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LA TRASLACIÓN DE ARMA PARA RIONEGRO ENTRE 1783 Y 1786

CÓMO ERA ARMA VIEJO (LÍMITES, RENTAS, UBICACIONES, ESCUDO Y PATRONOS DE LA CIUDAD DE SANTIAGO DE ARMA). TESTIMONIO DEL CURA  JUAN ESTEBAN LEONÍN DE ESTRADA, 1783

“ARMA MUERE PARA QUE VIVA RIONEGRO”
ARTÍCULO DE RICARDO DE LOS RÍOS TOBÓN, 1983

 

  1. CÓMO ERA ARMA VIEJO (LÍMITES, RENTAS, UBICACIONES, ESCUDO Y PATRONOS DE LA CIUDAD DE SANTIAGO DE ARMA). TESTIMONIO DEL CURA  JUAN ESTEBAN LEONÍN DE ESTRADA 1783

 

“Armas de esta Ciudad del Señor Santiago de Arma de Rionegro concedidas por nuestro católico Rey don Carlos III”
(Escudo utilizado por el general José María Córdoba por los años 1820, tomado de Wikipedia).
Parque Principal de Rionegro (Antioquia)

 

Por petición de Francisco Silvestre Sánchez, gobernador de la provincia de Antioquia, el 20 de julio de 1783 Joseph Antonio Ruiz y Zapata, alcalde ordinario de Santiago de Arma, le dirigió una carta a Juan Esteban Leonín de Estrada, cura de la misma ciudad, en la que le informa que “se sirvió su paternidad comisionarme para la averiguación de los privilegios, armas, propios [o rentas] y ejidos de que gozaba esta ciudad al tiempo de su erección para saberse a punto fijo los que eran para [efectos de] la traslación de esta referida ciudad al valle de Rionegro”, en virtud de lo cual se dirige al sacerdote para que le certifique de esos aspectos, “como que ha estado bastante tiempo en esta dicha ciudad, así de soltero como de párroco”. Al día siguiente el párroco le manda la siguiente contestación, a la que hemos agregado los espacios para su más fácil lectura:

 

DECLARACION DEL PBRO. D. JUAN ESTEBAN LEONIN


Religioso. Ilustración proveniente del Codex Trujillo, Tomo I
Tomado: http://www.bibliotecanacional.gov.co/content/dos-siglos-de-escritura-en-la-nueva-granada-y-colombia-gram%C3%A1ticas-y-artes-1740-1830

En la ciudad del Señor Santiago de Arma, en veinte y un días del mes de junio de mil setecientos ochenta y tres años, yo don Juan Esteban Leonín de Estrada, Comisario subdelegado particular de la Santa Cruzada, cura y vicario, juez eclesiástico y de diezmos de dicha ciudad y sus anejos, habiendo recibido la deprecatoria que antecede con el auto suso inserto librado por el señor alcalde. ordinario de primera nominación de esta expresada ciudad, don José Antonio Ruiz y Zapata, en cuya virtud certifico a los señores y demás que la presente vieren en el grado y forma que debo, puedo y el derecho me permite, que desde tiempo inmemorial, según dicho de dos sujetos verídicos que murieron poco hace, de edad de ciento y tantos años, gozaba esta ciudad por términos y jurisdicción desde el río de Chinchiná (que linda por la de Cartago) por él abajo al de Cauca, y de este para abajo hasta la boca de la quebrada que llaman Sabaleticas; y de esta, cortando derecho a la quebrada que llaman Amagá, y de las cabeceras de ellas siguiendo por derechera al Rionegro; por él abajo hasta el río que llaman Pereira; de las cabeceras de éste, siguiendo derecho, a la cordillera del Páramo que llaman de Herve, siguiendo derecho al dicho río de Chinchiná.

, y según lo que me comunicó don José de Mesa que gobernó ésta ciudad de alcalde ordinario muchos años, el que murió de más de ciento, y Gabriel de Salazar que murió de ciento treinta y dos años, a quien dí eclesiástica sepultura el año de cincuenta y dos e hice poner palma por la castidad que
guardó toda su vida y hombre muy verídico y de mucha entereza, así este como el primero, de quienes fui informado como de otros sujetos vecinos de ésta que murieron, unos de sesenta y otros de ochenta años, más o menos, hombres verídicos, que el antiguo suelo de esta citada ciudad fue en donde hoy se halla y que sus ejidos contiguos a ella, desde un paraje que llaman Miradero y otro Payuco hasta dar en la quebrada de Pacura, que se componen dichos ejidos de más de una legua en contorno, en cuyo intermedio hay salinas de cocer sal y las tierras de pan y caballerías aparentes para todos víveres;

y por dicho de los ya expresados defuntos y don Nicolás de Escudero que también murió de ochenta y tantos años, sé y me consta que tenía de propios esta ciudad los pasos reales del río de Cauca, llamados Cartama y Velásquez, y el de dicho Velásquez, con el motivo de la traslación de ésta al sitio de las Tapias y dél al de Santa Bárbara han recogido y recogen hasta hoy sus productos los administradores de la Hacienda Real del sitio de la Vega; y con el motivo de haber vuelto esta consabida ciudad del dicho sitio de Santa Bárbara a este supredicho y antiguo suelo por orden del Excelentísimo señor Virrey don Pedro de la Cerda, se abrió camino de ésta al sitio de la Vega y se fundó el paso Real de Cauca llamado Bufu, que está de propios de esta predicha ciudad, por donde pasa lo más del comercio y no se gozase de otras rentas,

pero por dicho de los citados defuntos eran las armas de ésta un LEON CON UN ARCO DE ORO AL CUELLO Y EN EL UN SELLO REAL;

y también me dijeron los ya referidos que desde dicho inmemorial se decía que se dio por merced de nuestro Soberano por patrón de esta ciudad al SEÑOR SANTIAGO EL MAYOR, y por patrona a NUESTRA SEÑORA DE LA CONCEPCION, que dijeron había mandado con una ara de Jaspe (que está en el Sagrario) el señor Felipe Segundo, quien envió otras imágenes para otros lugares y se trocó la que venía para ésta, y que se había puesto por los señores diocesanos La Concepción del Rosario y que se celebrase el día ocho de diciembre; y prueba de esta nominación una certificación del señor don Cristóbal, que consta en los libros eclesiásticos, cuando estaba estaba en el sitio de las Tapias y acostumbraban a vestir a Nuestra Señora los jueces, los que habiéndolo intentado no lo consiguieron por no haberse dejado sacar ni aún los anillos de los dedos, y vertiendo Nuestra Señora muchas lágrimas se la enjuagaron con algodones que hasta el año de cuarenta y seis se mantuvieron algunos en dicho sagrario; y volviendo al vestido, no consintió el que se lo quitaran, y habiendo dado cuenta dichos jueces mandó el señor don Cristóbal que vistiesen a Nuestra Señora las mujeres sin que asistiese hombre, y luego al punto que la vistieron salieron a dar cuenta, quedándola sin luces y habiéndole salido una estrella en la frente se encendió toda la iglesia de resplandor y gritando que se quemaba concurrieron y se fue opacando el resplandor, quedando solamente la frente de Nuestra Señora, por lo que dicho señor don Cristóbal mandó, con pena de excomunión, que cuando vistiesen a Nuestra Señora de la Concepción del Rosario de Arma se encerrasen en la iglesia las mujeres sin que se consintiese hombre de diez años para arriba lo que hasta hoy se observa, añadiendo al requerimiento que se me hace, que luego que se trasladó del sitio de Santa Bárbara esta precitada ciudad a este ya referido suelo (en donde por ayuda de parroquia se había erigido la capilla del Señor San José, concedida por el señor don Fray Diego y nominado el sitio del Señor San José de Arma la Vieja), estuvieron por ocho días tañendo unas campanas muy sonoras y algunas músicas en el aire, lio que se infirió el gozo que hizo al recebimiento de su feliz esposo,

todo lo que certifico real y verdaderamente, y a vuestra merced, señor alcalde ordinario don José Antonio Ruiz y Zapata, devuelvo todo original, quedando pronto a ejecutar siempre que me participare sus justas letras.

Dada en Arma en la fecha citada y firmada por ante mí dicho Vicario y testigos por falta de notario.

Juan Esteban Leonín de Estrada. Testigo, Francisco Félix Vallejo. Testigo, Justo Peláez. Testigo, Tomás Suazo* (1)

(1) Archivo Nacional de Colombia, "Poblaciones-, tomo 6°, folios 720 recto a 722 recto.

Tomado de: Javier Ocampo López. Santiago de Arma y la conquista española en el encuentro de dos mundos. Homenaje a Santiago de Arma (Aguadas), en los 450 años de su fundación hispánica. Manizales, Imprenta Departamental de Caldas, 1993, págs.  245-247.

 

De este documento se desprenden varios datos interesantes, como: que la frontera norte de la Provincia de Arma se extendía desde Amagá hasta Rionegro y de ahí al páramo de Herveo (vecino del nevado del Ruíz); que para 1783 no se conocía el escudo de Arma, por lo que hubo que reconstruirlo mediante testigos; que las rentas de la ciudad consistían en el cobro de peajes en los pasos sobre el río Cauca; que los primeros de éstos fueron los de Cartama y Velásquez, construyéndose luego el paso real de Bufú (cerca de Marmato, el que fortificó Francisco José de Caldas por 1813 (?); que la ciudad de Arma era tan pequeña que no tenía caja real, por lo que sus rentas las manejaban en La Vega de Supía; que la primera ubicación de Arma fue a la entrada de la provincia desde el sur (actual ubicación, entre La Pintada y el casco urbano de Aguadas), de donde pasó al sitio de las Tapias (tal vez Irra, Quinchía, donde hoy desemboca el río Tapias), de ahí al sitio de Santa Bárbara (posiblemente a La Pintada, donde cae el río Arma y hasta hace poco corregimiento del actual municipio de Santa Bárbara), para volver finalmente al sitio original; y que mientras la ciudad titular estuvo trasegando por otros lares, este sitio original se llamó Arma Viejo. En otros aspectos, el documento relata la historia de la imagen de Nuestra Señora de la Concepción del Rosario, la cual llegó por equivocación a Arma, y explica que hasta finales de la Colonia dicha imagen sólo podía ser vestida por mujeres. No menos interesantes son la edad que alcanzaban los testigos (80 hasta 132 años) y el dato que en esa época (1852) se les ponía en el ataúd la palma de San José a los hombres que morían castos.


El arzobispo-virrey Caballero y Góngora autorizó el traslado de Santiago de Arma en 1873

 

  1. “ARMA MUERE PARA QUE VIVA RIONEGRO”

ARTÍCULO DE RICARDO DE LOS RÍOS TOBÓN, 1983

 

Para mediados del siglo XVIII tres Gobernaciones tenían jurisdicción sobre el valle de San Nicolás de Rionegro y Llanogrande: La parte de Santa Elena actual pertenecía a la de la Gobernación de Antioquia (propiamente a la Villa de la Candelaria de Medellín, fundada en 1675, absorbiendo el pueblo de indios de San Lorenzo de Aburrá creado en 1616); el sitio poblado de Rionegro hacía parte de la Ciudad de Arma, de la Gobernación de Popayán, y lo que hoy son San Francisco y Cocorná estaban adscritos a la Gobernación de Mariquita.

Como relata el historiador caldense Ricardo de los Ríos Tobón en la obra que se inserta abajo, “entre 1750 y 1756 los virreyes añadieron a la Gobernación de Antioquia quince mil kilómetros cuadrados de territorio. Un primer decreto incorporó todo el área de Arma, payanés desde doscientos años atrás, es decir, que la frontera del sur [de Antioquia] se alargó doscientos kilómetros, hasta el río Chinchiná, y un segundo decreto quitó a la Gobernación de Mariquita casi la mitad de sus tierras para entregarlas a Antioquia con las regiones de Remedios y del río La Miel” (Nota 1).

 


Mapa de la Provincia de Antioquia, 1775
Tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Provincia_de_Antioquia#/media/File:Mapa_de_la_Provincia_de_Antioquia_(1775).jpg

Siguiendo el libro de De los Ríos, desde 1777 los vecinos del valle de San Nicolás de Rionegro y Llanogrande, algunos de los cuales eran armeños de cuna, respaldados por el gobernador de Antioquia, Francisco Silvestre, solicitaron el traslado de Arma para Rionegro, el cual fue aprobado por el virrey Caballero y Góngora en 1783. “El mismo Silvestre, vivamente interesado en el asunto, viajó personalmente [desde Santafé de Antioquia] al valle de Rionegro y el 13 de septiembre de 1783 dictó el auto de traslación que fue ratificado por Real Cédula de 1786”.

Nota 1: Ricardo de los Ríos Tobón, Historia del Gran Caldas, vol. 1. Orígenes y colonización hasta 1850. Manizales, Imprenta Departamental, Biblioteca de Escritores Caldenes, 1983.


(Ilustración de albicentenario.com)