MARCHA INDÍGENA 21 DE MAYO: LOS INDÍGENAS ARGENTINOS MARCHARON 15 DÍAS EN EL BICENTENARIO, NO PARA CELEBRAR, SINO PARA DEMOSTRAR QUE ESTÁN VIVOS Y EN RESISTENCIA MARCHA INDÍGENA LLEGA A BUENOS AIRES EN DEMANDA DE UN “DIÁLOGO POLÍTICO” Tomado de: http://www.jornada.unam.mx/2010/05/21/index.php?section=mundo&article=028n1mun Piden la creación de un Estado “plurinacional” que ampare sus tradiciones y territorios
Histórica movilización de comunidades indígenas se desarrolló ayer en Buenos Aires, Argentina. Procedentes de todo el país llegaron representantes de pueblos wichi, kolla, toba, mapuche, huarpe, guaraní y ava guaraní, entre otros, para pedir la “reparación histórica” de sus derechos ancestrales Foto Osain Álvarez Stella Calloni En sus colores las banderas identificaban cada comunidad como los wichi, kollas, toba, mapuche, huarpe, guaraní y ava guaraní, entre otros. Esta marcha histórica tenía un antecedente lejano, el llamado Malón de la Paz, en 1946, cuando estaba el primer gobierno del tres veces ex presidente Juan Domingo Perón, ya fallecido. Ahora aquí los esperaron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Hijos y familiares de desaparecidos, personalidades como el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, movimientos sociales, sindicales y estudiantiles, así como importantes intelectuales y artistas, para abrazarlos en este gran encuentro que nunca había sucedido. Al frente venían los caciques, muchos de ellos ancianos, y también jóvenes y mujeres aguerridas. “Caminando por la verdad hacia un Estado plurinacional”, fue la consigna de la marcha, que partió el 12 de mayo pasado de Jujuy, Salta (noroeste), Neuquén (sur) Chaco y Misiones (noreste), y deteniéndose en varias ciudades del interior, donde las esperaban movimientos sociales, políticos y humanitarios, lo cual fue un suceso nunca vivido. En cada lugar hicieron la ceremonia de la Pachamama (Madre Tierra). Llegaron a mediodía a la estación de autobuses de esta capital y comenzaron su marcha por la importante avenida 9 de Julio, y miles de personas se fueron uniendo, mientras desde automóviles y edificios los aplaudían y saludaban su paso. Todos querían abrazar a sus hermanos recuperados del olvido. Bernabé Montellanos, del pueblo kolla y habitante de Iruya, traía en sus manos el documento que entregaron a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ante quien hablaron en sus propias lenguas. Centrado en el cumplimiento de las leyes 26.160, de regularización territorial, y la 26.122 de Medios, en las que los indígenas reconocen un gran interés para poder difundir sus voces, se reclamó un “diálogo político” que permita la “reparación histórica” de sus derechos ancestrales y la creación de un Estado “plurinacional” que respete la diversidad, las tradiciones, los territorios y las costumbres de más de 30 pueblos existentes antes de 1810. Exigen la devolución de sus tierras, la oficialización de las lenguas indígenas en las enseñanzas primaria y secundaria, y una reparación económica para generar políticas de desarrollo con identidad, así como la refundación del Estado argentino. La presidenta les agradeció emocionada la visita y su reivindicación de sentirse argentinos. Hizo referencia a los que luego llegaron como inmigrantes desde Europa en los barcos, para recordar que venían a buscar “un plato de comida en estas tierras”. “Lo digo para que muchos bajen la soberbia y tengan la humildad que tenemos que tener y el respeto a la libertad, a la igualdad y la equidad, así como a los derechos y a las culturas e identidades”, declaró. También se comprometió a cumplir con las demandas justas y para que se reparen las injusticias de tantos años. La fiesta continuó luego. Unos cantaron canciones propias con instrumentos típicos, los otros les brindaron poesía y cantos en una hermandad nunca vista. Los manifestantes enarbolaban pancartas con consignas como “la tierra robada será recuperada” y “la tierra no se vende, la tierra se defiende”. “Creemos que Argentina tiene una deuda muy grande con nosotros. Nuestra esperanza es que la presidenta le diga a la sociedad que los pueblos originarios somos parte del país”, dijo Bernabé Montellanos, dirigente kolla. Fue una noche de intensa emoción de unos y otros. Abrazos y lágrimas, sorpresas en muchos rostros y especialmente en aquellos que nunca habían llegado a esta capital. MASIVA MARCHA INDIGENA A PLAZA DE MAYO EN RECLAMO DE LOS DERECHOS HISTORICOS Tomado de: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-146102-2010-05-21.html La plaza de los pueblos originarios
Por Darío Aranda La movilización fue impulsada por la Confederación Mapuche de Neuquén, la Unión de los Pueblos de la Nación Diaguita (UPND de Tucumán), Kollamarka de Salta y el Consejo de Autoridades Indígenas de Formosa. También participó el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase-Vía Campesina) y contó con el apoyo fundamental de la organización Tupac Amaru, que dirige la jujeña Milagro Sala. “Es una marcha histórica, nos animamos a llegar hasta este mundo de edificios, asfalto, y venimos con respeto pero también fuerza, queremos que les quede claro que los grandes negocios de las empresas arrasan nuestras tierras y se llevan nuestra vida”, graficó al comienzo de la marcha Félix Díaz, pilagá de la comunidad La Primavera de Formosa, uno de los ocho mil indígenas que llegaron hasta Buenos Aires. Las columnas de comunidades indígenas ocuparon siete cuadras de la avenida 9 de Julio. Lo ancho de todo un carril estaba desbordado de rostros curtidos, abuelos, muchas mujeres, niños y gran cantidad de jóvenes. En Diagonal Norte los esperaron organizaciones sociales, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Camino hacia la Plaza, desde algunos edificios tiraban papelitos, aplaudían el paso indígena y las banderas argentinas convivían con las wiphala, emblema multicolor de los pueblos originarios. “Caminando por la verdad, hacia un Estado plurinacional”, fue la consigna de la marcha, que comenzó el 12 de mayo en Jujuy, Misiones y Neuquén, atravesó diez provincias y contó con la presencia de los pueblos kolla, mapuche, qom-toba, diaguita, lule, huarpe, wichí, mocoví, guaraní, vilela, sanavirones y guaycurú. Elías Maripan, de la Confederación Mapuche de Neuquén (CMN), arengó desde el escenario. “Los pueblos originarios están de pie, dignos y conscientes de sus derechos”, gritó con el puño en alto. La multitud lo ovacionó. Desde el ingreso de las columnas a la ciudad de Buenos se hizo hincapié en el pliego consensuado antes de comenzar la marcha. Territorio, cultura-educación, “madre naturaleza” y reparación económica. En base a leyes ya vigentes, exigen inmediato reconocimiento y restitución de tierras, aplicar con urgencia el derecho a la consulta y consentimiento sobre los hechos y acciones que los afectan, y la aplicación efectiva de la ley 26.160, de emergencia territorial, ya vigente hace cuatro años y muy demorada en su aplicación. En el plano cultural solicitaron reconocimiento de las lenguas indígenas como idiomas oficiales, incluir planes de estudio interculturales, crear universidades e institutos de formación indígena y suplantar el 12 de octubre por fechas significativas de los pueblos originarios. “Solicitamos la derogación del Código de Minería”, remarcan desde la convocatoria –como freno a la avanzada de la minería metalífera a gran escala– e impulsan la creación de un “tribunal de justicia climática”. David Sarapura, de la Coordinadora de Organizaciones Kollas Autónomas (Kollamarka, de Salta), aclaró que la marcha “no es para festejar el Bicentenario, marchamos para demostrar que estamos vivos, que somos los antiguos pobladores de esta tierra y que hemos resistido y seguiremos resistiendo, eso es lo que nos llevó a todos los hermanos a estar en esta marcha. Lo que sí festejamos es que estamos vivos”. La Presidenta recibió a una treintena de delegados durante una hora. “Propuso una agenda de trabajo para la primera quincena de junio. Dijo que está de acuerdo en muchos puntos, y en otros para nada. Suponemos que no comparte nuestro rechazo a la minería, las petroleras y empresas que saquean y contaminan nuestros territorios, no lo dijo pero lo dio a entender”, explicó Jorge Nahuel, de la Confederación Mapuche, y reconoció que esperan “anuncios concretos. Nos hubiera gustado respuestas claras a nuestras demandas, pero sabemos que al Estado les cuesta entender nuestra realidad, aunque tiene claro que estamos organizados y no bajaremos las demandas”. El derecho y la protección del territorio es la histórica demanda de todos los pueblos indígenas, sin distinción de etnias y regiones. Una investigación de Página/12 reveló en 2007 que existen al menos 8,6 millones de hectáreas en conflicto entre comunidades indígenas y multinacionales mineras, los estados provinciales y nacional, privados multimillonarios –aunque también algunos menos acaudalados–, empresarios turísticos, plantas de celulosa, empresas sojeras, universidades nacionales y, según acotan las comunidades, “un sistema político y judicial que desobedece las leyes”. En la misma línea, un trabajo de la organización Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf) relevó seis provincias del noreste argentino y aportó datos inéditos: cinco millones de hectáreas en conflicto, casi 600 mil personas afectadas, y confirma que el sector privado y estatal son los principales opositores a los campesinos e indígenas. El informe demuestra que la mayor conflictividad comenzó en la década del 90, de la mano del avance de la soja sobre el norte del país. Jorge Nahuel, mapuche, aseguró que ahora los pueblos indígenas están “movilizados, se hacen escuchar y tienen una fortaleza mayor que hace décadas”. |
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