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BREVE RESEÑA DEL DESTINO DE LA ANTIGUA PROVINCIA
DE ANSERMA DESDE SU FUNDACIÓN HASTA EL PRESENTE

(1539-1722-2014)

  • 40 LEGUAS DE HISTORIA COLONIAL -

 

“El distrito y términos de esta ciudad dicha de Anserma comienza
desde la quebrada que llama del Hidumque, que divide la jurisdicción
de la ciudad de Toro, hasta el paso que llaman de Caramanta, que
divide la jurisdicción y gobierno de Antioquia, en cuya longitud puede
haber cuarenta leguas poco más o menos”

(Juan Joseph Gutiérrez del Toral,
alcalde de Anserma, 1771)

Anserma es de las ciudades primigenias de Colombia, pues proviene de cuando los españoles apenas empezaban a penetrar en el occidente del país (Sebastián de Belalcázar desde el Perú en 1536 y Juan Vadillo desde Cartagena en 1538) (Nota 1); tiempos en que la cuenca del río Cauca apenas eran selvas, ríos, montañas y criaturas desconocidas; en que el país no tenía aún un nombre que lo identificara como un todo, y ni siquiera se sabía si el río Cauca era el mismo río Magdalena o el brazo principal de éste (Nota 2); época en que todavía el señorío sobre la ribera izquierda del bajo y medio río Cauca estaba en cabeza de Nutibara, Buriticá, Toné, Ocuzca, Humbruza y demás caciques aborígenes.

En ese contexto, la primera entidad territorial que organizan los españoles en el Noroccidente colombiano es la Ciudad-Provincia de Anserma, con el nombre de Santa Ana de los Caballeros, fundada el 15 de agosto de 1539 por el capitán Jorge Robledo, por comisión de Lorenzo de Aldana, comandante de las tropas peruanas de Belalcázar.

mapa provincia de anserma en mapa 1635.jpg
Provincia de Anserma (recuadro rojo) sobre Mapa de Popayán y la Nueva Granada,
elaborado por Guillermo Janszoom, Amsterdam, 1635.

 

Fundación

Lo primero a tener en cuenta es que hubo un territorio llamado “Anserma” (recorrido y denominado así por Belalcázar en 1536) antes que haber ciudad. Sólo tres años después se funda a su interior la ciudad de “Santa Ana” en 1539; renombrada “San Juan” por Pascual de Andagoya en 1540, y llamada definitivamente “Anserma” por Belalcázar en 1541.

Santa Ana fue fundada en territorio de los indígenas Umbra, una de las 27 tribus que en 1560 componían el pueblo indígena que los españoles llamaron genéricamente “los Ansermas” (Nota 3).

Los principales caciques (“señores de la tierra”) que encontró Robledo en la provincia fueron: Ocuzca (al parecer ubicado hacia La Montaña y la Vega de Supía) y Humbruza (en Anserma y el valle de Apía); aliados del cacique de Caramanta (Cauromá) y enemigos del cacique de Irra (Cananao).

La fundación original, la del día de Nuestra Sra. de Agosto de 1539, se hizo de manera apresurada y provisional en el pueblo indígena de Guarma, debido a que del norte llegaba al mismo tiempo a la provincia una tropa de Cartagena (Nota 4).

Pocas semanas después la ciudad de Santa Ana fue trasladada a su ubicación actual en la loma de los Umbras. El traslado obedeció a la estrategia militar de la mejor defensa de la nueva población, pues el sitio sólo contaba con una vía de acceso y desde él se visualizaba toda la comarca, como lo señala el cronista Pedro Cieza de León, testigo de la fundación (Nota 5).

Debido a que el paso de Vadillo por la provincia había dejado el territorio en estado de guerra, la estrategia de conquista de Robledo se basó el primer año de conquista en atraer pacíficamente a los pequeños caciques, en tener paciencia con los grandes jefes nativos, en aplazar el reparto de tierras, indios y oro entre los soldados, y en usar el enfrentamiento armado como último recurso. Después que en 1540 ocurrieran los primeros asaltos a Anserma, Robledo le dio libertad a sus hombres para disciplinar a los indios (si un español tenía asignados 300 indios, una leve falta de uno de éstos le costaba la vida a 20 o 30 de ellos).

Después de tener relativamente sometida la margen izquierda del río Cauca, Robledo cruza éste por el sitio de Irra y en agosto de 1540 funda –sin  poderes para ello- la ciudad de Cartago (donde hoy es Pereira). Después del regreso de Belalcázar, Robledo sigue al norte y en diciembre de 1541 funda la ciudad de Antioquia, cerca a las minas de Buriticá. En 1542 Belalcázar manda fundar la ciudad de Arma (hoy corregimiento de Aguadas). Estos hechos resaltan la importancia nacional de Anserma, como partera de ciudades, pues desde ella salieron las expediciones que concluyeron en aquellas fundaciones.

Los cronistas españoles incluyen muchas observaciones sobre la ecología de la región, de las que destaca como dato interesante (corroborado tres siglos después por Boussingault) que la provincia de Anserma “es tierra de grandes tempestades y truenos; caen muchas veces rayos y matan hombres”.

Evolución

La provincia vivió su “época de oro” en el siglo XVI por la explotación intensiva de las minas de oro que se encontraron al norte de la provincia (cerros Quiebralomo, Supía, Marmato, Picará, Mápura y Buenavista o Batero), aunque a costa de la vida de la población aborigen (entre 1540 y 1580 ésta pasó de 40.000 a 1.500 indígenas, aproximadamente) y de la introducción de esclavos secuestrados en África.

En 1627 la Real Audiencia de Santafé envía, tardíamente, al oidor Lesmes de Espinosa y Saravia a poner orden en la provincia de Anserma. De esa visita proviene la creación de los resguardos indígenas de la región. Para consolidar específicamente la Ciudad de Anserma, Espinosa obliga a los encomenderos a permanecer en ella y para atender a sus diferentes servicios crea en sus cercanías el pueblo de indios de Tabuyo (hoy vereda San Pedro), reuniendo en este resguardo los restos de las tribus de la zona sur de la provincia. En la zona norte, la numerosa población indígena fue organizada en los pueblos de indios de La Montaña y de la Vega de Supía, con sus respectivos resguardos. También fueron llevados a La Vega un grupo de 70 indígenas Sonsones, de la jurisdicción de Arma, que estaban dispersos y sin encomendero (Nota 6). Lesmes saca a los indios del trabajo de las minas de Quiebralomo y los reemplaza por cuadrillas de negros. Antes de salir de la provincia, Lesmes expide las “Ordenanzas de Anserma”, un pequeño código por el que se debiera regir la vida de la región.

No obstante la visita, este siglo XVII, así como el XVIII, fueron de decadencia de la provincia, debido al descubrimiento de los ricos aluviones de oro del Chocó, a la reducción de la mano de obra nativa y a los limitantes tecnológicos para proseguir la explotación de las minas de veta.

Pero pese a su pérdida de importancia, Anserma no quedó al desgaire, menos cuando nunca dejó de producir oro para el rey y sustento para la iglesia. De ahí que ella funcionara en un todo de acuerdo con el engranaje propio de la administración colonial y con las minucias de la vida cotidiana, judicial y religiosa de su tiempo, sólo que por no tener la ubicación, las construcciones y sus gentes la prosapia de otras ciudades del Virreinato, esos 300 años de la Ciudad-Provincia no han merecido un estudio histórico sistemático y menos una recreación literaria de su acontecer.

Traslado

ANSERMAS.JPG

A finales de siglo XVII (1690) la ciudad de Cartago fue trasladada del valle de los ríos Otún y Consota (hoy Pereira) para las sabanas ganaderas del valle del Cauca, cerca al río de La Vieja. Y a este traslado siguió el de Anserma, fechado usualmente en 1722, pero que al parecer fue un proceso que había empezado varios años antes (Nota 7).

Dice el historiador Álvaro Gartner que “El traslado de Cartago (…) fue el golpe de gracia para Anserma” (Nota 8); pero también es posible que, aparte de la crisis general de la provincia y del traslado de Cartago, se hayan presentado al interior de la ciudad conflictos de poder u otros factores, todavía no estudiados, que hayan incidido en la reubicación.

Es de resaltar que el traslado de la ciudad no afecta para nada la integridad territorial de la provincia. Sigue siendo la misma Provincia de Anserma, sólo que su cabecera deja de estar en el centro y se desplaza a su lindero sur.

mapa traslado anserma y cartago 2.jpg

Para 1771, cincuenta años después del traslado de la ciudad, el conjunto de la provincia presentaba el siguiente aspecto, como se desprende de los informes presentados por sus dos alcaldes al virrey:

La provincia se hallaba despoblada y enmontada entre Anserma nuevo y Anserma viejo. En este último sitio, como en Guática, Quinchía y Tachiguí (hoy Belén de Umbría) había muy poca gente, y sólo la Vega de Supía (Supía, Marmato y el actual Riosucio) estaba bien poblada y se movía la economía, aunque con muy pocas minas en actividad. La Vega quedaba a ocho días de viaje por caminos espantosos. Administrativamente la provincia estaba dividida en dos zonas: el sur, desde la quebrada Hidumque (límite con Toro) hasta el río Sopinga (río Risaralda) y el norte desde dicho río (La Virginia actual) hasta Marmato, cada una bajo la autoridad de un alcalde. El alcalde del norte no residía en Anserma viejo sino en La Vega. La población de la provincia la componían 3.301 personas, entre españoles, mestizos, indios, pardos, negros esclavos y negros libertos; pero la  diferencia poblacional entre el sur y el norte era notoria: En la parte de Ansermanuevo había 838 habitantes, mientras en la Vega de Supía, incluido Anserma viejo, 2.463 (Nota 9).

 

Independencia

Con el siglo XIX llega la Independencia, la cual hace tambalear al Gran Cauca. En 1811Cali lidera una gran rebelión de las provincias del norte contra la usurpación de la Corona española por Napoleón, pero más explícitamente declarada contra la dependencia del gobierno de Popayán (Anserma hace parte del movimiento de las Ciudades Libres Confederadas del Valle del Cauca, y a su interior Ansermanuevo se traba en una fuerte rivalidad con la ciudad de Toro, fundada en 1573). En 1813 Supía se declara independiente y se anexa a Antioquia, aunque por corto término.

La consolidación de la República comienza a resquebrajar el orden colonial. La provincia española de Anserma se divide en los cantones de Anserma al sur y de Supía al norte. En el cantón de Supía, ante al declive de la antigua Anserma, surge Riosucio en 1819 por la unión del pueblo de indios de La Montaña y el pueblo minero de Quiebralomo, convirtiéndose en un nuevo y dinámico polo urbano articulador de la antigua provincia.

Pasada la guerra, en 1825 el nuevo Gobierno le entrega las minas de oro de Marmato y Supía a las compañías inglesas que habían financiado la emancipación, lo cual reactiva la vida de la provincia de Anserma (al menos en la parte de La Vega), siendo notable el impulso que aporta el científico y humanista francés Juan Bautista Boussingault.

Colonización antioqueña

El Cauca Medio experimenta durante el siglo XIX un fenómeno que hasta el día de hoy impacta de manera determinante la región: La Colonización Antioqueña.

Desde la fundación de Sonsón en 1800 hasta la fundación de Pereira en 1863 la margen derecha del río Cauca recibe cientos de campesinos antioqueños pobres y prolíficos que se abren paso por el territorio que desde hacía más de un siglo estaba deshabitado por causa del exterminio de la población indígena y del fracaso de las ciudades españolas (Cartago y Arma), aunque no faltara quien pretendiera títulos de propiedad sobre tan extenso territorio (verbigracia, Juan de Dios Aranzazu).

Durante esta etapa la colonización se mantiene dentro de los límites del Estado Soberano de Antioquia (Provincia del Sur), donde se fundan salvo Abejorral, Aguadas, Pácora, Salamina, Aranzazu, Neira, Manizales y Chinchiná, hasta que cruza el río Chinchiná, frontera con la provincia caucana de Cartago (Quindío).

En la margen derecha del río Cauca la colonización tarda bastante en penetrar en territorio caucano, delimitado por la montaña de Caramanta y el río Arquía, y cuando lo hace no sería por la ruta de Robledo (cruzando por Irra y demás pasos sobre el río Cauca), sino por la antigua ruta de Vadillo (Jardín y Caramanta). Tampoco el ingreso ocurrirá sobre selvas despobladas sino sobre territorios habitados y organizados social y administrativamente.

Aunque antioqueños hubo siempre en la provincia de Anserma, en particular en la Vega de Supía, la primera migración dirigida la organiza Boussingault en la década de 1820 para el trabajo de las minas de Marmato y Supía dada la escasez de negros, la muerte de varios mineros ingleses y la huida de algunos indígenas llevados desde San Antonio del Chamí. Pero los antioqueños no pelechan inicialmente en la Vega, porque esos territorios ya estaban copados o pretendidos por los colonos caucanos y los extranjeros que llegaron con las compañías mineras (Nota 10).

Es a finales del siglo XIX y principios del XX cuando una oleada de antioqueños ingresa a la antigua provincia de Anserma desde Jardín por la parte alta de Riosucio, de donde pasa a Quinchía, Guática y Anserma viejo, asentándose sobre las tierras de resguardos indígenas a falta de tierras baldías. En Anserma los migrantes propician desde 1872 la reactivación de la antigua ciudad, la que nunca había sido abandonada, y desde allí parten nuevas avanzadas de colonos hacia los valles de Apía y Risaralda, retomando su antigua vocación de fundadora de ciudades. Varios de los nuevos municipios (Belalcázar, Risaralda, La Virginia, Balboa, Viterbo, Belén de Umbría, Apía, Santuario, Mistrató, El Águila, etc.) tienen su origen en Anserma, que desde la misma época se quitó el apelativo de “Anserma viejo”.

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Mapa de la colonización antioqueña sobre la Provincia de Anserma

Fraccionamiento de la provincia de Anserma entre los Departamentos de Caldas y Valle del Cauca (y luego Risaralda).

Desde el punto de vista administrativo, la Provincia de Anserma hizo parte desde 1540 y hasta 1905 del Gran Cauca, a saber: Gobernación de Popayán durante la Colonia (1540-1810), y en la República Provincia del Cauca (1819-1857), luego Estado Soberano (1857-1886) y Departamento (1887-1905).

En la enrevesada división territorial del siglo XIX, las ciudades de Anserma nuevo y de Anserma viejo aparecen haciendo parte de un solo cantón de la Provincia del Cauca, aparte del de Supía, como se aprecia en el Censo nacional de 1851(Nota 11):

“Cantón de Anserma
(Población 2.623. Electores 2)
Anserma.nuevo……….. 1.609
Anserma-viejo……......... 1.014

“Cantón de Supía
(Población 8.434 Electores 7)
Supía……………………. 2.771
Riosucio……………....... 4.104
San Juan [de Marmato].. 1.559”

Después de la Guerra de los Mil Días, el gobierno de Rafael Reyes fraccionó el Gran Cauca para eliminar los enormes Estados que eran causa de la guerra. En particular en 1905 se creó el Departamento de Caldas (Viejo Caldas), tomando porciones de Antioquia y Cauca, para que sirviera de “cuña” a la belicosidad de estos grandes territorios. Pero la creación del nuevo ente territorial también cumplió el objetivo de consagrar institucionalmente el avance de la colonización antioqueña sobre las dos márgenes del río Cauca. Desde entonces, el territorio del norte del Gran Cauca, desde el río Cañaveral (límite con Balboa y cercano a La Virginia, hoy en Risaralda) hasta Marmato, incluyendo a Anserma viejo, pasó a hacer parte del Viejo Caldas. Posteriormente se le agregarían el Quindío (también provincia caucana) y trozos de Tolima y de Chocó.

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Nuevo Departamento de Caldas en 1905. Libro del Centenario de Caldas, SMP (http://godues.wordpress.com)

 

La zona sur de la antigua provincia de Anserma siguió perteneciendo al Cauca, adscrita a la Provincia de Buga, hasta 1910, cuando, después de un complejo proceso separatista, nace el Departamento del Valle del Cauca, desprendiéndose del Gran Cauca (Nota 12). Ansermanuevo quedó ubicada en el nuevo departamento.

En este lapso (1905-1910) se rompe la continuidad histórica de la antigua provincia. Podría decirse que la Ciudad-Provincia de Anserma de la época de la Colonia sucumbió como efecto contingente del triunfo de dos grandes proyectos regionales que lo acosaban por los flancos: por el sur, el viejo anhelo del Valle del Cauca de emanciparse de Popayán, y por el norte, el afianzamiento territorial de la colonización antioqueña.

Salvo mayor información, la adscripción de Ansermanuevo en el Valle del Cauca fue un proceso pacífico; pero no sucedió lo mismo en el extremo norte de la antigua provincia de Anserma, donde parte del liderazgo de Riosucio y Supía se opuso por algún tiempo a la anexión a Manizales. Aún hoy esta zona conserva un importante arraigo cultural caucano, así como una continuidad evidente del pasado ancestral y colonial en los descendientes de los antiguos “Ansermas”, la vigencia de los resguardos indígenas creados en 1627, los asentamientos  de comunidades negras mineras y la ascendencia caucana de buena parte de su población mestiza.

En 1966, con el fraccionamiento del Viejo Caldas en tres departamentos (Caldas, Risaralda y Quindío), unas poblaciones de la antigua Provincia de Anserma quedaron en Caldas (Anserma, Riosucio, Supía y Marmato), mientras otras quedaron del lado de Risaralda (Guática y Quinchía).

 

mapa anserma en tres departamentos 2014.jpg
Mapa parcial del territorio de la antigua Provincia de Anserma en la división política actual,
Repartido entre los Departamentos de Caldas, Risaralda y Valle del Cauca
(Sobre mapa tomado de: OCHA - United Nations Office)

Luis Javier Caicedo
Editor de www.albicentenario.com

18 de febrero de 2014.

 

NOTAS:

  • La región fue explorada en 1536 por Belalcázar, quien la llamó “Anserma” (tierra de la sal) pero no hizo poblamiento. Luego de él, cruzó la zona Juan Vadillo,gobernador ilegítimo de Cartagena, quien había salido de Urabá en enero de 1538 en busca del tesoro de Dabaibe, con una gran expedición –documentada por Juan de Castellanos. Vadillo entró a la provincia de Anserma en agosto de 1538 por la montaña de Caramanta, asentándose en el pueblo indígena de Birú (en el Valle de los Pirzas, cerca al actual Riosucio). En Birú Vadillo se dio cuenta que el oro había quedado atrás (Buriticá y Marmato) y que hacía dos años habían pasado por esa región “barbudos” como ellos. Antes de salir de Birú y pasar a Guaruma (Quinchía) los españoles realizaron una matanza de gran número de indígenas, muriendo 50 de ellos por empalamiento, por lo que los nativos del resto del camino quemaron sus pueblos y alzaron los alimentos. Vadillo llegó en diciembre a Cali, donde tuvo un agrio encuentro con Aldana –relatado por Cieza de León en Las guerras civiles del Perú-. En esta ciudad se desbarató la expedición deCartagena y los soldados se pasaron para el ejército del Perú. El encuentro no fue vano, porque por aquel malogrado conquistador se entera Aldana de la existencia de las minas de oro del cerro de Buriticá, lo que lo determina a emprender la conquista de la provincia de Anserma explorada por Belalcázar, asignándole la misión a Robledo. Esto explica por qué cuando Robledo funda la ciudad de Santa Ana en agosto de 1539 le pusiera como límite norte el lejano e ignoto sitio de Buriticá, en cuyas cercanías él mismo habría de fundar en diciembre de 1541 la ciudad de Antioquia. De otro lado, en honor de las tropas de Cartagena, Robledo llama “Cartago” a la segunda ciudad que funda en la otra banda del río Cauca en agosto de 1540.
  • Aunque desde 1535 los españoles llegaron a las cabeceras del río Cauca, pensaban que éste era el mismo río “Darién” que sabían que caía al Mar del Norte. La singularización e identificación del curso del río Cauca se da con la expedición de Vadillo, la cual salió en medio de los ríos Darién (Atrato) y Santa Marta (Magdalena) y el Día de San Juan de 1538 (24 de junio), a un día de camino del cerro Buriticá, arribó a un gran río. Juan de Castellanos escribe que el soldado que hizo el descubrimiento del río fe Pablo Fernández y que “como viesen río tan potente / juzgaron ser el de la Magdalena”. A partir de allí la expedicion tomó como guía este río: “Llaman este río los indios Niyo, en otras partes le llaman Sitamira y en otras partes le llaman Coguya y en otras partes Orrura”, escribió Vadillo (relación escrita en 1539 y encontrada por Gregorio Saldarriaga en 2012 en Sevilla). Al llegar a Cali el 24 de diciembre, el diálogo con los otros españoles permitió conocer que el río que bordeaba esta ciudad no era el Darién, deduciendo que sería el Santa Marta, o por lo menos su brazo principal, como lo relató Vadillo al rey: “Sabrá vuestra majestad que los de Cali y Popayán tenían que estaban en los nacimientos del Darién y así me dijeron que lo habían escrito a vuestra majestad especialmente un piloto que se dice el Ladrillero e como llegué desengañeles de ello porque lo que a todos pareció este río donde estaban es el de Santa Marta. Y si no es todo puesto que es muy grande es el más principal brazo de él porque yo salí entre el Darién y él. Y al Darién dejé a la mano derecha este hallé a la mano siniestra. No hay entre estos ríos otro que salga al mar del norte sino este e así no hay duda que sea este el río de Santa Marta y con esto los desengañé y conocimos cómo el Darién quedaba atrás”. La duda se despejó en los días siguientes, cuando llegó a Popayán Pedro de Añasco e informó que las tropas de Belalcázar habían pasado al otro lado de la cordillera central y fundado el pueblo de Timaná (Huila) y que por allí eran las cabeceras del río Santa Marta. Así, por la unión de pedacitos de relatos, fue surgiendo el mapa de Colombia.
  • Los pueblos originarios de la Provincia de Anserma eran: Carpa, Supía, Upirama Opirama), Ipa, Ocanchacara, Napura (Mápura), Irra, Tabuya, Guática, Tusa, Indipia, Curumbi, Curupancha, La Provincia, Cumba, Andica, Chátaga, Ocanchare, Guacaica, Apía, Pirsa, Gorrones, Umbría, Guarma, Chatapa, Sima y Chancos (“Relación de Popayán y del Nuevo Reino” de 1559-1560 (en Cespedesia, revista de la Universidad del Valle, Nos. 45-46, suplemento No. 4, enero-junio de 1983). Esta lista es de veinte años después de la entrada de los españoles, y da cuenta de 5.409 indígenas (de los 40.000 los indígenas calculados en 1540), por lo que es posible que los pueblos originarios de la región fueran muchos más. La misma relación agrega que de los pueblos citados sólo dos eran rebeldes: “Dos provincias de naturales están junto a las que sirven a esta ciudad [Anserma], de los cuales recibe daño, porque continuamente vienen a hacer asaltos en ella y matan algunos, y asimismo salen a los caminos a los caminantes que van por tierra a Cali. Llámanse estas provincias la una Sima y la otra Los Chancos; habrá en ellas mil y quinientos indios”. A diferencia de los Quimbayas, los indígenas de la margen izquierda del río Cauca han sido poco estudiados. La única obra sobre este pueblo data de 1955 (Los Ansermas) escrito por Inés Lucía Abad Salazar, alumna de Luis Duque Gómez, quien en 1943 había efectuado la primera visita antropológica al Viejo Caldas.
  • Sobre el sitio de la primera fundación hay controversia, pues tradicionalmente se ha entendido que era el sitio de “Guarne”, una quebrada que cae al río Risaralda en la parte baja de Belén de Umbría; pero el profesor Octavio Hernández Jiménez, de la Universidad de Caldas,  ha hecho notar, no sin razón, que aunque puede haber una similitud semántica entre “Guarma” y “Guarne”, es muy improbable que los españoles hayan entrado por los valle de los ríos Apía y Sopinga (río Risaralda), puesto que sus riberas eran en la época terrenos cenagosos e inhabitables, por lo que es más factible que la primera fundación haya ocurrido sobre la loma que hoy separa a los municipios de Risaralda y San José (Caldas). Véase: “El Camino Real de Occidente”, en: http://academiacaldensedehistoria.blogspot.com/2012/09/camino-real-de-occidente-por.html). En cuanto a los españoles con que se topara la avanzada de Robledo, se trataba de las tropas de Juan Graciano y Luis Bernal, enviados por Juan de Santa Cruz, juez de residencia y nuevo gobernador de Cartagena, en persecución de Juan Vadillo.

 

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Al fondo, Anserma actual. En primer plano, la Loma de Anserma o Cuchilla de Belalcázar.
A la derecha, en el fondo, el Alto de Santa Ana, posible primer emplazamiento de Anserma
(Foto y texto del autor citado).

  • “Más adelante deste valle [Supía y Riosucio] está otro pequeño [¿Guática?], dos leguas y media de él, que se hace de una loma que nace de la cordillera donde está fundada y asentada la villa de Ancerma, que primero se nombró la ciudad de Santa Ana de los Caballeros, la cual está asentada entre medias de dos pequeños ríos, en una loma no muy grande, llana de una parte y otra, llena de muchas y muy hermosas arboledas de frutales, así de España como de la misma tierra, y llena de legumbres, que se dan bien. El pueblo señorea toda la comarca por estar en lo más alto de las lomas, y de ninguna parte puede venir gente que primero que llegue no sea vista de la villa, y por todas partes está cercada de grandes poblaciones de muchos caciques o señoretes” (Pedro Cieza de León, La crónica del Perú, primera parte, disponible en internet).
  • “Mando sacar de una rancheria que avia en la juridicion de la ciudad de Arma unos indios que se llamavan de Sonson que estavan retirados y oprimidos y ser pocos los demas de ella naturales de otras partes casados y enparentados mucho tienpo a con los de Sonson y los mando poblar y reducir a la dicha nueba ppoblacion de La Vega con otros para que sean dotrinados y por no tener encomendero los puso en la Corona Real de Su Magestad = (..) Aqui [en la Vega] he de poblar el repartimiento de Pirsa y Supia la Alta y Supia la Baxa y mas de setenta personas que he sacado de Zonzon donde estaban retirados mas a de diez y seis años sin poder ser doctrinados” (Documentos de la visita de Lesmes de Espinosa, 1627). Estos setenta Sonsones suman hoy 10.000 y habitan en el actual Resguardo de San Lorenzo en Riosucio (Caldas).

 

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En abril de 2009, en coordinación con el Centro de Historia de Sonsón, el Cabildo de San Lorenzo envió a esta ciudad antioqueña una comisión de diez indígenas, encabezada por don Silvio Tapasco Aricapa, pudiendo de esta manera regresar a la tierra de sus ancestros,  383 años después de su traslado.

  • Al parecer el traslado efectivo se produjo en 1721, como se desprende del trámite del pleito que mantuvieron los pueblos de indios de La Montaña y de CañamomoLomaprieta por el sitio de Riosucio, cuyos documentos de comienzos de ese año son expedidos en la “ciudad Señora Santana de Anserma”, mientras los de finales de 1721 llevan la indicación de “la nueva ciudad de señora Santa Ana deAnserma”:

“En el pueblo de Nuestra Señora de la Candelaria de la Montaña, jurisdicción de la ciudad Señora Santana de Anserma, en veinte días del mes de enero de mil setecientos y veintiún años” (Acta de visita al pueblo de la Montaña yal sitio Riosuciopor parte de Diego Martín de Guevara, alcalde de Anserma), y como éste varios documentos entre enero y abril de 1721. De fines de 1721: “En el Real de Minas de San Sebastián de Quiebralomo, términos y jurisdicción de la nueva ciudad de señora Santa Ana de Anserma, del Gobierno de Popayán y del Distrito de la real Cancillería de la ciudad de Santa Fe del Nuevo Reino de Granada, en veinte y un día del mes de noviembre de este año de mil setecientos y veintiuno” (Providencia de Domingo de la Vega, teniente de la Gobernación de Popayán,haciendo cumplir un decreto del virrey Jorge Villalonga) (…) “Por su majestad, en el sitio de la Vega de Supía, términos y jurisdicción de la nueva ciudad de Santa Ana de Anserma, en doce días del mes de diciembre de mil setecientos y veinte y un años” (Documento de Domingo de la Vega, respuesta a los alcaldes de Lomaprieta).

  • “El traslado de Cartago, en 1690, hacia lo orilla izquierda del río La Vieja fue el golpe de gracia para Anserma. Tras la emigración de sus gentes principales, con el alejamiento de Cartago, la cabecera de la primera frontera minera quedó aislada y Anserma ya no fue paso obligado del comercio hacia Supía y Quiebralomo. Para entonces, estos dos sitios habían desarrollado su propio mercado interno, independiente de Anserma, y se habían vinculado a Mariquita con el comercio de artículos especializados. Así finalizó el siglo XVII en el norte de la Gobernación de Popayán: la minería, razón de ser del poblamiento español, se hallaba en crisis, mientras las sociedades asentadas en su territorio trataba de organizarse a través de fundaciones y repartimientos de tierras y medidas de protección a los indígenas. Anserma se diluía como ciudad, para beneficio de caseríos como Quiebralomo y Supía, que en ese momento comenzaban a ser importantes” (Álvaro Gärtner. Los místeres de las minas. Crónica de la colonia europea más grande de Colombia en el siglo XIX, surgida alrededor de las minas de Marmato, Supía y Riosucio. Manizales, Universidad de Caldas, 2005, pág. 55 ss.).
  • Informes presentados al virrey de la Nueva Granada por Juan Joseph Gutiérrez del Toral, alcalde ordinario de primer voto de la ciudad de Anserma,  22 de abril de 1771, y por Diego Joseph Leonín de Estrada, alcalde ordinario de segundo voto de la misma ciudad, 14 de mayo de 1771. En revista Cespedesia, Cali, Nos. 45-46, suplemento No 4, enero-junio de 1983, págs. 409-413).

 

El informe del primer alcalde, fechado en Anserma nuevo, describe así esta ciudad y en general el estado de su jurisdicción:

“…por lo alto linda  con las sierras de la provincia de Chocó, que se compone la mayor parte de montañas incultas, sin que nadie las habite, a excepción del ejido común que tiene esta dicha ciudad, la que se halla edificada en una cuchilla apta de la sierra, con varias quiebras y zanjones que dividen la ciudad en lo sustancial en dos barrios que se comunican por algunos puentes de guadua y palos, por no poderse favricar de otros materiales, mediante la conocida pobreza y falta de medios de estos ciudadanos, ni haber propios de donde poder echar mano”.

También indica que en un barrio se encuentran la iglesia parroquial y la capilla de la virgen de Chiquinquirá, y en el otro barrio el convento de San Francisco. Todas construcciones  en mal estado.

En cuanto a los población el alcalde dice que se compone de 8 eclesiáticos, que cuentan para su alimentación con 250 cabezas de ganado vacuno, 40 esclavos y algunas tierras; 230 españoles, con 25 aptos para cargos concejiles; 280 mestizos; 220 de gente parda y negros; 60 indios, 13 de ellos tributarios, “y no se hallan ningunos por conquistar en esta jurisdicción”. Indios, pardos y mestizos se ocupan en cargar tercios para el Chocó. Total de habitantes: 838.

Acerca de los medios de vida, el informe señala que entre todos los habitantes cuentan con 1.000 cabezas de ganado, algunas bestias de servicio, 230 esclavos, y que para la provincia fue una calamidad la creación del estanco de aguardiente, que privó de recursos a mucha gente, lo que ha dado lugar “a experimentarse varios hurtos y en el sexo mujeril muchas ofensas a Dios, tal vez por no tener otra forma de poder mantenerse, sin poderlo impedir la real justicia”

El informe del segundo alcalde, redactado en Supía, es una pequeña joya de relato de viaje por la esmerada redacción y las apreciaciones etnológicas que hace de los lugares, las comunidades y las personas. De esta información se extracta la conformación poblacional de la provincia en la zona comprendida entre el río Sopinga (río Risaralda) y Marmato, así:

Anserma Viejo

170 personas (3 blancos, 11 esclavos, y el resto mestizos y mulatos o pardos).

Pueblos de indios:

Tachiguía: 69 indios
Guática: 269 indios
Quinchía: 128 indios
Supía (incluye Marmato): 188 indios
Cañamomo: 91 indios
La Montaña: 353 indios
San Lorenzo: 114 indios
Total de indígenas: 1.212.

Real de Minas de Quiebralomo:

821 habitantes (entre mestizos, mulatos y blancos).

Población negra:

Marmato: 100
Guamal: 130
Anserma Viejo: 30

Total población

2.463 habitantes

  • “La población negra no alcanzaba para el trabajo; se trajo mano de obra de la provincia de Antioquia y llegaban, trayendo con ellos, víveres para 15 días y luego regresaban para volver de nuevo. Para tener obreros fijos, había necesidad de asegurar su subsistencia y fue así como se comenzó el gran cultivo de bananos [plátanos] en la hacienda de Cucurusapé, en las orillas del Cauca. Se comenzó a desyerbar para sembrar maíz, yuca y leguminosas, y el comercio de Antioquia pronto aportó harina de trigo, cacao y café” (Juan Bautista Biussingault, “Memorias”, tomo II, recopilado en: Academia Caldense de Historia. Viajeros por el antiguo Caldas. Manizales, Manifraf, 2008, pág. 79). Respecto de los antioqueños llegados a la zona antes de 1825, don Álvaro Gärtner nos ha suministrado los siguientes datos: “Eran antioqueños los curas Cataño (La Montaña) y Saldarriaga (Quiebralomo), llegados allá en 1718 y 1720, respectivamente. También lo eran Diego Leonín de Estrada, yerno de don Agustín de Castro y padre del fundador de Aguadas, y Manuelita 'La Maiser' (o sea, La Maicera), ama de llaves y amante del cura Bonafont desde antes de la llegada de Boussingault. Eso, sin contar muchos personajes anónimos”.
  • “Leyes i decretos expedidos por el Congreso Constitucional de la Nueva Granada en el año de 1852” (disponible en internet).
  • Este proceso es relatado en la página web del Departamento del Valle, así:

“La creación del Valle del Cauca, se debe a un ciudadano bugueño, filántropo, y humanitario medico IGNACIO PALAU VALENZUELA, escritor y periodista, nacido el 25 de marzo de 1850, hijo de Don Francisco Antonio Palau, cartagüeño y Doña Susana Valenzuela, bugueña. Fue él, en el año de 1907 quien mediante cartas personales empezó a gestar y promover la creación del nuevo departamento, pero como éste pertenecía a Estado de Departamento del Cauca, que se extendía desde Popayan, hasta Cartago, fue catalogado como perturbador del orden y antipatriota, por el entonces dictador General Rafael Reyes presidente de la república.
“El Doctor Palau, fue sometido a la más rigurosa vigilancia y persecución por parte del gobierno, de la dictadura de Reyes y de sus esbirros, al extremo de decretársele confinamiento a Mocoa, que gracias a Monseñor Manuel Antonio Arboleda, le fue cambiado a Popayán.
“Para el mismo año de 1907, el Dr. Palau publica un artículo en el periódico El Correo del Cauca el 6 de Noviembre explicando y defendiendo su tesis, pero el dictador Rafael Reyes decreta censura a su periódico quedando en claro la persecusión a la libre expresión.
“El Doctor Palau fundamentaba su idea en los artículos 5ª y 45 de la Constitución Nacional de 1886, pues el Valle del Cauca reunía los requisitos establecidos por la constitución para ser un nuevo departamento y el mal uso que hacía Popayán de los recursos de toda la provincia.
“División de Colombia
“El Decreto 916 del 31 de Agosto de 1908, basado el Ley 1ª de agosto 5 del mismo año, divide el territorio nacional en 46 departamentos, entre los cuales contaron a Cali, Buga y Cartago como tales.
“Posteriormente se expide la Ley 65 del 14 de Diciembre de 1909, que establecía que desde el 1º de Abril de 1910, se restablecía la división territorial anterior. En virtud de esta ley el Valle volvía a pertenecer al antiguo Estado Soberano del Cauca, o Cauca Grande, pero los vallecaucanos residentes en Bogotá iniciaron de inmediato gestiones para la creación del nuevo departamento.
“Al comprobarse el número de habitantes del Valle del Cauca y que su sección reunía los requisitos exigidos por la constitución del momento para ser Departamento, y al darse cuenta el gobierno nacional de la necesidad de su creación, fue organizado el Departamento del Valle del Cauca.
“Así que, por el DECRETO No 340 DE 16 DE ABRIL DE 1910 se dividió el territorio del país en trece departamentos, y se reunieron los antiguos departamentos de Cartago, Buga, y Cali para formar uno solo, con el nombre de DEPARTAMENTO DEL VALLE DEL CAUCA y en el mismo decreto se eligió como capital a CALI”.
(Fuente: http://www.valledelcauca.gov.co/publicaciones/historia_del_valle_del_cauca_pub).