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DIFICULTADES DEL BICENTENARIO MEXICANO


VIGILARÁN FESTEJOS 25 MIL EFECTIVOS POLICIACOS, DEL EJÉRCITO Y DE MARINA

Tomado de: http://www.jornada.unam.mx/2010/09/15/

Estado de alerta en todo el país ante posibles ataques del hampa, señalan funcionarios
Los asignados al centro de la capital traen armas largas y gas lacrimógeno
Gustavo Castillo García

Periódico La Jornada
Miércoles 15 de septiembre de 2010, p. 9
Más de 25 mil agentes federales, efectivos del Ejército y de Marina participarán en operativos de vigilancia y prevención en todo el país durante los festejos del bicentenario de la Independencia, indicaron funcionarios del gobierno de la República.

En la capital del país se desplegarán más de 4 mil policías federales, y un número similar de militares permanecerán en alerta ante la posibilidad de algún incidente que requiera el despliegue de medidas de salvaguarda a los asistentes a la ceremonia del Grito la noche de este miércoles y durante el desfile militar de mañana.

La conmemoración de los 200 años de Independencia está enmarcada por un “estado de alerta” ante posibles ataques del crimen organizado, luego de que en estados como Michoacán (2008) Tamaulipas y Chihuahua (en este año) han ocurrido diversos ataques contra la población que han lesionado o privado de la vida a transeúntes o ciudadanos, señalaron las fuentes consultadas.

De hecho, las autoridades federales han establecido mecanismos de colaboración e intercambio de información que permi- tirán contar con grupos especiales de reacción inmediata, y han preparado mecanismos de vigilancia en al menos 11 entidades federativas, incluyendo el Distrito Federal, donde ya empezaron los cierres vehiculares en distintas zonas cercanas al Centro Histórico, y en las inmediaciones de monumentos como la Diana Cazadora y el Ángel de la Independencia, donde se realizarán conciertos como parte de los festejos.

Policías federales y capitalinos han integrado un grupo de coordinación, por lo que desde el pasado lunes comenzó el reforzamiento de la vigilancia en los puntos donde se ha cerrado el tránsito vehicular y en las sedes de dependencias federales, como la Procuraduría General de la República, la Comisión Federal de Electricidad, la Torre de Petróleos Mexicanos, las secretarías de Desarrollo Social y Gobernación, así como el Senado de la República.

Elementos de las Fuerzas Federales de Apoyo y de Operaciones Especiales, así como de Despliegue Regional, participan en labores de vigilancia en toda la zona centro de la capital, dotados de armas largas y cartuchos de gas lacrimógeno, por ejemplo, en los alrededores del Ángel de la Independencia.
En el caso de Palacio Nacional y sus inmediaciones, centenares de efectivos del Estado Mayor Presidencial (EMP) están a cargo de la seguridad, ya qye ahí el presidente Felipe Calderón dará el Grito de Independencia.

A lo largo de calles como 20 de Noviembre, Pino Suárez, 5 de Mayo y Madero se colocarán grupos de francotiradores que estarán alertas en caso de que ocurra algún intento de ataque.

Para evitar el ingreso de cualquier artefacto que pudiera ser detonado, se instalarán detectores de explosivos, y a las personas que tendrán acceso a la celebración en Palacio Nacional se les revisará minuciosamente.

PELÍCULA “EL INFIERNO”

NARCO, POLÍTICA Y ASESINATOS EN EL INFIERNO

Tomado de: http://www.eluniversal.com.mx/notas/699948.html

La nueva película de Luis Estrada, director de La Ley de Herodes ya cuenta con un sitio web oficial en donde se puede ver el trailer


Foto: http://www.elinfiernolapelicula.com.mx/

Estreno. La cinta es protagonizada por Damián Alcázar (Foto: Especial )

CIUDAD DE MÉXICO | Jueves 05 de agosto de 2010 César Huerta | El Universal15:30

El narco enfrascado en la política mexicana; los pobres que se meten a la mafia y los asesinatos masivos, llegaron hoy a internet en términos cinematográficos.
Y es que acaba de ser lanzado el sitio oficial de la película El infierno, dirigida por Luis Estrada, el mismo de la polémica y controvertida La ley de Herodes.
En la dirección www.elinfiernolapelicula.com.mx ya se puede ver el trailer, bajar el poster oficial del largometraje, así como fotos del mismo y leer comentarios del realizador.
El Infierno, protagonizada por Damián Alcázar, narra las aventuras de Benjamín García, que comienzan cuando es deportado de EU, donde ha pasado 20 años.
Tras ellos hace un largo viaje a su pueblo, que se llama San Miguel Narcángel y se encuentra con un panorama completamente desolador.
A partir de ahí enfoca sus baterías en cuestionar el presente del país y los supuestos logros para celebrar el aniversario de la Independencia y la Revolución.
"La película pasa por las armas a todos y hay referencias claras de quién lo dijo, claro, en el marco de una comedia negra y sátira. Se verá la forma en que a veces nos quieren vender un catarrito y luego una pulmonía, o de que estamos en una guerra (contra el narco) y aunque no lo parezca, la estamos ganando", señaló en su momento Estrada a EL UNIVERSAL.
El infierno se estrenará el próximo 3 de septiembre

MALA FIESTA, MALA CRUDA

Tomado de: http://impreso.milenio.com/node/8834416

Columna: Ojo por ojo


Álvaro Cueva

2010-09-19•Acentos

Yo no estoy de acuerdo con que los festejos del Bicentenario hayan sido un éxito porque estuvieron llenos de detalles pavorosos. El peor de todos fue el del miedo.

Desde que aquello se anunció se nos hizo creer que iba a ser peligroso, que el crimen organizado iba a aprovechar los espacios abiertos para matarnos a todos, que lo mejor era que nos quedáramos en nuestras casas para verlo por televisión.

¿Por qué? Una fiesta nacional se vive en las calles, con los monumentos, con la gente. Y más si se trata de un desfile o de una tradición tan arraigada como el Grito.

Acuérdese de cuando salimos a recibir el año 2000, de cuando la gente salió a festejar el triunfo de Vicente Fox, o de cuando los capitalinos corrieron a celebrar la llegada de Cuauhtémoc Cárdenas al gobierno de la Ciudad de México.

¿Cuál es el interés de la presidencia de Felipe Calderón de tenernos perpetuamente encerrados y aterrorizados?
Todo en este sexenio ha sido una invitación al pánico: las elecciones de julio pasado, los retenes, lo de la influenza.
Qué casualidad que la gente no cabe en las calles del Distrito Federal para celebrar el Bicentenario, pero que sí cabe y hasta sobra espacio cuando gana la selección nacional.

Ahora, el festejo estuvo horrible y lleno de situaciones que sí ameritan una crítica severa.

¿Se dio cuenta, por ejemplo, que el desfile abrió con camoteros y recolectores de basura? Hasta la gente que narraba el show para la televisión se quedó sin palabras.

¿Por qué? Porque si hay un sector de la población olvidado por nuestras autoridades es el de los pobres, porque si ha habido una lucha por acabar con algo en el centro del país ha sido por aniquilar el comercio ambulante y porque la gente pobre de esta nación no es así.

¿Se fijó en la parte del desfile que se supone que era un reconocimiento a nuestras comunidades indígenas?

No eran indios de verdad, eran blancos maquillados de morenos, chicos de ciudad bastante bien alimentados que ni en sus más remotas fantasías van a interpretar una danza ritual.

Mientras ellos posaban para esa mentira, nuestros verdaderos indígenas estaban enclaustrados en sus comunidades, viviendo en la peor de las miserias, sin la más remota posibilidad de ser tomados en cuenta.

Lo más patético es que mientras todo esto pasaba, los especialistas de los medios de comunicación alucinaban con que aquello era un renacimiento, una especie de año nuevo tras el cual vendrían planes y propósitos. ¡Cuál!

Aparecieron carros alegóricos con chavos felices haciendo acrobacias en patineta y a nadie se le ocurrió decir que aquello era la cúspide de la hipocresía.
En este país si andas en patineta te tachan de pandillero, y si eres joven te lleva la tristeza porque no hay apoyos, no hay oportunidades, escuelas. ¡Somos el país de los ninis!

No, pero la peor parte de los festejos fue la del Zócalo… ¡con los ricos viendo a la chusma desde los balcones de Palacio Nacional! Fue una de las imágenes más grotescas que le pudimos haber regalado al mundo.

¿Cómo podemos presumir de ser una nación democrática si en los festejos del Bicentenario de nuestra supuesta libertad, a los poderosos les dio miedo mezclarse con el pueblo y a los pobres se les negó el derecho de ir a la más pública de las plazas que tenemos en México? ¡Cómo!
¿Y qué me dice de la coreografía que toda la masa preparó para bailar en cierto momento de la fiesta?

Independientemente de que no se entendió en la tele, fue convertir algo hipersagrado como la memoria de nuestros héroes en un bailecito como “El felicidades” de Hoy. ¡No se vale!

A mí lo que me sigue teniendo impresionado es lo del coloso y no por la escultura, sino por el escándalo que se ha hecho alrededor de un recurso tan básico como ése y porque nadie ha dicho lo que se tiene que decir:

Ese mono es exactamente el tipo de mexicano que jamás ha triunfado en este país, el estereotipo que nunca veremos en nuestra tele, el tipo físico al que más le sacan la vuelta nuestros líderes.

¿Cuál fue la intensión de pararlo en el Zócalo? ¿Volver a mandarnos un mensaje contradictorio o qué?
Lo del Bicentenario, en resumen, fue una mala fiesta. No nos dejemos engañar. Ahora viene la cruda. ¿Con qué nos van a distraer en las próximas semanas? ¿Con qué nos van a volver a atemorizar?
¡Atrévase a opinar!
alvarocueva@milenio.com

EL BICENTENARIO MÁS TRISTE DE AMÉRICA

Tomado de:
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Bicentenario/triste/America/elpepiint/20100915elpepiint_4/Tes

La extrema violencia del narcotráfico y la debilidad institucional que azotan México empañan los festejos de los 200 años de la independencia

El País
PABLO ORDAZ - México - 15/09/2010

México celebra hoy el Bicentenario de su Independencia haciéndose una pregunta: ¿hay algo que celebrar? Doscientos años después de que, en el pueblo de Dolores, el cura Hidalgo lanzara su grito de rebelión contra el mal gobierno, este país de 108 millones de habitantes -de los que el 49% sigue sumido en la pobreza- se dispone a vivir una celebración marcada por la violencia extrema de los carteles de la droga. Tan es así que las autoridades de las plazas más peligrosas han suspendido los festejos y pedido a la población que celebre en familia y ante el televisor, por temor a que -como sucediera hace dos años en Morelia- el crimen organizado se ampare en la multitud para hacer de las suyas. Si a ello se le suma la crisis económica, la desigualdad endémica y una generación de políticos más ocupada en sus guerras intestinas que en consensuar de una vez un modelo de país, el panorama no es muy halagador. Como explica el historiador Enrique Krauze, México afronta el Bicentenario sumido en una "depresión crónica".
No habrá actos conmemorativos en las zonas más peligrosas
Los jueces solo son capaces de resolver el 5% de los delitos cometidos

Basta darse una vuelta por los periódicos del día para constatar que no faltan motivos para tal depresión. No se tienen noticias del jefe Diego, uno de los políticos más influyentes del país y al que una banda de secuestradores se llevó hace ya cuatro meses ante el silencio y la indiferencia general. Tampoco se sabe nada de los asesinos del candidato a gobernador de Tamaulipas, el Estado norteño que ya es símbolo del horror y el desgobierno. Las preguntas sin respuesta se agolpan en las mesas de una policía corrupta y de unos jueces incompetentes que, según las últimas cifras, solo son capaces de resolver el 5% de los delitos cometidos. ¿Por qué mataron a los 72 migrantes centroamericanos? ¿Dónde está el casi centenar de reclusos que se escapó del penal utilizando simplemente una escalera? Las fotografías de decapitados ya no sorprenden a nadie ni tampoco, por desgracia, que los militares yerren el tiro otra vez más y maten a una familia a la que confundieron con un grupo de sicarios...

Este rosario diario de noticias llevó hace unos días a la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, a comparar México con la Colombia de hace 20 años, desatando el malestar del Gobierno de Felipe Calderón. Su nuevo portavoz para asuntos de Seguridad, Alejandro Poiré, le contestó: "No estamos de acuerdo con lo que dice la señora Clinton, pero sí tiene razón en una cosa: la situación de Colombia y la de México están provocadas por la enorme demanda de droga de EE UU". La ingeniosa respuesta refleja el hartazgo del Gobierno mexicano ante las recurrentes acusaciones de Estado fallido procedentes de los vecinos del Norte. Calderón y su equipo, auxiliados convenientemente por sus intelectuales de cabecera, adjudican a la prensa -y sobre todo a la extranjera- la responsabilidad de la mala imagen del país. El argumento viene a ser este: "Solo resaltan lo malo de México. Hablan de los Estados donde reina la violencia, pero no de los que viven en paz. Hablan de los 40 millones de pobres, pero no de los 60 que no lo son...".

Y, hasta cierto punto, tienen razón. México, a pesar de todo, sigue siendo un país vibrante, de gente amable y emprendedora, donde las empresas privadas funcionan y sus muchas y muy brillantes Universidades siguen manteniendo encendida la luz de la esperanza. Sus ciudadanos -aunque cada vez más sumidos en la depresión a la que se refiere Enrique Krauze- nacieron sabiendo que poco pueden esperar de su clase política y, generación tras generación, renuevan tal convencimiento. Aun así, y cuando llega el caso, demuestran su civismo a prueba de terremotos (1985) o de epidemias de gripe (2009). Por eso, tal vez la pregunta que circula estos días por los medios y la calle -¿hay algo que celebrar?- no tenga a fin de cuentas demasiado sentido. Lo explica Covadonga Meseguer, profesora del CIDE (Centro de Investigación y Docencia Económicas): "La pregunta no es la correcta, como tampoco lo es la respuesta implícita de que no es legítimo hacerlo con muertos a diario. La pregunta correcta sería: ¿por qué no celebrarlo? O... ¿qué se ganaría con no celebrarlo? Tendríamos que ver incluso si la no celebración no sería una concesión a quienes están alterando la vida del país. Creo que hay un momento para la celebración y otro para la reflexión sobre lo que está pasando...".

Así pues, México -como cada mediados de septiembre- se ha llenado de banderas tricolores y de gente que, como tan bien explicó Octavio Paz en El laberinto de la soledad, utiliza la fiesta para evadirse de una realidad casi siempre mejorable. Tal vez la mejor contestación a la duda sobre si celebrar o no el Bicentenario se acerque a la que, hace unos días, un taxista de la Ciudad de México le ofreció a este corresponsal cuando le preguntó si al día siguiente abrirían los bancos. Haciendo uso de una habilidad muy mexicana para decir una cosa y su contraria, respondió: "Pues yo creo que sí, pero probablemente no".

LOS EXCESOS DEL BICENTENARIO

Tomado de: http://www.vanguardia.com.mx/losexcesosdelbicentenario-554616.html

18-Septiembre-2010

 

Sin monumento conmemorativo, pidiendo ver festejos por Tv o internet, y con despilfarro de casi 3 mmdp, el Gobierno selló la celebración del Bicentenario

La conmemoración del Bicentenario de la Independencia de México nos alcanzó con más penas que glorias, con más miedos que alegrías, con más dispendio que proyecto.

El gobierno del presidente Felipe Calderón fue incapaz de concretar siquiera los cimientos de la llamada “Estela de Luz”, el monumento emblemático que sólo exhibió la penumbra oficial, incapaz de hacer que las cosas sucedan.

Aceptamos sin cuestionar el infame gasto de 2 mil 900 millones de pesos, cinco veces más que lo que gastó Argentina y 75 veces más que lo que destinaron Chile y Colombia a celebraciones similares.

Y todo para pagar unos festejos que culminan asfixiados por el miedo, exhortando a los mexicanos a no salir de sus casas, a celebrar frente a la pantalla del televisor o por Internet.

Uno de los pocos recuerdos que se tendrán cuando pasen los festejos, si en su historia no hay tragedia de por medio —nadie lo deseamos—, será el de una semana laboral de dos días o un asueto prolongado de cinco días.

Y ese largo “puente” no estará edificado en la generosidad de un merecido descanso, sino en el pánico creado por alguien que ya amenazó al gobierno con sabotear los festejos patrios bicentenarios.

Festejemos, pues, sin festejar. Con accesos restringidos, con 20 mil custodios entre militares, policías federales y del Distrito Federal. Con francotiradores en las azoteas buscando impedir que cumpla su propósito un émulo del protagonista del “Día del Chacal”.

Que si es el narcotráfico, que si es la guerrilla, que si son nacientes movimientos insurgentes que buscan una nueva independencia u otra revolución. Eso es lo de menos. La semilla del temor está sembrada.

Es bueno que el Gobierno tome sus precauciones. Pero hubiera sido mejor que los distintos gobiernos que lo antecedieron en los 200 años de Independencia hubieran tomado prevenciones para sofocar el creciente reclamo de justicia social.
Basta dar un repaso a los célebres “Sentimientos de la Nación”, proclamados el 14 de septiembre de 1813 por el cura José María Morelos, para descubrir que la mayoría de los reclamos de entonces tienen vigencia hoy.

Entrevista

Bien lo dice el historiador y escritor Francisco Martín Moreno, quien habla de las lecciones del Bicentanario, dice que Miguel Hidalgo era un soñador, intelectual y poeta, así como un enamorado de las mujeres y torero.

Además hay que aclarar que “el cumpleaños de la patria no es el día del Grito, no es el día de la gestación”, sino el día en que se consuma la naciente nación, es decir, el 28 de septiembre de 1821.

Para desenmascarar lo que dice la historia oficial y el misticismo que rodea a los héroes de la patria, Francisco Martín Moreno nos ofrece en esta edición de Reporte Índigo la visión de historiador para desmitificar y aclarar los hechos históricos en el marco de la conmemoración del Bicentenario.

En opinión de Martín Moreno, “Calderón perdió la oportunidad de lucrar políticamente” con el evento.

Y en lugar de aprovecharlo para tener “un momento de profunda reflexión” sobre los errores cometidos, estamos inmersos en festejos hipócritas.

“(Los festejos) Los siento huecos, no los siento con contenido”, dice el autor de “México Negro”, “México Mutilado” y “Arrebatos Carnales”.

Además Martín Moreno se cuestiona si en el México de 2010 persisten las constantes que motivaron el estallido de 1810: desigualdad social, concentración del ingreso, gran corrupción y desesperación social.

“Igual que había desesperación social en 1810, hay desesperación social en este momento”.

Y a dos años de las elecciones de 2012 y en medio de la guerra contra el narcotráfico, el historiador analiza y compara las condiciones que podrían impulsar a alguna figura a encausar ese descontento social.

“Las personas están hartas de promesas”, dice Francisco Martín Moreno, y el surgimiento de figuras con propuestas populistas es latente.

Así que para reflexionar sobre el proceso que llevó al nacimiento de México como país independiente, disfruta de una lección de historia. 

El gasto

El Sistema Nacional de Investigadores tiene un presupuesto anual de 2 mil 402 millones de pesos. El monto de los festejos del Bicentenario supera esta cifra en 20 por ciento. Mientras, todos los países petroleros invierten cada vez más en investigación de biocombustibles.

La Procuraduría General de la República destinó este año mil 526 millones de pesos al programa de Combate a la Delincuencia Organizada. Los gastos del Bicentenario superan este monto en 90 por ciento. 

El Gobierno invirtió este año 2 mil 339 millones de pesos en el Sistema Federal Penitenciario. Si los gastos del Bicentenario se destinaran a este rubro el presupuesto crecería 123 por ciento. 

También Considerando una paridad de 13 pesos por dólar… 

La SEP gasta cada año mil 656 dólares por alumno de Primaria, el equivalente a 21 mil 528 pesos. 

En Secundaria, la erogación es de 2 mil 790 dólares o 36 mil 270 pesos por alumno anualmente. 

En Preparatoria, cada año se destinan 5 mil 774 dólares por alumno o 75 mil 62 pesos. 

Con los 2 mil 900 millones de pesos del Bicentenario, se podría impulsar la educación de 134 mil 708 niños en Primaria, o de 79 mil 955 en Secundaria, o de 38 mil 635 jóvenes en Preparatoria. 

Además, se podría invertir en la capacitación de maestros, en tecnología para las escuelas (computadoras, no Enciclomedia), en incrementar el presupuesto del Programa Escuelas de Calidad o en crear programas especiales para estudiantes con talento y para aquellos con rezago. (Información con base en datos de la OCDE)