LAS CIUDADES-PROVINCIA FUNDADAS POR JORGE ROBLEDO… O CONTRA ÉL CIUDADES ROBLEDANAS
JUSTIFICACIÓN Entre enero y diciembre de 1538 atravesó el Occidente colombiano la primera expedición española, a cargo del gobernador de Cartagena, Juan Vadillo, habiendo descubierto en junio las minas de oro de Buriticá (cerca de la actual Santafé de Antioquia) e identificando el curso del río Cauca, pero sin hacer ninguna fundación (Nota 1). Vadillo se encuentra en Cali con las tropas venidas desde el Perú con Sebastián de Belalcázar, comandadas en ese momento por Lorenzo de Aldana. La noticia del descubrimiento de las minas de oro de Buriticá entusiasma a las tropas peruanas para avanzar en la conquista del norte de Tierra Firme, las tierras ya exploradas y nombradas como "Anserma" desde 1536 por Belalcázar, hasta el punto que cuando Robledo funda la ciudad-provincia de Santa Ana de los Caballeros (Anserma, 15 de agosto de 1539), extendió su jurisdicción hasta las dichas minas: "Y el dicho señor Capitán [Robledo] dijo allí que allí fundaba la dicha ciudad, según dicho es, y con aditamento que si otro mejor sitio hallase, que la pudiese mudar en parte más conveniente, lo cual pasó el día de Nuestra Señora de Agosto; e señaló los términos de la dicha ciudad hasta las minas de Buriticá e por el río arriba hasta la provincia de los Gorrones, e por los lados treinta leguas por cada cabo"(Nota 2). Ese "Dorado", que para Vadillo era el "Tesoro de Dabaibe",habría sido el aliciente para la sucesiva fundación de Anserma (1539), Cartago (1540) y Antioquia (1541) por parte de Jorge Robledo. Esta interrelación de la conquista del noroccidente colombiano a través del anhelo de explotar las minas de Buriticá ha sido advertida por los historiadores colombianos. Por ejemplo, Jorge Orlando Melo escribe: Las expediciones anteriores abrieron el apetito: se había visto que la región era muy poblada y evidentemente tenía buenas minas de oro: los españoles, después de 30 años de andar en la costa, encontraban al fin las fuentes del oro, que hasta entonces habían obtenido por saqueos o intercambios. Pero el deseo de dominar la región era común a los conquistadores de Cartagena y a los que comenzaban a hacer de Cali y Popayán su centro. En efecto, el viaje de Vadillo y el de Bernal mostraron el camino a los que venían del Perú. Así, en 1541 un teniente de Sebastián de Belalcázar, que ambicionaba independizarse y había fundado ya las poblaciones de Cartago y Anserma, Jorge Robledo, partió de Anserma con 84 hombres, con larga experiencia en América, en dirección al norte. (“La conquista de Antioquia, 1500-1580”, en: http://www.jorgeorlandomelo.com/conquista_de_antioquia.htm). Sin embargo, una lectura atenta de las crónicas que relatan el viaje de Robledo, escritas por el mismo Robledo, por sus escribanos Pedro Sarmiento y Juan Bautista Sardela, y por el soldado Pedro Cieza de León, le da un giro a la interpretación, pues de ellas aparece claramente que después de fundar Anserma (agosto de 1539) Jorge Robledo envió una expedición exploratoria que desanduvo el camino de Vadillo entre Caramanta y Buriticá, pero desechó seguirlo, decidiendo en cambio cruzar el río Cauca y conquistar la rica provincia Quimbaya, fundando en ella la ciudad de Cartago (agosto de 1540) y que la gran motivación para avanzar a la conquista del norte fue encontrar el Valle de Arví, ubicado detrás de las sierras nevadas de la cordillera central, en el que esperaba no solo encontrar otro “Dorado” sino, sobre todo, un territorio que pudiera reclamar como propio ante la Corona, sin que pudiera disputárselo su jefe Belalcázar. En la búsqueda de Arví Robledo llegó hasta el Valle de Aburrá, donde se dio por vencido, desistiendo de hallar Arví. Sólo entonces volvió a cruzar el río Cauca y se encaminó a las minas de Buriticá para fundar en sus cercanías la ciudad de Antioquia en diciembre de 1541, en nombre de Belalcázar. Belalcázar llegó a la región conquistada a su nombre un año después, y ordenó a su subalterno Miguel Muñoz fundar la ciudad-provincia de Arma (julio de 1542), sobre un territorio previamente sometido por Robledo y erigida con el objeto de quitarle poder a Cartago y de alguna manera castigar a Robledo por haberla fundado en interés propio y de Pascual de Andagoya (gobernador de San Juan o Buenaventura, que había invadido el territorio de Popayán). Como se puede apreciar, la fundación de las cuatro ciudades (Anserma, Cartago, Antioquia y Arma) está íntimamente ligada por los mismos personajes, las motivaciones y la geografía, por lo que no deben ser miradas de manera aislada sino como fruto de un mismo proceso fundacional. De otra parte, durante los tres siglos que siguieron, las cuatro ciudades-provincia continuaron siendo las únicas fundaciones que establecieron los españoles en la región centro-noroccidental del país, formando una continuidad en las relaciones políticas, sociales y económicas. Incluso durante el siglo XVI Antioquia hizo parte de la Gobernación del Cauca, hecho que relieva el fenómeno de que Antioquia fue formada desde el Sur y no al contrario, como lo hace ver una visión construida solo a partir del imaginario de la colonización del siglo XIX. Por ejemplo, varias de las encomiendas de indios en Santafé de Antioquia fueron expedidas en las ciudades de Anserma o Cartago. A nivel de comunicaciones, las ciudades de ACAA (Anserma, Cartago, Arma y Antioquia) fueron un paso obligado en el camino real entre Popayán y Cartagena (el camino abierto por Vadillo entre Urabá, Caramanta y Anserma fue tempranamente abandonado). Las cuatro ciudades-provincia siguieron trayectorias paralelas. Solo con diez años de diferencia la Audiencia de Santafé ordenó la visita de toda la región, enviando al oidor Francisco Herrera Campuzano a la Provincia de Antioquia (1614-1616) y al oidor Lesmes de Espinosa y Saravia a las provincias de Anserma y Cartago (1627). La confluencia en disputa por la zona de tres gobernaciones (Cartagena, Popayán y el Reino) también habla de una historia común.
La explotación de las minas de oro desde Quiebralomo (provincia de Anserma) hasta Zaragoza (provincia de Antioquia); los traslados de indígenas y esclavos entre unas y otras ciudades; el comercio de ganado entre la Vega de Supía y el Valle de Aburrá; la conquista y abastecimiento del Chocó desde Cartago (nuevo) y Santafé de Antioquia, son otros aspectos que delinean un destino compartido entre las cuatro ciudades a lo largo de la época de la Colonia. El fenómeno de las ciudades nómadas es también común a las cuatro ciudades: Antioquia tuvo tres ubicaciones (Peque, Frontino y Santafé de Antioquia, entre 1541 y 1547); Cartago fue trasladada en 1691 del valle del Otún hacia el río de La Vieja, y sobre las ruinas de su antigua locación surgió Pereira en 1863; Anserma se trasladó de la loma de los Umbras para Anserma Nuevo, cerca al nuevo Cartago, en 1717, y los títulos de Santiago de Arma (hoy en Aguadas, Caldas) pasaron en 1783 para Rionegro (Antioquia). Por las razones esbozadas la erección de las cuatro ciudades mencionadas conforma un mismo proceso fundacional, por lo que el aniversario 475 años de esos hechos no debiera conmemorarse como efemérides locales aisladas, sino dar lugar a una conmemoración conjunta o por lo menos interrelacionada entre ellas cuatro, que relieve para las nuevas generaciones la memoria del surgimiento de la conformación de la región Centro-Nor-Occidente de Colombia más que la fundación de cuatro municipios. Como se puede apreciar, la fundación de las ciudades-provincia de Anserma, Cartago, Antioquia y Arma entre 1539 y 1542 no fue un hecho inconexo en su época ni anodino en la historia subsiguiente. Se trató de un hecho nodal, estructurante, porque a partir de esas 4 ciudades empezó la construcción de la región Centro-Nor-Occidental de Colombia, de lo que hoy son Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío y Norte del Valle. Basta comparar el mapa de la Cuenca Media del Río Cauca del siglo XVI con el del siglo XXI para asombrarse de la pléyade de ciudades que hoy colman ese espacio en comparación con las cuatro que surgieron hace casi cinco siglos. De ahí que los 475 años de esas fundaciones sean una buena excusa para traer esa masa de pasado al presente y resignificarlo a nivel colectivo, para que impacte el conjunto de la sociedad, en un proyecto que refuerce identidad y sentido de pertenencia, y en especial redunde en una mayor comprensión del proceso de conformación de la nación multiétnica y pluricultural en que vivimos Nota 1. En Riosucio (Caldas) una inveterada tradición dice que Vadillo, a su paso por la zona, le cambió el nombre al río Imurrá por el de río Riosucio, porque cuando lo atravesó sus aguas estaban turbias debido a una avalancha desprendida de la cuchilla de Ibá que duró dos años escurriendo lodo, y luego el nombre se extendió al sitio ubicado al pie del cerro Ingrumá, 2 kilómetros al norte del río. Nota 2. Pedro Sarmiento, escribano de Robledo.
CUADRO SINÓPTICO
MAPA DE LA DINÁMICA FUNDACIONAL
EXTENSIÓN DE LAS PROVINCAS DE ANSERMA, CARTAGO Y ARMA
RUTAS DE JUAN VADILLO Y JORGE ROBLEDO ENTRE 1538 Y 1540
Estas rutas se han trazado sobre un mapa de los grupos de indígenas que poblaron el antiguo Departamento de Caldas en el siglo XVI, realizado por el antropólogo Luis Duque Gómez en 1970 (“Los Quimbayas. Reseña etno-histórica y arqueológica”. Instituto Colombiano de Antropología. Bogotá, 1970). Las menciones a Antioquia y Arma son meramente indicativas, porque aún no existían.
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