14 DE MAYO: MARMATO MARCHA PARA NO DESAPARECER Salida: Restaurante Valencia, carretera de Supía a Marmato, 8 de la mañana.
En 1825 las minas de oro de Marmato fueron dadas como garantía por el gobierno de la Gran Colombia sobre los créditos adquiridos por la reciente nación en las casas comerciales de Inglaterra. Esos créditos sirvieron para darle viabilidad a la República, que de otra manera hubiera sucumbido. Otto Morales Benítez, a la par que critica este aserto, destaca este otro: Marmato, que en ese tiempo hacía parte de Supía, también contribuyó a la libertad del Perú: “Pero Marmato presta otro contingente más eficaz en cuanto a la Independencia. Zamira Días de Z. nos facilita datos de las contribuciones para la campaña del Perú. Era lo natural: "En Anserma se estimaron en 34 los contribuyentes entre uno (1) y diez (10) pesos, lo que dio un total de $59. En Supía: total de contribuyentes 65: 60 de $1 a 10; 1 de $10-25; 2 de $25-50 y 2 de 450- Total: $389,7 sobre $7.080 del Valle del Cauca". De suerte que, desde el comienzo de la república, se ha vivido muy cerca del destino no sólo de la nación sino del continente. Éste es un aspecto que es indispensable destacar” 200 años después, los canadienses (ex miembros de la Commonwealth) vienen por el oro restante de la montaña, invitados por Fabio Valencia Cossio, cuando era alto consejero presidencial para la competitividad en el gobierno de Uribe, y recibidos por el gobierno actual con una efusión rayana en el cinismo, conociendo todo el mundo lo que significó el descubrimiento de América en términos de genocidio, etnocidio y saqueo: “Lo que me gusta decir es que los españoles descubrieron América hace 500 años y los canadienses descubrieron Colombia hace 10. De lo que estamos muy contentos" (Declaraciones de Juan Carlos Echeverry, ministro de Hacienda de Colombia, en la cuarta reunión ministerial de ministros de finanzas de América, realizada en Calgary, Canadá, el 27 de marzo de 2011, en: http://www.dinero.com/wf_ImprimirArticulo.aspx?IdRef=85903&IdTab=1). En 2005 llegó a la región la compañía canadiense Colombia Goldfields Ltda, atraída por una prospección hecha sin conocimiento de los marmateños entre 1996 y 1998, que calculó en 5 millones de onzas las reservas de oro de la montaña en que se asienta el pueblo de Marmato. Posteriormente la Goldfields le vendió el proyecto a la compañía Medoro Resources (también canadiense, e integrada por ejecutivos de la Rubiales Pacific, la principal petrolera con presencia en Colombia), sobre la base de un estimativo comprobado de 7.5 millones de onzas de oro, con la expectativa de que alcancen 12 millones. Las compañías calculan extraer todo el mineral (además del oro, 28 millones de plata y otros) en 20 años. Para explotar el mineral, la compañía Medoro ha manifestado que la forma más económica y eficiente de explotar esa cantidad de metal, tal como se encuentra geológicamente, es con minería a cielo abierto, y que para ello se necesita trasladar el pueblo para otro sitio. Aceptando que fuera viable esta operación, el costo del traslado debería asumirlo la empresa dueña del proyecto. Pero Ingeominas acudió en ayuda de la compañía, declarando al pueblo de Marmato como Zona de Alto Riesgo, como efecto de la explotación artesanal a que ha sido sometida la montaña desde hace en 470 años, por lo que es el Estado colombiano quien actualmente ha asumido el costo del traslado del pueblo, ahorrándole más de 20 millones de dólares a los canadienses. El anterior gobernador de Caldas, Emilio Echeverry, denunció este desequilibrio. De acuerdo con el Código Minero, está restringida y casi prohibida la minería en zonas urbanas, en lugares que sean patrimonio cultural y en territorios indígenas. Y Marmato es casco urbano, tiene varias declaraciones de patrimonio cultural e histórico y una candidatura a Monumento Nacional, y del total de la población marmateña el 56% son negros y el 17% son indígenas. Aún así, el macroproyecto minero sigue su marcha. En cuanto a comunidades indígenas y negras, la Constitución Nacional (art. 330, par.), el Convenio 169 de la OIT y la Ley 99 de 1993 sobre medio ambiente disponen que la explotación de recursos naturales en los territorios de las comunidades étnicas debe hacerse sin desmedro de la integridad étnico, cultural y social de dichas comunidades. Sin embargo, con la explotación a cielo abierto esa integridad no sufre una mera afectación, sino que desaparece radicalmente, puesto que implica la destrucción física de un casco urbano que se ha forjado en más de 470 años, y que articula la identidad, los imaginarios, la economía y todos los aspectos de la vida social del municipio. Aún así, se dirá que es posible construir un nuevo pueblo (como sucedió en El Peñol y en Guatavita cuando se construyeron las represas). Pero lo que es imposible es reconstruir la cultura minera, porque ese es el impacto más drástico del macroproyecto: la compañía contrató a una ONG para que diera cursos de capacitación a los marmateños a efectos que se vayan preparando desde ahora para de aquí a 20 años, cuando se acabe el oro y la región deje de ser zona minera y deba dedicarse a la agricultura y al turismo. Sería como volver obreros a los Nukak Makú en ocho días. Lo más irónico es que la compañía dice que el mayor atractivo turístico del Nuevo Marmato sería un lago que quedaría después que la explotación. Pero va uno a ver, y se trata de... ¡una gigantesca laguna de oxidación altamente venenosa! Además del deber de no afectar la integridad de la comunidad, las normas citadas anteriormente prescriben que debe hacerse una consulta previa con las comunidades negras e indígenas (y tal vez con todo el pueblo); la cual, empero, no ha tenido lugar, pese a haber transcurrido seis años desde el ingreso de la compañía multinacional al territorio negro e indígena de Marmato. No se sabe si en ello habrá tenido algo que ver que el anterior titular del Ministerio del Interior y de Justicia, entidad a quien le compete realizar las consultas, era el ya mencionado Fabio Valencia Cossio. Además de lo anterior, la Corte Constitucional, en sentencia del 24 de mayo de 2010 (caso de Mandé Norte en territorio Embera y negro de Chocó-Antioquia), dispuso que, en concordancia con la doctrina de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuando un proyecto de desarrollo se tal dimensión que sus impactos exijan el traslado de aquellas comunidades, la consulta no solo es obligatoria sino vinculante, es decir, que las comunidades deben dar su consentimiento al traslado. Pero en Marmato el traslado sigue como un destino inelectuble. Finalmente, la zona alta de la montaña de Marmato (llamada Cerro El Burro, porque cuenta la leyenda lugareña que en las noches se veía, no un pequeño “tunjo” como en Tolima o Boyacá, sino un burro de oro salir de la montaña) fue declarada zona minera de subsistencia y reservada para la pequeña minería por la Ley 66 de 146 y el Decreto Legislativo 2223 de 1954. Pero dicho régimen desapareció por arte de birlibirloque con el Código de Minas expedido por la Ley 685 de 2001. Con la particularidad que uno de los miembros de la comisión asesora para su reforma, Francisco Zapata Ospina (ex director de CORANTIOQUIA) apareció en Marmato en 2007 como director administrativo de la compañía Colombia Goldfields. Posteriormente el Código de 2001 fue reformado para fomentar la gran minería, mediante la Ley 1382 de 2010, impulsada por Hernán Martínez Torres, ministro de minas entre 2006 y 2010. Seis meses después de su retiro del cargo, Martínez se integró a la Junta Directiva de la compañía Medoro, dueña del proyecto de gran minería de Marmato. La compañía comentó: “‘Estamos agradecidos que el Sr. Martínez haga parte de la Junta Directiva de Medoro Resources. Como miembro del Ministerio de Minas y Energía de Colombia, el Sr. Martínez trae a Medoro considerable conocimiento y experiencia en la industria minera, particularmente en Colombia’, señaló Serafino Iacono, Presidente Interino de Medoro Resources” “Difícil un privilegio mayor para Medoro Resources o para Bavaria, que tener en sus juntas directivas, asesorando y orientando las actuaciones de sus compañías a los ministros que vienen de concebir y tramitar legislaciones que regulan su sector. Un claro aprovechamiento de información privilegiada y de conocimiento de la letra menuda del entramado del poder y de sus decisiones puesto ahora al servicio de intereses particulares que defienden desde su nuevo rol en las juntas directivas. Por lo demás muy bien remunerados. “Nada de esto es ilegal. Pero si inmoral. Riñe con los principios de una sana ética ciudadana. “Esta es la llamada puerta giratoria, que se volvió una costumbre, y descarada, en el país. Sí, aprovechamiento de información privilegiada, pero que también puede llegar a convertirse, si se mira con suspicacia, en pago de favores. Todo muy sutil, todo muy elegante, todo muy de cuello blanco”, comenta la periodista María Elvira Bonilla en su columna del El Espectador del 17 de abril de 2011 (http://www.elespectador.com/impreso/opinion/columna-263793-puerta-giratoria).
UNA PEQUEÑA MUESTRA DE LO QUE OCURRE EN MARMATO(FINALES DE 2009)¡OTRO JÓVEN MARMATEÑO QUE MUERE EN LA GUACHA!Publicado por Marmato en 7:51:00 AM
CONVOCATORIA PRIMERA MOVILIZACIÓN NACIONAL POR LA DEFENSA DE MARMATO Tomado de: http://www.reclamecolombia.org/index.php/comunicados/22/215
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