrumá, que pertenecía al Resguardo, estaba invadido por los habitantes de Quiebralomo, y la disputa entre los dos pueblos llevaba ya 50 años.
-
El cura Bonafont, militante patriota, aprovechó el desorden que provocó la Revolución de Independencia para resolver el viejo pleito entre montañas y quiebralomeños.
EL PADRE BONAFONT DEJÓ EL MEJOR TESTIMONIO DE LA FUNDACIÓN DE RIOSUCIO
- En una carta del 17 de mayo de 1825 el padre José Bonifacio Bonafont le cuenta al obispo de Popayán cómo se fundó el pueblo de Riosucio.
-
Esta carta es muy importante para la historia local y regional porque relata el surgimiento del pueblo como él fue en la realidad (un proceso complejo, político, económico, social, jurídico, religioso y militar, de varios años) y no como el mito que a veces se narra.
-
La carta revela, por ejemplo, que Riosucio sí cuenta con un documento fundacional (Convenio de Unión del 28 de noviembre de 1814), aunque el original no ha llegado hasta hoy.
-
Igualmente deja claro que dicha acta fue un acuerdo inicial de voluntades para fundar el pueblo, pero que el traslado de los dos templos y la construcción del pueblo como tal demoró cinco años.
-
Hay que decir que para la fecha de la carta (1825) el pueblo de Riosucio llevaba unos seis años de fundado, pero el párroco de San Sebastián (de Quiebralomo), que ya no era José Ramón Bueno sino el padre Francisco de Paula Sáenz, le había solicitado al obispo de Popayán que suprimiera la parroquia de La Candelaria (de La Montaña).
-
Enterado del plan, el padre Bonafont le escribió al obispo la extensa carta a que se ha hecho referencia, en la que hizo una enérgica defensa de su parroquia, y relató en detalle cómo fue el proceso de fundación de Riosucio desde 1814 y justificó porqué debían seguir existiendo las dos parroquias.
Fuente: Archivo Central del Cauca. Popayán. Signatura: 6970 (Ind. C III -2 g). Transcripción de Álvaro Gartner Posada, en: “Tras las huellas del padre Bonafont en el Archivo Central del Cauca. Elementos para una nueva visión de la fundación de Riosucio”. Conferencia leída por el autor en el Centro de la Música y las Artes en 1994, 175º Aniversario de la Fundación de Riosucio.

Original del Archivo Central del Cauca, págs, 1 y 8. Fotos: Luis Caicedo
EL RELATO DEL PADRE BONAFONT
-
Después de hacer un recuento del viejo pleito por el sitio de Riosucio, el padre escribe:
“… Patrocinados por los curas de Quiebralomo se prolongó el pleito de su intensa posesión por más de cien años, arruinándose uno y otro vecino en costas y gastos, hasta que últimamente se determinó por la superioridad [el virrey] que vivieran en este sitio los vecinos de Quiebralomo que ya tenían sus posesiones, en mancomunidad con los indios, en inter se finalizaba el pleito...
“En ese estado comenzó la revolución [de Independencia], y unos y otros vecinos permanecieron en paz, y el año de 1814 en que entré yo a servir en propiedad este curato de La Montaña, viendo la mala situación en que se hallaba el pueblo, y que no podía progresar, le hice presente al señor Juez Mayor, que lo era en aquel tiempo el señor Manuel José Lozano, quien me ofreció tratar de sacar el pueblo al lugar más cómodo, y pareciéndole este sitio de Riosucio, convocó en él a ambos vecindarios de Quiebralomo y La Montaña…
“y haciéndoles ver que estaban viviendo de mancomunidad y las ventajas que resultaban al pueblo de La Montaña de la traslación a este sitio, les pidió su consentimiento con respecto al terreno que ocupare la Iglesia y casas de los vecinos, quedando lo demás en terreno litigado, como estaba determinado, a lo que se negaron los vecinos de Quiebralomo, y propusieron que se reunieran las dos parroquias en este sitio; que cada vecindario reconociere su cura, y que todas las tierras quedaran comunes para los dos vecindarios, lo mismo que las minas, exceptuando las que fueran de propiedad de particulares, e igualmente los derechos de tierras que tuvieren legítimos propietarios...
“A esta propuesta accedieron los vecinos de La Montaña, y se celebró el convenio con asistencia de los respectivos curas y jueces de ambos vecindarios y testigos fidedignos prevenidos al efecto, con los que se otorgó una escritura protocolizada, cuyo convenio aprobó el superior Gobierno Provincial a petición del muy ilustre Cabildo de la ciudad de Anserma, mandándose verificase la traslación y unión de las parroquias en este sitio dentro del término de seis meses”.

Sede del Archivo Central del Cauca (Popayán)

Legajo donde se conserva la carta del padre Bonafont
AUTORIZACIÓN ECLESIÁSTICA
El obispo de Popayán autorizó el traslado de los templos. El documento fechado en Cali el 8 de junio de 1815 confirma que el convenio se firmó el 28 de noviembre de 1814:

Fuente: Purificación Calvo de Vanegas, Riosucio, 1963
LAS BASES DEL CONVENIO DE 1814
-
No se conoce el texto del Convenio, pero la citada carta del padre Bonafont permite conocer los objetivos y principios que guiaron la Unión:
-
1) El nuevo pueblo surgió para solucionar un viejo litigio territorial por el dominio del sitio de Riosucio, que primero fue un pleito entre indios: La Montaña vs. Cañamomo (1721-1759); luego entre indios y mulatos: La Montaña vs. Quiebralomo (1769-1814); y siempre, una pelea entre curas.
-
2)“Que se reunieran las dos parroquias en este sitio; que cada vecindario reconociere su cura, y que todas las tierras quedaran comunes para los dos vecindarios, lo mismo que las minas, exceptuando las que fueran de propiedad de particulares, e igualmente los derechos de tierras que tuvieren legítimos propietarios”.
-
3) Que “por lo tocante a las demás tierras usurpadas por los de Quiebralomo, está a favor de los de La Montaña el reglamento del señor Libertador, del año de 1820, en que se manda integrar a los indígenas sus tierras, como las tuvieron en el primer repartimiento”.
-
4) Que en el nuevo pueblo no sólo vivirían los indígenas y mulatos que le dieron origen, sino que estaría abierto al ingreso de forasteros: “Por lo que es de esperar que dentro de breve tiempo estos dos vecindarios se aumentarán considerablemente, no solo de los naturales sino también de otras gentes forasteras, atraídas por la fertilidad de las tierras y abundancia de minas de todos los metales”.
-
5) El vicario Ordóñez, al autorizar el traslado de las Iglesias en 1815, agregó una instrucción más: “Mediante a que la buena disposición de los pueblos, no solo los hermosea sino que contribuye para la sanidad y para el incremento de la población, influirá el Cura en cuanto alcance, para que los vecinos formen un poblado lucido y bien arreglado conforme a las órdenes del superior gobierno”.


La Alcaldía Municipal conmemoró los 200 años del Convenio de Unión el 28 de noviembre de 2014
LOS FUNDADORES
-
Al acuerdo de voluntades de 1814 para la fundación de Riosucio concurrieron los curas de La Montaña (José Bonifacio Bonafont) y de Quiebralomo (José Ramón Bueno) y los vecinos de ambos pueblos, así como las autoridades civiles y eclesiásticas de Anserma (Ansermanuevo) y de Popayán.
-
Los nombres de algunos vecinos se conocen porque aparecen como testigos en la diligencia de notificación del permiso diocesano para el traslado de los templos (30 de junio y 3 de julio de 1815).

“Los fundadores”, óleo de Gonzalo Díaz, recinto del Concejo Municipal

RETRATO DEL PADRE J. B. BONAFONT
-
«El cura, padre Bonafonte, era un hombre muy caritativo, nacido en El Socorro; contaré aquí cómo llegó a la misión de Río Sucio de Engurumí: primero fue militar y dejó el servicio; era un empedernido jugador y se hizo sacerdote. Cuando lo conocí tenía 68 años, bajo de cuerpo, bien conformado, con ojos azules de sorprendente vivacidad, siempre alerta, lo veo leyendo su breviario en su casa, con todas las puertas abiertas y expuesto a todos los vientos.
-
«Nunca nos separábamos y me daba informaciones preciosas sobre la región, especialmente sobre los indios chamí, sus vecinos, cuyas costumbres observé a fondo, ya que me encontraba diariamente entre ellos.
-
«El buen cura se lanzaba en toda clase de empresas: era un hombre instruido y poseía una biblioteca de más de 60 volúmenes»
Juan Bautista Boussingault
Mineralogista francés que estuvo en Riosucio entre 1825 y 1830 (Memorias)

A finales del siglo XIX se le da el nombre de “Bonafont” a un caserío ubicado en las tierras comunales de Escopetera Pirza, límites entre Riosucio y Quinchía (Bonafont visto desde el cerro Sinifaná)
- En abril de 2015 se desgajó una porción de capa vegetal en el cerro Ingrumá, descubriendo una laja de piedra con la forma de una cabeza cubierta con bonete.
- Los habitantes de Riosucio sostienen que el rostro es del padre Bonafont, aunque otros dicen que es el de «Tatines», un célebre matachín del Carnaval.

RETRATO DEL PADRE J. R. BUENO
- «José Ramón Bueno (Popayán (?) – Cartago 1.842), hombre de vasta
ilustración, desempeñó la Parroquia de Quiebralomo desde el 8 de agosto de
1.809 y en compañía de su hermano Buenaventura, también sacerdote,
contribuyó notablemente a la cultura de la pequeña ciudad. El haber ayudado
por compasión a algunos fugitivos realistas le deparó el odio de sus mismos
feligreses, algunos de los cuales desataron contra él una verdadera cacería
humana. Un hermano suyo estuvo a punto de ser fusilado, y otro,
Buenaventura, murió después de penoso viaje a Bogotá a donde había sido
enviado con José Ramón para ser puesto a órdenes del General Santander.
Nuestro sacerdote fue absuelto y retornó a su parroquia. El 16 de marzo de
1.820] la abandonó para seguir desempeñando su ministerio en Cartago. A
fines de 1.829 recibió allí al Libertador Simón Bolívar».
Fuente: Julián Bueno Rodríguez. «Historia de Riosucio». En: Cátedra Riosuceña, compilación de Jaime Diego Cataño.
El capitán Custodio Gutiérrez, quien tuvo a cargo la liberación de las provincias del norte de Cauca luego de la batalla de Boyacá, informa al vicepresidente Francisco de Paula Santander sobre la conducta antipatriótica de este sacerdote, desde Cartago, diciembre 5 de 1819.
“Tengo la satisfacción de comunicar a V. E. haber dado libertad a los pueblos de Riosucio y la Vega de Supía, dejando arregladas las postas y correos y completamente abierta la comunicación de este Valle para con Antioquia.
“En esta Jornada ha conseguido la República la ventaja de haberse hecho a 50 soldados, otros tantos fusiles y cartucheras, 30 bayonetas, 500 cartuchos, 50 piedras chispa, 30 gorras, dos tambores y una caja de guerra metal muy bueno. Entre los soldados se encuentra un Capitán y un Subteniente americanos, con Tambor, dos Jorguetes, un cabo y cuatro soldados españoles. También cogí en los montes y armado al cura de este pueblo Doctor Ramón Bueno, quien protegía a estos tiranos y que por su causa escaparon: un Capitán, dos Subtenientes y dos soldados españoles hasta ahora se ignora dónde están. Dicho doctor (el Padre Bueno) está preso y tengo dado al gobierno de Popayán. También tengo preso al español Francisco Zorrilla, a quien conocerá V. E. pues por este Valle es de mucho nombre. De todos daré en primera ocasión el correspondiente recibo.
Fuente: Jorge Eliécer Zapata. “Efemérides Supieñas”, en Supía Histórico, órgano del Centro de Estudios Sociales “Simeón Santacoloma”, Año 2, núm. 8, vol. 1, pág. 209.
EL TRASLADO SE DEMORÓ CINCO AÑOS
-
El pueblo de Nuestra Señora Candelaria de la Montaña se trasladó para el sitio de Riosucio en 1815, siendo bendecido el templo de La Candelaria el 1° de febrero de 1816.
-
Los vecinos del Real de Minas de San Sebastián de Quiebralomo se demoraron hasta 1818 trasladarse con su templo al sitio convenido, dando origen al actual templo de San Sebastián.
-
Esta demora fue causa de desavenencias entre los párrocos, como aparece en la carta de Bonafont:

Templos de San Sebastián (plaza de arriba) y La Candelaria (plaza de abajo)
EL TRASLADO DE LAS IGLESIAS
-
«En esta virtud solicité licencia del orden eclesiástico para trasladar mi iglesia parroquial a este sitio de Riosucio, y se me concedió con la facultad de visitarla y bendecirla; y habiendo construido otra iglesia el año de 15, se verificó su bendición el primero de febrero del año de 16, como consta de las diligencias, y desde este tiempo se comenzaron a construir casas conforme al reglamento dado por el superior Gobierno y cometido el señor Juez Mayor, que lo era el señor Joaquín Venancio Álvarez Ramírez, quien asistió a delinear las plaza y calles [sic].
-
«Y trasladada la parroquia de La Montaña enteramente a este sitio, permaneció Quiebralomo en su antigua situación, hasta el año de 18, en que el cura y los vecinos fabricaron iglesia en este sitio, sin previa licencia del orden para su construcción y bendición, y sin observar el arreglo prevenido por el superior Gobierno, ni el fundamento que había de población por parte de los vecinos de La Montaña, los que han edificado muchas más casas que los vecinos de Quiebralomo, pues aún el mismo señor Juez Político, ni su hermano el señor Alcalde Ordinario, no tienen casa poblada, y la Iglesia su mala construcción y materiales se halla cuasi arruinada, que se sostiene solo en los puntales con que la mantienen»
(Carta del padre Bonafont. Ob, cit.)
- Una vez en firme la traslación de las dos iglesias, ya se podía hablar de Fundación.

Mapa del traslado
7 DE AGOSTO DE 1819: FECHA DE FUNDACIÓN
-
Con el traslado efectivo de los dos pueblos y los dos templos al sitio acordado, quedó completo el ciclo fundacional, por lo cual los riosuceños convinieron en celebrar como fecha de fundación el 7 de agosto de 1819.
-
La fecha se hizo coincidir con la Batalla de Boyacá, que selló la independencia definitiva de Colombia, para simbolizar que Riosucio «floreció al amanecer de la libertad de un gran país», como lo expresa el Himno del Municipio.
-
Para 1917 ya estaba consagrada esta fecha, como lo registró el viajero antioqueño Rufino Gutiérrez, hijo del poeta Gregorio Gutiérrez González, quien visitó la población ese año, y al referirse a las dificultades que tuvo el traslado escribió: «solo el 7 de agosto de 1819 (fecha que los vecinos consideran como la de fundación de Ríosucio) pudieron realizar su proyecto» (Monografías, 1921).

Placa ubicada en la Calle del Comercio, que une las dos plazas de Riosucio

Calle del Comercio (Revista Atalaya, Manizales, 1939)

Desfile de vacalocas por la Calle del Comercio en las Fiestas de La Candelaria 2015
RIOSUCIO: CIUDAD DE LA INDEPENDENCIA
-
Riosucio es una Ciudad de la Independencia, porque, aunque los grandes hechos políticos y militares ocurrieron lejos del cerro Ingrumá, la región también fue escenario de acciones de guerra, como frontera que era entre los Estados de Antioquia y Cauca:
-
En 1810 se dio el Grito de Independencia en Bogotá. En 1811 la Ciudad-Provincia de Anserma hizo parte de las Ciudades Libres Confederadas del Valle del Cauca. La guerra se sintió en la Vega de Supía. Supía declaró la independencia en 1813 y la zona fue escenario de choques entre tropas de Antioquia y Cauca. Francisco José de Caldas construyó en la zona las fortalezas de Bufú, que no fueron tales, como lo relataría unos años después José Manuel Restrepo.
-
El Convenio de Unión de 1814 entre Quiebralomo y La Montaña se firmó durante esta Primera República.
-
Cuando en 1816 regresaron los españoles, el padre José Ramón Bueno se unió a la causa del Rey, mientras el padre Bonafont lo hizo a la causa patriota, por lo que tuvo que refugiarse en Arma (Aguadas). Después de la batalla de Boyacá el padre Bueno fue desterrado de la región, mientras Bonafont conservó su curato hasta su muerte en 1845.
-
En 1824 soldados indígenas riosuceños estuvieron combatiendo en la Batalla de Ayacucho (Perú).
-
Más allá de las acciones militares, Riosucio y los pueblos comarcanos fueron muy importantes para el éxito de la Independencia en lo económico: Fueron muchas las onzas de oro que se sacaron de Quiebralomo para la causa patriota y las minas de Marmato y Supía sirvieron de garantía ante la banca inglesa para los empréstitos que financiaron la guerra, y por eso vino Boussingault a Riosucio: A cobrar la deuda.
-
De otro lado, de no haber llegado la Independencia seguramente la fundación de Riosucio habría demorado mucho tiempo más, pues la separación de razas que imperaba en el sistema de la Colonia era uno de los factores principales que impedía que quiebralomeños y montañas compartieran el mismo espacio.
-
Dos años después de la fundación de Riosucio la Ley del 11 de octubre de 1821 dispuso: “Quedan abolidos los nombres de pueblos con que eran conocidas las parroquias de indígenas… En las parroquias de indígenas podrán establecerse cualesquiera otros ciudadanos, pagando el correspondiente arrendamiento por los solares que ocupen sus casas”.
LA VIDA EN RIOSUCIO SEGÚN JUAN BAUTISTA BOUSSINGAULT

Boussingault
-
«El 28 [de julio de 1825] pasé la noche en Quiebralomo y el 29 me instalé en la población, o más bien la misión de Río Sucio de Engurumí, centro de mis observaciones.
-
«Yo había gastado 12 días para ir de Mariquita a La Vega [de Supía], acampando 7 veces en la selva.
-
«Río Sucio, en donde me proponía centralizar las operaciones [de mejorar la minería del oro], se encuentra sobre la vertiente oriental de la Cordillera Occidental y la localidad era conveniente en relación con el clima bastante húmedo debido a la proximidad de la selva.
-
«La altitud es de 1.818 metros y el promedio de temperatura de 20°; es una explanada poco tendida a donde llegaba por el Sur un camino que la comunicaba con Cartago; por el Norte el camino conducía a la población india de Chamí, cerca de los límites del Chocó. Río Sucio está en la base de una magnífica roca de sienita porfídica.
-
«Las casas, construidas en madera recubierta de tapia, techadas con hojas de palmera, están dispuestas de manera que encierran un gran espacio, la plaza, tal como sucede en la mayoría de las misiones. La iglesia, que no difiere de las habitaciones sino por su tamaño, tiene una torre en donde está suspendida una campana.

Dibujo de Roulin, compañero de Boussingault. Se puede ver en la Iglesia de San Sebastián.
-
«Me alojé en una casa bastante limpia y necesariamente vacía, cerca de la cual, en una gran cabaña, pude establecer la oficina con una mesa de dibujo que fue tallada no sin dificultad, en el tronco de un árbol varias veces centenario. Me prestaron, del presbiterio, un sillón del siglo XVI, mesa de madera trabajada, guarnecida de cuero de Córdoba. Para dormir me dieron una barbacoa de guadua y en fin, pude conseguir el aparato indispensable de toda casa americana; una bella jarra de barro cocido que puede contener cerca de un hectolitro de agua y suficientemente permeable para refrescar el líquido al funcionar a la manera de las alcarazas.
-
«No estaba enterado de que hubiera minas en explotación en Río Sucio, sino muy cerca de allí, un poco más abajo en Quiebralomo (altitud 1.768 metros). Las minas que debía visitar estaban repartidas en la siguiente forma, de Oriente a Occidente:
-
Altitud
1o. Quiebralomo 1.768 metros
2o. Llanos de La Vega de Supía 1.225 metros
3o. Marmato, Casa Morena 1.474 metros.

Dibujo de Boussingault
-
«Las minas de Quiebralomo eran explotadas a mano por mestizos y mulatos, a veces ayudados por un esclavo o una esclava (…)
-
«En Río Sucio encontré al doctor [Desiderio] Roulin y al notario Escobar, quienes habían llegado de Bogotá por el Quindío hasta Cartago y de allí por la selva que va a lo largo del Cauca
-
«El cura de Río Sucio nos dio la bienvenida con una gran comida que se sirvió en Quiebralomo. Las autoridades municipales, toda gente de color, asistieron convenientemente vestidos aunque descalzos.
-
«La cena fue pantagruélica, digna del siglo XV y tuvo lugar en una casa cubierta de teja, relativamente un palacio. Lo que sirvieron fue grandioso: se comenzó por ollas podridas (pucheros) excelentes, pero que nos hicieron sonreír porque para servirlos utilizaron vasos de noche [bacinillas] de porcelana de Wegdwood a manera de soperas, los cuales estaban vírgenes porque se ignoraba su legítimo destino.
-
«Las gentes pudientes de Río Sucio habitaban en casas cubiertas de paja que formaban una gran plaza. Los pobres, los indios puros y los zambos vivían aislados en los claros de las selvas, cultivando maíz y criando gallinas; estas chacras se extendían a grandes distancias. Los días de fiesta estos dispersos habitantes, se reunían en el pueblo y traían sus productos: gallinas, huevos y raíces de yuca. Estas reuniones eran curiosas: cada persona tenía en su rostro un tinte característico de su raza; entre esta agrupación de familias, dignamente paseaban desnudos los indios chamis, mis buenos amigos, con los cartílagos de la nariz, las orejas o los labios adornados con anillos de oro y portando un arco o una cerbatana, con su provisión de flechas envenenadas.
-
«Cuando el padre Bonafonte iba a mi casa, lo que más admiraba eran mis instrumentos; el teodolito, las brújulas, el sextante, los barómetros y los termómetros».
Fuente: Juan Bautista Boussingault. Memorias.
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/memov1/memov15a.htm
- Años después Boussingault llegó a Riosucio por el lado de Cartago, consignando observaciones de esta visita:



LAS PRIMERAS FAMILIAS

EL MESTIZAJE
- En su carta de 1825 el padre Bonafont destaca que, unidos en Riosucio, los vecinos indios y mulatos se mezclarían y civilizarían, perdiendo su rusticidad y fiereza, proceso que se incrementaría abriendo el pueblo a la llegada de otros habitantes:
-
«Son manifiestas las ventajas en beneficio público, pues desde la Unión de estos dos vecindarios han cesado los frecuentes pleitos suscitados por la posesión de las tierras y odios particulares con que se miraban unos vecinos con otros, de lo que resultaban riñas e injurias cuasi cotidianas; se ha aumentado la población con los muchos matrimonios que se contraen entre unos y otros vecinos; han perdido su antigua rusticidad y fiereza, se ha aumentado más la opinión de la libertad, y hoy se ven más civilizados y se presentan al público más decentes, por lo que es de esperar que dentro de breve tiempo estos dos vecindarios se aumentarán considerablemente, no solo de los naturales sino también de otras gentes forasteras»
ERECCIÓN DEL PUEBLO DE RIOSUCIO EN DISTRITO MUNICIPAL (1846)
-
Riosucio se segregó de Supía y fue elevado a la categoría de Distrito Municipal por Decreto del 17 de junio de 1846, expedido por Laureano Mosquera, Gobernador de Popayán, por iniciativa de Pedro Alcántara Herrán, político y militar payanés, yerno de Tomás Cipriano de Mosquera, quien pasó por el lugar en 1842 en tiempos de la famosa cerca que dividía las dos parroquias y, «sorprendido ante la coexistencia de dos entidades civiles y eclesiásticas en una población aún incipiente, inició de inmediato las gestiones tendientes a unificarlas administrativamente» (Julián Bueno Rodríguez. Historia de Riosucio).
-
Pese a la importancia de este decreto, su texto no se consigue en Riosucio, ni aún en el Concejo Municipal.
-
La unificación dejó en firme, pese a todo, una estructura urbana única en Colombia: un pueblo con dos plazas principales, a tan solo una cuadra de distancia una de la otra.

Mapa del centro de Riosucio con sus dos plazas
(Proyecto PBOT. Universidad Autónoma de Manizales, 2015)
LA UNIFICACIÓN DE LAS DOS PARROQUIAS
- Con el decreto mencionado dejó de haber dos Alcaldías en el sitio de Riosucio. Otro tanto se hizo en lo eclesiástico:
-
«Por su parte el Obispo de Popayán, señor Caicedo y Cuero, dispuso el 30 de julio [de 1846] que aquellas dos parroquias formaran una sola con el nombre de Ríosucio, y para ello tuvo en cuenta que desde diciembre de 1845 había muerto el Cura doctor Bonafont, sacerdote de grandes méritos por sus virtudes, saber y patriotismo y mandó que la nueva parroquia quedara a cargo del presbítero Manuel Velasco, que hasta la fecha ha estado encargado de este curato con este carácter de la de Quiebralomo. El 31 del mismo mes de julio se abrieron los nuevos libros parroquiales por haberse refundido ya las dos parroquias»
(Rufino Gutiérrez. Monografías, tomo II, Biblioteca de Historia Nacional, tomo XXXVIII, Bogotá, Imprenta Nacional, 1921).
- Como Iglesia principal quedó la de San Sebastián, suprimiéndose la parroquia de La Candelaria, que vuelve a ser erigida parroquia, tal vez en la década de 1960.
Las dos iglesias, vistas desde la subida a Las Guacas
EL ORIGEN DEL CARNAVAL

-
En el mismo contexto de la unificación (mediados del siglo XIX) surge el Carnaval de Riosucio, como una estrategia social para lidiar con la rivalidad entre los dos pueblos fundadores, poniéndose un Diablo alegre como árbitro de la convivencia local.
LOS NOMBRES QUE HA TENIDO RIOSUCIO
-
“Dice la tradición que el nombre que tenía la población fue confirmado por el presidente de la República y por el obispo de la diócesis y que le fue dado porque el riecito cercano -que antes se llamaba Imurrá- lo bautizó Ríosucio el conquistador Juan de Badillo por haberlo encontrado turbio a causa de derrumbamientos en la cuchilla de Iba.
-
“Pero los habitantes de aquella próspera población no se conforman con nombre tan prosaico y por eso han conseguido que se cambie tantas veces que solo la República le lleva ventaja en ese sentido: en documentos oficiales de la notaría se ve que de diciembre de 1856 a noviembre de 1857 se llamó distrito parroquial de Bolívar, y que después siguió llamándose distrito parroquial de Ríosucio;
-
“la Legislatura del Cauca le cambió el nombre en 1866 por el de Polonia, en recuerdo del combate que se dio en el lugar de este nombre, en el cual fueron derrotados los revolucionarios, entre quienes había bastantes vecinos de Ríosucio; no sé si esa disposición fue derogada oficialmente o si le sucedió al nuevo bautizo lo que a otros oficiales que se han hecho entre nosotros, que no fue aceptado por el público, lo cierto es que siguió llamándose como antes, hasta que la Asamblea de Caldas, en 1916 por Ordenanza número 20, de 8 de abril, mandó que se llamara Hispania; pero vino la Asamblea del presente año [1917], y por Ordenanza número 20, de 21 de abril, derogó la anterior, y esto con gran sentimiento de muchos de los vecinos”.
(Rufino Gutiérrez. Ob. cit.)
HABITANTES DE RIOSUCIO EN EL CENTENARIO


Acta de posesión de los calificadores de las escuelas y colegios del Municipio de Hispania, cuando Riosucio se llamaba así, noviembre de 1916 (Archivo Municipal de Riosucio. Libro de Posesiones).
-
Francisco Calle, Salomón Cruz, Félix Trejos P., Carlos Escobar O., Cruz María Calle H., Hugo Patiño G., Jesús María Taborda, Guillermo Urrea, Lorenzo M. Palomino, Clemente Trejos, Luis E. Patiño, Aristóbulo Herrera R., R. Ospina Y., [Ilegible] Díaz, Vicente de la Cuesta, M. Bueno C., Carlos J. Moreno, V. de la Cuesta, Alfredo L. Botero, Olimpo Bolívar D., Pedro M. García, Jesús Cuesta G.,Ángel M. Calle H., Andrés Trejos C., Jorge Palomino, Pompilio Vanegas, Max Calvo S.,
-
Tomás C. Díaz, Rudecindo Gutiérrez, Sanrtiago Cruz, Enrique García, Leonidas Gutiérrez, Luis A. Cock, Enrique Vinasco, David Quintero, Otilio Vanegas, Juan de Jesús Fajardo M., Joaquín F. Soto, Rafael María Navarro, Alejandrino Palomino, Juan B. de los R., Edmundo García, Celedonio Gómez, Emiliano Betancur P.,Rubén Palomino, José Luis Taborda, G. Delarroche, Luis Hencken, Alcides Trejos, Julio C. Velasco, J. Güenberg [?], Jesús Antonio Salazar, Lorenzo Mesa, Jesús M. Güendica, J. Olimpo Morales,
-
Juan de D. Echeverri B., Lorenzo Betancur B., Juan A. Suárez, Rafaela Castaño, Rodolfo Velasco, Lisímaco Vana Toro [?], Ignacio León Velasco, Francisco J. Franco, M. García, Nepomuceno Peláez,
-
Enrique A. Palomino P., Luis M. [?] Rodríguez, Francisco [?] A. Bolaños, Rodolfo [o Rodrigo?] A. Velasco D., J. M. Alzate R., Baltazar E. V., Rafael Llanos, Arturo Posada, Juan de D. Ríos, Benjamín Patiño, P. Gaviria, Gerardo Palomino, Jesús Lázaro Trejos, Bermoreno [?], Noé Cadavid, Marceliano Betancur, Adán Cadavid, Daniel Taba, J. María Isaza C., Edmundo Gartner, Antonio Gaviria P., Rafael Liranza C., Manuel G. Trejos P., Ricardo de los Ríos, Pablo Nicholls, CeEuclides Posada, Ricardo Gartner, Francisco García H., Manuel M. Valencia, Ernesto A. Villa, Ramón Cuesta [?], Patrocinio Jaramillo, Esteban E. Cuesta, Samuel Colonia N. [?],Reginaldo Hernández Z.
(Fuente: Libro de Posesiones. Tomo 1. 1895-1920. Archivo Municipal de Riosucio).


“El abuelo lleva al nieto a ver el Desfile de la Cultura”.
Mural de Rodrigo Díaz en el Centro Cultural Colombia

Amanecer en la ciudad
|