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BALANCE DE LA CELEBRACIÓN DEL BICENTENARIO
DE LA BATALLA DE BOYACÁ
(7 DE AGOSTO DE 2019)

Con los actos comunes y corrientes se celebraron en el Puente de Boyacá los 200 años de la Batalla de Boyacá, que le dio la libertad absoluta al país, permitió la creación de la Gran Colombia (Venezuela, Nueva Granada y Quito), y fue la antesala de otras grandes batallas en Maracaibo, Pichincha y Ayacucho en las que el Ejército Español fue derrotado y expulsado de tierras americanas. https://www.eltiempo.com/politica/gobierno/como-sera-la-celebracion-del-bicentenario-de-la-batalla-de-boyaca-397886

La Batalla de Boyacá, el 7 de agosto de 1819, fue la culminación de la Campaña Libertadora, que había empezado el 18 de mayo en la Aldea de Setenta, a orillas del río Apure, en Venezuela. Era la temporada de lluvias y Simón Bolívar tomó el riesgo de llevar sus tropas por los llanos inundados y por el páramo de Pisba, para distraer a Pablo Morillo y sorprender al coronel Barreiro, comandante de las fuerzas realistas en la Nueva Granada. Esta acción admirable fue coronada por el triunfo del Libertador, secundado por los generales de brigada Francisco de Paula Santander en la Vanguardia, y José Antonio Anzoátegui en la Retaguardia.

Los 200 años de la Batalla de Boyacá son un hecho trascendental que había que celebrar y celebrar en grande.

Infortunadamente en Colombia se celebró como “Bicentenario de la Independencia”, confundiendo a la Nación, que había celebrado los 200 años de la Independencia en 2010, por el Grito de Independencia del 20 de julio de 1810.

Esta alteración de los imaginarios patrios se lo debemos al ex presidente Álvaro Uribe Vélez, quien desde 2005 lanzó su plan “Visión Colombia Segundo Centenario 2019”, donde se lee:

“El 7 de agosto de 2019 Colombia celebrará dos siglos de vida política independiente. Ésta es una fecha histórica y simbólicamente muy importante que invita a una reflexión profunda sobre nuestro pasado y nuestro presente; sobre nuestros logros y debilidades; sobre nuestros aciertos y nuestros errores; pero, ante todo, sobre nuestras potencialidades y nuestro futuro”.


Aclara el ex presidente que él no es historiador: “Permítanme referir a ustedes una reflexión sobre estos dos siglos de la historia de nuestra Patria y alguna reflexión prospectiva colombiana. No la reflexión del historiador; los roles del político y del historiador son roles muy diferentes. De pronto contrapuestos” (Cartagena, 23 de octubre de 2009). Y con esa “reflexión prospectiva” incurrió en el craso error de identificar hechos del pasado con sucesos actuales, identificando el conflicto armado actual con la guerra civil de 1812-1814. Para Uribe, había que acompasar los tiempos de la guerrilla con los de Gobierno, pues mientras estos se miden en cuatrienios la guerrilla no tiene límite en el tiempo, y así a un gobierno fuerte le sigue uno débil, que negocia. Por eso había que tener una continuidad de Gobiernos hasta 2019, para así evitar caer en lo que él llamó “la Patria Boba” y poder derrotar lo que él llamó “el terrorismo”.  “Dentro de pocos años, Colombia celebrará dos siglos de Independencia. Ojalá los podamos celebrar con la nueva Independencia, que es la derrota del terrorismo (…) Ustedes van a darle a Colombia la segunda Independencia, la del segundo centenario, van a liberar a Colombia del terrorismo, y esa Independencia sí que será importante” (Bogotá, 3 de diciembre de 2004, un mes antes de lanzar la Visión 2019). “Pero lo que no puedo descuidar es trabajar en la visión de la Colombia del futuro y en el trabajo de concientización de mis compatriotas sobre el perfil del presidente que se debe buscar en el 2010, para que no nos equivoquemos, ni volvamos a períodos de Patria Boba” (Cartagena, 30 de agosto de 2007)
Los discursos del ex presidente en: https://www.albicentenario.com/index_archivos/celebracion_colombiana123.html
Así se trastocó el calendario nacional de celebraciones. El Gobierno no iba a celebrar 2010, porque le recordaba la Patria Boba. Mientras tanto, en todos los países las celebraciones avanzaban. Qué problema fue tratar de sacar de este esquema al Gobierno, hasta que finalmente, en una reunión de historiadores con el asesor José Obdulio Gaviria, se acordó que se iba a celebrar tanto el 20 de julio en 2010 como el 7 de agosto en 2019.

Así fue como en 2008 se creó la Oficina del Alto Comisionado para el Bicentenario, se puso a cargo de ella a una ex reina del Carnaval de Barranquilla, y se hizo un Bicentenario a lo pobre y sin presencia de países extranjeros. Se proyectó el Túnel II Centenario, que atravesaría La Línea y llegaría a Buenaventura. Todavía esperamos que se acabe de construir. No hubo Ley para el Bicentenario.

Los ocho años del sucesor, presidente Juan Manuel Santos, ni se tocó el tema. Entre sus primeros actos estuvo eliminar la Alta Consejería. Manía que ha tenido la clase dirigente, de desvalorizar la Gesta Libertadora, y pensar que un país se puede construir sin tener en cuenta la historia. No se hizo memoria colectiva de 200 años de independencias regionales, de las primeras constituciones, del conflicto entre federalistas y centralistas, de la Campaña Admirable, del sitio de Cartagena ni de la reconquista española con sus muchos muertos patriotas. La agenda pública fue acaparada excluyentemente por la negociación de los acuerdos de paz. A lo último, los departamentos directamente implicados en la Campaña Libertadora (Arauca, Boyacá, Casanare) lograron que se expidiera una ley para dicha campaña. Del ahogado el sombrero.

Y así llegó el 7 de agosto 2018. El presidente Iván Duque Márquez estaba llamado a realizar la celebración en grande que no se hizo en 2010, ya que su partido había alterado la historia, para poner 2019 como la fecha de Bicentenario de la Independencia. Aunque al tomar posesión del cargo, declaró que inauguraba el Gobierno del Bicentenario, éste no pasó de ser un programa raquítico, sin estructura, sin finanzas y difuso.

La vicepresidenta fue encargada de la programación del Bicentenario. Creó un comité de funcionarios para la celebración. Siendo un hecho evidente la importancia internacional de la Batalla de Boyacá, no solo por haber nacido en los llanos venezolanos, haber unido a tres países y presentarse ante el mundo como el futuro de las naciones, ningún país fue invitado. Es más, se recortó la campaña libertadora en la parte venezolana (se puso el inicio en Tame) y se eliminó cualquier referencia a Venezuela y Quito (https://www.banrepcultural.org/multimedia/el-proceso-de-independencia-en-3-minutos).

No se concibió un logotipo del Bicentenario, solo el lema “Más colombiano que nunca, 200 años”. Hay una página web que lleva el nombre del bicentenario                           (www.bicentenariocolombia.gov.co), pero no dice nada, no informa de las actividades ni de nada. El Bicentenario en la página de la vicepresidenta se señala con un simple símbolo del corazón, entre los Grandes Bloques Temáticos que corresponden al cargo. Y en el Ministerio de Cultura no aparece un vínculo hacia el Bicentenario, pese a que la vicepresidenta dice que los 200 años son “una festividad que estará a cargo del ministerio de Cultura”. Eso sí: Aparece un logo del programa “Siembra Colombia 2050”, un proyecto de visión, convocado desde el Bicentenario, financiado por la ONG norteamericana ACDI/VOCA y USAID, Agencia de Ayuda Internacional de Estados Unidos. El Banco de la República, por su parte, emitió una moneda conmemorativa.

Para destacar: la inclusión del Bicentenario en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, donde Colombia fue el país invitado por la celebración de los 200 años; los XXI Juegos Deportivos Nacionales (Bolívar, 2019), que se celebraron en su honor, y la conmemoración de Bicentenario en el Archipiélago de San Andrés.


La fecha magna, el 7 de agosto, fue, más que una frustración, un fiasco. Ese día se presentó por todos los canales de televisión el recibimiento al ciclista zipaquireño  Edgar Bernal, ganador del Tour de Francia. Y el campo de Boyacá, sólo fue eso, un campo, en que un solitario presidente le impone una medalla a la bandera nacional. Aunque hubo una novedad especial: El conjunto escultórico fue reparado por la Embajada de Estados Unidos, país que fue fundamental en la guerra de independencia, según Duque. ¿En qué quedó la gran celebración que prometía la Visión Colombia 2019?

 
Recibimiento a Bernal en Zipaquirá y acto simbólico conmemoración del 7 de agosto en el puente de Boyacá

La agenda del Bicentenario prevé otras celebraciones, entre 2019 y 2022. Los comunicados oficiales hablan incluso de extenderla hasta 2023, 200 años de la batalla de Maracaibo. “Celebraremos el periodo comprendido entre 1819 y 1823. Además, el centenario de la misión Kemmerer de 1923 (una misión de expertos que asesoró al presidente Pedro Nel Ospina, con el fin de mantener estable la economía del país) [!]. Todo esto, para mantener el hilo de la gesta libertadora a lo largo del periodo de conmemoración y celebración nacional entre 2019 y 2023” (https://www.canalinstitucional.tv/noticias/por-que-es-importante-el-bicentenario).


(https://www.banrepcultural.org/multimedia/el-proceso-de-independencia-en-3-minutos)


Es tal la falta de claridad en el objeto de la celebración que dentro del montón de acontecimientos de la agenda del Bicentenario se pierden la Batalla de Boyacá, la Ley Fundamental de Angostura y la Constitución de Cúcuta, eventos puntales de la formación de la Nación.
Sin esta priorización, si usted pone en el mismo plano la batalla de Boyacá (7 de agosto) con el fallecimiento del general Anzoátegui (15 noviembre), estamos fregados. Para que funcionara, para que la celebración del puente de Boyacá se pudiera extender a otros hechos, era menester que el 7 de agosto hubiese sido magnífico. No bastaba el mero reclamo de los costeños porque quedaron por fuera de la Ley Bicentenario, como lo sostuvo la vicepresidenta (https://www.elheraldo.co/colombia/en-video-gobierno-ampliara-bicentenario-tres-anos-tras-criticas-de-la-costa-655826).

De cada evento se prevé una conmemoración, pero esta no se vio en Boyacá y no se verá para la expedición de la Ley Fundamental de Angostura el 19 de diciembre próximo, que formaliza la creación de la República de Colombia (Gran Colombia), nombra presidente a Simón Bolívar y vicepresidente a Francisco de Paula Santander, y designa a Bogotá como capital de la República. No se ve ningún preparativo al respecto.

Entre tanto, pese a las falencias oficiales, el país celebró. Aunque en Medellín, más fácil se pintó uno de los vagones del Metro con publicidad de Aguardiente Antioqueño que con motivos del Bicentenario de la Batalla de Boyacá.

 

Luis Javier Caicedo
Editor de www.albicentenario.com

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