Nota de Albicentenario. El 25 de junio de 2010 ingresaron a territorio colombiano por Ipiales (Nariño) los restos de Manuelita Sáenz con destino a Caracas. El Gobierno de Ecuador, que en 2007 ascendió a Manuela Sáenz Aispuru de coronel a generala de la República, organizó la “Campaña Triunfal Manuela La Libertadora”, con el objeto de resaltar el aporte histórico y social de esta quiteña y trasladar simbólicamente sus restos desde el puerto peruano de Paita hasta la tumba de Bolívar en Caracas. El traslado comenzó en Paita el 4 de mayo y culminará el 24 de julio, día del natalicio del Libertador.
Los restos tienen carácter simbólico, porque Manuelita murió en una epidemia de difteria y por tanto su cuerpo fue incinerado (junto con su archivo personal), desconociéndose el paradero de sus cenizas. El cofre que se transporta contiene tierra de su casa de exilio en Paita.
A Colombia llegan los restos de Manuelita Sáenz, “La Libertadora del Libertador”, sin que el Gobierno ni los medios de comunicación lo anuncien. Llegan en silencio, en un silencio que uno quisiera atribuir a la remanencia en el tiempo de los rencores bogotanos contra los desafíos feministas, políticos y militares de esta mujer que puso en jaque a la sociedad santafereña de su tiempo, y hasta ahí sería un silencio imperdonable pero comprensible. Mas no es éste el silencio que acompañará el paso de la memoria de Manuelita Sáenz por tierras colombianas en su viaje desde Paita (Perú) hasta Caracas, sino que será el silenciamiento impuesto desde el poder a la celebración del Bicentenario de la independencia, con sus ideales y personajes incómodos para el Gobierno que termina. “Aplazar y bajo perfil” fue la consigna del presidente Uribe para el Bicentenario 2010; “No asistir” fue la orden del canciller Jaime Bermúdez para los actos conmemorativos del Bicentenario de Venezuela el pasado 19 de abril; “Destierro, exclusión del escalafón militar y supresión del sueldo de coronel del Ejército” fue la sentencia del Gobierno colombiano contra Sáenz en 1832.
Con un acto musical fueron recibidos ayer los restos simbólicos de la heroína quiteña Manuela Sáenz, provenientes de Paita, Perú, evento presidido por las principales autoridades de Nariño y de las provincias de Carchi e Imbabura, Ecuador.
El cofre con los restos de Manuelita será llevado a Venezuela para que reposen al lado de la tumba del libertador Simón Bolívar. La cruzada tiene como propósito fortalecer los lazos de hermandad entre Colombia, Ecuador y Perú, donde murió la heroína.
El evento desarrollado en la Antigua Casa de Aduanas, ubicado en el Puente Internacional de Rumichaca, rememoró la vida de esta mujer conocida como la Libertadora del Libertador, el símbolo del feminismo en Latinoamérica.
El cónsul de Ecuador en Ipiales, Pablo Núñez, afirmó que “este periplo se desarrolla para reivindicar el papel de una mujer que trasciende más allá de haber sido una compañera de Bolívar. Es el papel de esa mujer libertadora, quien intervino en la Independencia de varios países”.
Núñez dijo que es un tributo a Manuela Sáenz, que se debe manifestar en la consagración diaria y permanente a luchar por una sociedad justa. “Es el orgullo de una mujer que se unió por la lucha de la igualdad de los pueblos”.
Los restos de Sáenz permanecieron toda la tarde de ayer en cámara ardiente en las instalaciones del Concejo de Ipiales, en donde fueron visitados por la comunidad ipialeña y de la antigua provincia de Obando.
En el acto se hicieron presentes por Colombia el secretario de Gobierno del departamento de Nariño, Fabio Trujillo; el alcalde de Ipiales, Gustavo Estupiñán; el director de la Casa de la Cultura, Alirio Velásquez; la presidenta del Concejo, Guadalupe Flórez; el Colectivo Cultural Cincel y la Sociedad El Carácter, entre otros.
De Ecuador el prefecto del Carchi, René Yandún, delegados de la Alcaldía de Tulcán y de las Fuerzas Militares, entre otros.
El cofre estará hoy en la ciudad de Pasto. El acto comenzará a las 3:00 de la tarde en la Pinacoteca del departamento. A la actividad, coordinada por el subsecretario de Pedagogía y Cultura, Jaime Rodríguez, con el apoyo de la Oficina de Política Social del Departamento, han sido convocadas mujeres de diversos gremios.
Como invitada especial estará la viceprefecta del Gobierno Provincial de Pichincha, Marcela Costales.
La conferencia magistral del evento, ‘El rol de la mujer en la independencia’, estará a cargo de la Academia Nariñense de Historia.
Entre mañana y pasado los restos recorrerán cinco municipios más del departamento de Nariño, para luego continuar su ruta hacia Popayán, Bogotá y llegar a su destino final, Caracas, el próximo 24 de julio, día del natalicio de Simón Bolívar.
El día de hoy, viernes 23 de abril de 2010 se presentó la Campaña Triunfal Manuela la Libertadora en la Capilla del Hombre de la Fundación Guayasamín. Esta campaña busca reivindicar la memoria de Manuela Sáenz y llevar de forma simbólica sus cenizas, mezcladas en la tierra, desde Paita hacia Quito para finalmente descansar junto a Simón Bolívar en Caracas.
El acto contó con la presencia de la ministra Coordinadora de Patrimonio, María Fernanda Espinosa; el director de la Fundación Guayasamín, Alfredo Vera; la viceprefecta de Pichincha, Marcela Costales; el prefecto de Pichincha, Gustavo Baroja; y el concejal de Quito Jorge Albán en representación del Alcalde, entre otras distinguidas autoridades.
Durante su intervención la Ministra María Fernanda Espinosa destacó la figura de Manuela como mujer, durante su discurso expresó que rescatar a Manuela como mujer ha sido también situarla fuera de su exilio interior, colocarla fuera del recuerdo de su pasado glorioso y encararla en la pobreza que supo llevar con dignidad, y en la invalidez que no quebró su espíritu.
La Secretaria de Patrimonio habló de esta cruzada como una reivindicación de la figura de Manuenal Sáenz y de las figuras femeninas que ha tenido el Ecuador. "Por ello es que el tributo a Manuela se debe manifestar, se manifiesta en la consagración diaria y permanente a luchar por la fundación de una sociedad equitativa, respetuosa, incluyente, justa y solidaria, como lo hicieron Manuela Cañizares, Manuela Espejo, Nela Martínez, Dolores Cacuango, Matilde Hidalgo, Alba Calderón, y todas las mujeres anónimas de nuestra historia pasada y presente", expresó la Ministra Espinosa.
De su lado la viceprefecta de Pichincha, Marcela Costales, presentó el proyecto que pretende llevar de manera simbólica a Manuela Sáenz desde Paita hasta Caracas. La tierra de Paita, que representa los restos de esta gran luchadora, llegará al Ecuador el 3 de mayo y recorrerá 12 provincias. La libertadora del libertador arribará a la ciudad de Machala y seguirá a Guayaquil (5 de mayo), Babahoyo (7 de mayo), Guaranda (10 de mayo), Riobamba (11 de mayo), Ambato (12 de mayo), Latacunga (13 de mayo), Quito (14 de mayo), Ibarra (27 de mayo) y Tulcán (28 de mayo).
Luego de salir del Ecuador la tierra que representa a Manuela Sáenz seguirá su recorrido hacia Bogotá donde permanecerá el 12 y 13 de julio y llegará a su destino final, Caracas, el próximo 24 de julio, día del natalicio de Simón Bolívar.
Este reconocimiento histórico sirve para entregar al pueblo ecuatoriano y latinoamericano parte de la historia libertaria en la figura de la Generala Manuela Sáenz y es un tributo a su imagen revolucionaria, política, parte fundamental de la historia de América Latina.
Piura. La Vice Prefecta del Gobierno de Pichincha (Ecuador), Marcela Costales Peñaherrera, informó que que este domingo en la ciudad de Paita se dará inicio al recorrido por cuatro países de Sudamérica, de la tierra simbólica de Paita, que representará los restos de Manuelita Sáenz, la dama del Libertador Simón Bolívar.
En compañía de los consejeros del Gobierno Provincial de Pichincha, Ramiro Alcocer y Raúl Oña, Costales Peñaherrera señaló que esta acción se enmarca dentro de la Campaña Triunfal Manuela Sáenz La Libertadora, destinada a recuperar la memoria histórica, presencia ideológica, política y militar de la Generala Manuela Sáenz, en virtud de que Paita fue su último destino, la tierra que escogió para descansar sus últimos años y comunicarse de otra forma con los paises del continente.
Explicó que la heroína saldrá simbólicamente con la tierra de Paita, la que fue su última residencia, porque a la fecha no se han hallado sus restos. Se ha previsto para esto su traslado en dos cofres, uno en honor de la Generala y otro en honor de Rosalía, la esclava afroecuatoriana que acompañó a Manuelita hasta días antes de su muerte.
De Paita, la tierra simbólica que representa a Manuelita ingresará con honores militares a Huaquillas (Ecuador) y recorrerá 13 provincias de Ecuador. Inclusive, el 24 de mayo próximo un cofre con la tierra de Paita será colocado en la cima de la libertad de Quito, para que la mujer del Libertador quede con los héroes ecuatorianos.
Más adelante, llegará a Bogotá donde la Alcaldía Mayor la honrará el 7 y 8 de julio próximo. En fecha posterior ingresará a territorio venezolano, y con la tierra simbólica de Paita se volverá a hacer la campaña admirable del Libertador Simón Bolívar, en tanto que el 24 de julio será colocada junto al Libertador como fue el último deseo de Manuelita de reposar junto a su compañero de ocho años de trabajo independentista.
Esta Campaña, según la Vice Prefecta involucra a cuatro países, y es más grande de lo pensado. Por tal motivo, se cuenta con más de 264 eventos a lo largo de ellos en los que será honrada la Generala con el fin de rescatar su memoria histórica y presencia libertaria. Expresó asimismo su reconocimiento al apoyo que brinda el Gobierno Regional Piura, la Municipalidad de Paita y los peruanos.
La autoridad del país del norte precisó que esta fue una iniciativa de la ecuatoriana Mela Martínez, hace más de 20 años, pero que no se concretó hasta ahora porque no hubo la voluntad de hacerlo.
Pero ahora, el Gobierno Provincial de Pichincha con el apoyo del Gobierno Regional de Piura, conformaron 13 comités provinciales en Ecuador, los Comités Internacionales de Perú, Colombia y Venezuela. Y se convertido en un evento bolivariano en los cuatro países a los que Manuelita Sáenz amó y está profundamente unida.
Dejó en claro que aun cuando en el cementerio San Pedro de Paita existe una cruz con el nombre de Manuela Sáenz, nadie puede certificar que sea la tumba de la Libertadora. Por eso se ha tomado la tierra de Paita, con un corte estaligráfico que hizo la Universidad de Piura en dicho camposanto, y es la que va como símbolo de Sáenz en los dos cofres que provienen de Ecuador.
Afirmó además que de las tres viviendas existentes en Paita que se atribuyen como morada de Manuela, aquella que tenga mayor fundamento histórico y documentos que la amparen como tal será reconstruida con apoyo del Gobierno de Pichincha y Gobierno Regional Piura para que sea la Casa Museo de Manuela Sáenz.
Resaltó que la dama ecuatoriana tuvo un espíritu que superó a su época, así como profesó el amor a la libertad, la pertenencia a la Patria y la defensa a los más grandes valores humanos, por lo cual está presente en todos nosotros.
Lunes, 03 de Mayo de 2010 11:24 JL Presidencia de la República
Quito (Pichincha).- Más de cinco mil militares ecuatorianos participarán en el recorrido que traslada simbólicamente los restos de la generala Manuela Sáenz, desde Paita (Perú), hasta Caracas (Venezuela), a partir de este lunes 3 de mayo. El personal de las Fuerzas Armadas acompañará a la comisión que trasladará los dos cofres preparados para el efecto, de sur a norte, en Ecuador. Los soldados rendirán honores de acuerdo al rango de la generala en las nueve provincias por las que atraviese la comitiva.
Según el Ministerio de Defensa, siete oficiales mujeres del Ejército portarán los denominados Camilos (banderines insignias) que hacen alusión a la fecha, así como los cofres con los restos de la Generala, los cuales estarán acompañados por charreteras, bastón de mando, banda y el sello que le otorga el título de Caballeresa del Sol. Las oficiales, llevarán uniformes a la usanza de los Granaderos de Ayacucho.
Asimismo, se tiene previsto que participen 12 voluntarios. Los seis primeros estarán vestidos con uniformes de Granaderos de Pichincha, los seis restantes llevarán trajes de Granaderos de Tarqui. Ellos montarán a caballo.
Además, está dispuesto que vehículos Hummer de la Fuerza Terrestre, sirvan para trasladar los restos de Manuelita Sáenz.
Adicionalmente, músicos de las tres ramas de las Fuerzas Armadas acompañarán el recorrido, entonando música de la época, así como marchas fúnebres.
Los colegios militares de las provincias involucradas harán una calle de honor en los sitios por donde pase la caravana. El evento será cubierto por comunicadores de la Agencia de Noticias Militares (Notimil)./Ministerio de Defensa
HOMENAJES A MANUELA SÁENZ EN PASTO, POPAYÁN Y BOGOTÁ
El departamento del Cauca se vinculó a la “Gran Campaña Triunfal Manuela la Libertadora”, que promueve Marcela Acosta Herrera, Viceprefecta de Pichincha, Ecuador.
El Gobernador del Cauca, Guillermo Alberto González Mosquera, informó la vinculación del departamento del Cauca a la campaña, después de la visita a Popayán de Marcela Acosta Herrera, Viceprefecta de Pichincha Ecuador, quien promueve el homenaje a Manuela Sáenz en países como Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela.
“Esta iniciativa nace entre los países que conformaron la Gran Colombia, con el ánimo de recuperar la memoria histórica, la presencia política y la figura militar de la Generala Manuela Sáenz”, expresó la Viceprefecta de Pichincha, quien señaló que la Campaña inició el pasado 3 de Mayo cuando los restos simbólicos de Manuelita Sáenz salieron de Paita, Perú, e inició un periplo por nueve provincias del Ecuador y luego pasará a Colombia por Pasto, Popayán y se quedarán en Bogotá.
Lo anterior con el fin de que, sea honrada por las autoridades civiles, militares, organizaciones sociales y todos los ciudadanos que se sienten identificados con los valores de la libertad.
“Con el Gobernador del Cauca y su equipo de trabajo ya se está coordinando el evento que se realizará en la capital caucana el cual se programaría para el 2 Julio cuando los restos de la Generala estarían llegando a la ‘Ciudad Blanca’”, manifestó Marcela Acosta quien finalmente, dijo que Manuelita Sáenz es un símbolo para América del poder de la libertad, de la presencia de la mujer durante los procesos independentistas, del ser humano que rompe los esquemas y que no acepta ningún tipo de ataduras sino las de su propia realización.
Los restos simbólicos de Manuela Sáenz están constituidos por un cofre con tierra de Paita, Perú, donde Manuela murió en el destierro, la absoluta pobreza y se supone fueron depositadas sus cenizas tras ser incinerada.
LA LIBERTADORA MANUELA SÁENZ
Por: Jaime Horta Díaz
“El tiempo me justificará”[1]. Manuela Sáenz
Por Jaime Horta Díaz (Fragmento del libro CRONICAS DE LA INDEPENDENCIA Verdad y mito de los Libertadores Bolívar, Santander, Páez, Nariño, Manuela Sáenz, Padilla, Córdova y Sucre (Librería Ibañez, Bogotá, 2009).
Vieja y olvidada en el lejano puerto de Paita, Perú, en cumplimiento del destierro ordenado por el gobierno de Colombia, ignorada por Venezuela y desahuciada por su propio país, la ecuatoriana Manuela Sáenz, la compañera del Libertador Simón Bolívar, la primera patriota de América, terminó haciendo dulces para vivir en medio de una resignada pobreza[2].
Allá la encontró atornillada a una silla de ruedas el escritor peruano Ricardo Palma, joven, uno de los pocos que la visitaba con frecuencia. La describió como una señora de “ojos negros y animadísimos, en los que parecía reconcentrado el resto de fuego vital que aún le quedaba, cara redonda y mano aristocrática”. Conservaba el delicioso ceceo español con el que había cautivado a Bolívar.
En su apogeo fue la Libertadora del Libertador. En la Batalla de Ayacucho alcanzó el grado de coronel del ejército. Desde entonces usaba el uniforme militar, portaba pistolas, fumaba “con elegancia” y montaba a caballo como los hombres para furia de las matronas y de la oligarquía bogotana. Muerto el general, Manuelita, una mujer extraordinaria, fuera de época, se convirtió en una pieza que nadie sabía donde poner, donde dejar o dónde quitar. Atrás había quedado la historia al lado de Bolívar en las gloriosas jornadas por la Independencia de la América española.
En Jamaica, primera etapa de su forzado itinerario, tuvo que emplearse como enrolladora de cigarros. Después se encerró en Paita, un puerto perdido en el pacífico peruano. Tullida, aún en la silla de ruedas eran perceptibles sus buenas maneras. Todavía conspiraba. Cuando podía enviaba cartas a un general, a un ministro o a un político en Lima, Quito o Bogotá, aunque no le contestaran. Ya en Paita, asesinaron a su esposo, el comerciante inglés James Thorne -porque nunca se divorció- y por orgullo se resistió a recibir la herencia que le correspondía. También por respeto a la memoria del Padre de la Patria.
Solo se acordaban de ella de vez en cuando el general Daniel Florencio O´Leary, el presidente ecuatoriano Juan José Flores, el escritor peruano Ricardo Palma, uno que otro descarriado, como el italiano Giuseppe Garibaldi, el joven y desconocido norteamericano Herman Melville, aprendiz de marino, el antiguo profesor de Bolívar, Simón Rodríguez –ahora desahuciado en Bolivia por sus enseñanzas personales de la anatomía- y hasta el joven y volátil General Tomás Cipriano de Mosquera[3], después varias veces presidente de la república. Melville se llenaba de razones para escribir la historia de Moby Dick, una fábula sobre una ballena asesina –en realidad una orca- que supuestamente se venga de los hombres y por ese motivo casi lleva a la extinción de su especie.
Cuando las autoridades ordenaron quemar todas las pertenencias de Manuelita, para prevenir la propagación de la peste de difteria que le causó la muerte, al parecer se perdió gran parte del archivo del Libertador que andaba con ella. El general venezolano Antonio de la Guerra, también desterrado en Paita, recuperó un pedazo de la ultima carta de amor de Bolívar, dirigida desde Santa Marta, según la especie más conocida. Sin embargo, versiones recientes pero no confirmadas ni desmentidas fehacientemente, afirman que también rescató parte del famoso arcón, medioquemado, con fragmentos de documentos y objetos personales, que exhibe un museo de Quito auspiciado por el industrial Carlos Alvarez Saa[4].
Una mujer fuera de época
Manuela Sáenz (1795-1856), hija extramatrimonial del español Simón Saénz y de Joaquina Aispuru Montero, hija del abogado panameño de la Real Audiencia Mateo José de Aizpuru Montero y Espinosa, irrumpió en la historia americana con méritos propios por su compromiso con la Independencia.
Condecorada en Lima por el Protector del Perú, José de San Martín, penetró en el corazón del Libertador Simón Bolívar para siempre a su ingreso triunfante a Quito el 26 de junio de 1822, después de la Batalla de Pichincha que dio la independencia a Ecuador. Ciertos o no, los Diarios perdidos de Manuela, exhibidos en Quito, dan una versión íntima de aquel encuentro deseado por Manuela e inesperado por Bolívar acostumbrado al homenaje del reino femenino.
A Bolívar se la presentaron como Manuela Sáenz de Thorne. Mientras bailaban, el implacable guerrero le hizo una propuesta a quemarropa: le dijo que era urgente una entrevista. Enseguida, para que no quedaran dudas, le disparó un susurro al oído: “encuentro apasionado”.
Muchas de las especies lanzadas contra Manuela han sido desmentidas irrebatiblemente, a pesar de lo cual todavía perduran en la memoria colectiva, seguramente porque las repitieron como loros todos sus biógrafos desde el chismoso científico francés Jean Baptiste Boussingault[5], un buen técnico pero frustrado y desleal enamorado de la Libertadora.
La verdad es que su marido no era médico sino comerciante; era muy femenina, el supuesto acoso al joven general José María Córdova es el menos documentado de todos y nunca existió el supuesto amante D´Eluyar, como lo probó el historiador Bernardo J Caicedo[6], exPresidente de la Academia Colombiana de Historia. Por esta misma razón, tampoco hubo fuga del convento, ni rapto, ni abandono ni burla del imaginario amante. La cosa es sencilla: la migración de españoles hacia América en esos tiempos era más restringida que la de americanos a España de hoy.
Boussingault fue el autor de otras pesadeces que ni siquiera multiplican sus bafles gratuitos y que él define publicitariamente como incidentes eróticos, origen de su estela de mujer liviana y amante obsesiva. Tuvo el descaro de afirmar que una noche en Lima pasó Manuelita por un cuerpo de guardia en donde se encontraba un piquete de soldados a las órdenes de un joven teniente. “La loca comenzó a divertirse con los soldados, incluyendo al tambor”. También dijo que una de sus esclavas era su amante, aunque tuvo el escrúpulo de advertir que era una suposición.
Con todo, la escena que aterró al francés fue la del osezno. “Una mañana hice una visita a Manuelita y como no se había levantado todavía, tuve que entrar a la alcoba y vi una escena aterradora: el oso estaba tendido sobre su ama, con sus horribles garras posadas sobre sus senos”. Mandó a Boussingault que trajera un vaso de leche y el oso abandonó lentamente a su víctima y bajó para beber. “Vea usted, decía Manuelita, mostrándome su pecho, no estoy herida”.
Boussingault solo pudo verle las manos y fue suficiente para que dijera que tenía los dedos más lindos del mundo.
Increíble que esas mentiras se hayan mantenido y peor que las repitan autores recientes como el alemán Gerhard Masur[7], alumno de Friedrich Meinecke, el historiador más importante en los años 20 de la Universidad de Berlín, según se ha dicho. En investigación patrocinada por una fundación norteamericana y publicada por el gobierno colombiano en 1980, Masur ni siquiera entendió la frase que más la puede caracterizar ante la historia. Cuando Manuela dijo que “mi país es el continente de la América”, la interpretó inexplicablemente como si la heroína negara su origen y así lo registró.
Las exageraciones abundan, como el supuesto desdén por la ortografía para escribir mal hasta el apellido del Libertador, o su sensualismo. ¿Qué tal La vida ardiente de Manuelita Sáenz de Alberto Miramón? Una historiadora tan rigurosa como Pilar Moreno de Angel no fue impermeable a esas descalificaciones: “Montaba a caballo vestida de hombre, lucía en algunas ocasiones uniformes militares, se excedía en el licor e intervenía abiertamente en política sin tener ni las capacidades ni la experiencia para ello”[8].
Una dimensión de la escandola alrededor de Manuelita puede darla el solo hecho de que una ecuatoriana, hija extramatrimonial y casada legalmente con un inglés, viviera en el Palacio Presidencial de Colombia, en medio de la pacata e hipócrita sociedad bogotana, así fuera plagada de infidelidades, adulterios y concubinatos[9]. El colombiano Cacua Prada es autor de “Manuela Sáenz, mujer de América”[10], que bien pudiera ser la biografía definitiva de La Libertadora.
Libertadora del Libertador
Entre los episodios memorables de Manuelita resalta el día que literalmente hizo comer las letrillas contra Bolívar al cura José Joaquín de Larriva en Lima y la destrucción de los castillos en Bogotá. Larriva pretendió burlarse del Libertador (“Mudamos de condición/, pero solo fue pasando/ del poder de don Fernando/ al poder de don Simón”, etc). Manuelita, látigo en mano, literalmente le hizo tragar su inspiración.
La “amable loca” se creció el 25 de septiembre de 1828 al encarar valientemente a los conspiradores de Bolívar. Superada la conmoción de los primeros momentos de la conjura, Bolívar le otorgó el más famoso y merecido título de Libertadora del Libertador. Libertadora era desde Ayacucho.
(La lectura del expediente hoy prueba que el proceso seguido por el asalto al Palacio fue más político que jurídico. Bolívar nombró al general Rafael Urdaneta, rival de Santander, presidente del Tribunal Militar. El general José Prudencio Padilla, absolutamente ajeno al atentado, fue chivo expiatorio. Urdaneta condenó a muerte sin pruebas y en secreto al general Santander. El Consejo de Ministros le conmutó la pena por destierro y degradación).
A Manuela nunca le perdonaron que descalificara públicamente a los patriotas que no le simpatizaban y especialmente el fusilamiento simulado del vicepresidente Francisco de Paula Santander, el 28 de julio de 1828, que le mereció el reproche de Bolívar. En cambio, nadie le reconoció que en su momento pidió clemencia para el conspirador Florentino González.
El destierro
El pretexto para extraditarla fue el escándalo por la quema de los castillos de pólvora en que se denigraba del Libertador, cuando ya había abandonado la presidencia.
La expatriación fue un abuso de poder orquestado desde el alto gobierno del general Santander, ya rehabilitado y elegido primer Presidente de la Nueva Granada (1832-1837). Primero se la excluyó del escalafón militar y se le suprimió el sueldo de Coronel del Ejército, no obstante la amnistía decretada ante la capitulación del general Urdaneta en las Juntas de Apulo de 1831. Entonces el presidente Santander consultó si estaba vigente la orden de destierro de 1830 cuando destruyó los castillos de pólvora en que se quemaba a “Despotismo“ y “Tiranía”, eufemismo de Bolívar y Manuela.
Contra toda evidencia se hizo efectiva la orden de destierro. El camino estaba abonado. La temperatura del momento y el odio de esos contradictores desleales se documentó en el periódico La Aurora No. 8 del 13 de junio de 1830 de Vicente Azuero en que le censuraban, para incitar la acción de las autoridades, su modo de vestir (“mujeres disfrazadas de hombres, y lo que es más escandaloso, con las insignias militares”):
“Una mujer descocada, que ha seguido siempre los pasos del general Bolívar, es la que se presenta todos los días en el traje que no corresponde a su sexo, y del propio modo hace salir a sus criadas, insultando al decoro y haciendo alarde de despreciar las leyes y la moral”.
No dudaron en tacharla de forastera, a pesar de que todavía se respiraba el ambiente de la gran Colombia. Manuela respondió con grandeza en hoja suelta que distribuyó el día de mercado y fijó en lugares públicos: “El autor de La Aurora debe saber que la imprenta libre no es para personalidades, y que el abuso con que se escribe cede más bien en desdoro del país, que en injuria de las personas a quienes se ataca: Con estas palabras le contesto. El me ha vituperado más bajo, yo le perdono; pero si le hago una pequeña observación: ¿por qué llama hermanos a los del sur, y a mí FORASTERA, ¿??… Seré todo lo que quiera: lo que sé es que mi país es el continente de la América; he nacido bajo la línea del Ecuador”[11].
La sevicia era completa. No vacilaron en recluirla ilegalmente en el Castillo de Bocachica, que en su momento le valió tantas protestas a Santander, a la espera de la primera oportunidad de remitirla al exterior. Y la embarcaron para Jamaica.
Como las noticias malas debe darlas uno mismo, el expresidente colombiano Alberto Lleras, exsecretario general de la Organización de Estados Americanos-OEA, relató el destierro de Manuelita Sáenz efectuado en 1834 por su abuelo Lorenzo María Lleras, alcalde de Bogotá, comisionado por el gobierno nacional:
“Va con él un agente de la policía y diez hombres de armas comandados por el teniente Dionisio Obando. Además, ocho presidiarios para que conduzcan la silla de manos, destinada a la señora Sáenz. El grupo oscuro y grave avanza por sobre el gris empedrado, bajo el sol de la tarde, promoviendo la curiosidad pública. El señor Lleras entra a la casa, sube las escaleras, llega hasta la alcoba de Manuelita y la encuentra lista a producir un resonante escándalo, que se inicia con sus voces injuriosas y su desordenada desnudez, para responder a la compuesta gravedad del funcionario que, como puede, le intima orden de vestirse y partir. Manuelita rehusa y amenaza con darle un pistoletazo. Lleras reitera la admonición y nada consigue, sino irritar y desvestir más a la hembra que ha recorrido media América a la grupa del caballo del Libertador, entre la sumisión servil de generales, soldados y civiles. Se retira a confirmar sus órdenes y las recibe de proceder por la fuerza. Cuando regresa, no entra en muchas discusiones y los soldados se acercan a Manuelita, con resolución. Antes de que la toquen, desenvaina un puñal, que por fortuna logran arrebatarle. Se la pone en la silla de manos y se la cubre decentemente –según los términos del abochornado Lleras- y se la traslada porque ya es tarde para cumplir esa noche la orden de destierro, al Divorcio, cárcel de mujeres, con sus dos criadas, “que parecen dos furias” y a quienes se aísla en celda separada, de donde suben sus aullidos al cielo estrellado. Al alba del día siguiente la pequeña procesión toma el camino de occidente, entre la niebla y el frío”.
Crónica excelente, sin duda. Pero no deliciosa, como afirma Leopoldo Villar-Borda[12]. Todo lo contrario. Se consumaba una infamia propiciada por el general José María Obando, el “malvado” Obando a decir de Bolívar[13]. El propio secretario de Relaciones Exteriores, Lino de Pombo –padre del poeta Rafael Pombo-, estaba al tanto del itinerario de la deportada y daba instrucciones para que no se tuviera consideraciones con ella.
Nunca se doblegó
En vida del Libertador, e inclusive antesde conocerlo y después de su partida, intervino activamente en política. El fusilamiento simulado de Santander –sin ninguna acusación concreta- y acciones contra los que consideraba enemigos de Bolívar, eran obsesivos, como se documenta en su carta de marzo de 1828[14].
“En correo pasado nada dije a usted sobre Cartagena por no hablar a usted cosas desagradables; ahora lo hago felicitándole porque la cosa no fue como lo deseaban. Esto más ha hecho Santander, no creyendo lo demás bastante; es para que lo fusilemos.
“Dios quiera que mueran todos esos malvados que se llaman Paula, Padilla, Páez, pues de este último siempre espero algo. Sería el gran día de Colombia el día que estos viles muriesen; estos y otros son los que le están sacrificando con sus maldades para hacerlo víctima un día u otro. Este el pensamiento más humano: que mueran diez para salvar millones.
“Incluyo a usted esas dos cartas de Quito, y creo de mi deber decir a usted que ese señor Torres es hombre muy honrado y buen amigo. Si lo hace yo quedo contenta, y si no también, pues yo cumplo con Aguirre con esta insinuación y usted sabe bien que jamás he hablado a usted más que por desertores o condenados a muerte; si usted los ha perdonado, lo he agradecido en mi corazón sin hacer ostentación; si no les ha perdonado, lo he disculpado y sentido sin sentirme; yo se bien cuánto puedo hacer por un amigo y ciertamente no es comprometer al hombre que más idolatro.
“Adiós, señor. Hace cinco días que estoy en cama con fiebre, que creí ser tabardillo, pero ha cedido y solo tengo ya poca calentura, pero mucho dolor de garganta y apenas puede escribir su
“Manuela
La vida y sus enemigos habían golpeado a Manuelita pero no la habían doblegado. En Paita la acompañaban sus antiguas esclavas Jonatás y Juana Rosa. Nathan consiguió marido y se quedó en Jamaica. También la rodeaban varios perros que deliberadamente le recordaban a sus enemigos reales o imaginarios: “Páez”, “Santana”, “Córdova”, “La Mar”, “Santa Cruz”, “Cedeño”, “Santander”…
Últimos días
En Paita, Perú, la encontró el escritor peruano Ricardo Palma y en sus Tradiciones Peruanas la describió ampliamente:
“Era una señora abundante de carnes, ojos negros y animadísimos, en los que parecía reconcentrado el resto de fuego vital que aún le quedaba, cara redonda y mano aristocrática.
“--Mi señora Manuela –dijo mi acompañante-, presento a usted a este joven marino y poeta, porque sé que tendrá usted gusto en hablar con él de versos”.
“—Sea usted, señor poeta, bienvenido a ésta su pobre casa –contestó la anciana-, dirigiéndose a mí con un tono tal de distinción que me hizo presentir a la dama que había vivido en alta esfera social.
“Y con ademán lleno de cortesana naturalidad, me brindó asiento.
“Nuestra conversación en esa tarde fue estrictamente ceremoniosa En el acento de la señora había algo de la mujer acostumbrada al mando y a hacer imperar su voluntad. Era un perfecto tipo de la mujer altiva. Su palabra era fácil, correcta y nada presuntuosa, dominando en ella la ironía”.
“Desde aquella tarde encontré en Paita un atractivo, y nunca fui a tierra sin pasar una horita de sabrosa plática con doña Manuela Saenz. Recuerdo también que casi siempre me agasajaba con dulces, hechos por ella misma en un brasero de hierro que hacía colocar cerca del sillón.
“La pobre señora hacía muchos años que se encontraba tullida. Una fiel criada la vestía y desnudaba, la sentaba en el sillón de ruedas y la conducía a la salita.
“Cuando yo llevaba la conversación a terreno de las reminiscencias históricas; cuando pretendía obtener de doña Manuela confidencias sobre Bolívar y Sucre, San Martín y Monteagudo, u otros personajes a quienes ella había conocido y tratado con llaneza, rehuía la respuesta hábilmente. No eran de su agrado las miradas retrospectivas, y aún sospecho que obedecía a calculado propósito el evitar toda charla sobre el pasado”.
“Desde que doña Manuela se estableció en Paita, lo que fue en 1850, si la memoria no me es ingrata, cuanto viajero de alguna ilustración o importancia pasaba con los vapores, bien con rumbo a Europa o con procedencia de ella, desembarcaba atraído por el deseo de conocer a la dama que logró encadenar a Bolívar”[15].
Manuela Sáenz todavía no ha sido reivindicada como se lo merece. Pero ella se adelantó a su época y sentenció previsora:
“El tiempo me justificará”.
Notas
[1] Rumazo González, Alfonso, Manuela Sáenz, La Libertadora del Libertador, Almendros y Nieto Editores, Buenos Aires, 1945, segunda edición, p. 84 y 290 (Carta del 6 de mayo de 1834 al general Juan José Flores).
[2] Rumazo González, Alfonso, citado, p. 298.
[3] Castrilllón Arboleda Diego, Tomás Cipriano de Mosquera, Bogotá, 1994, Editorial Planeta, p. 289.
[4] Los diarios Perdidos de Manuela Sáenz y otros papeles, editorial La Iguana, Quito, 2005.
[5] BOUSSINGAULT, JEAN BAPTISTE, Memorias, Paris, 1892; Biblioteca virtual, Banco de la República, Bogotá, 2004, Tomo II, capitulo XII: http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/memov1/indice.htm
[6] Caicedo Bernardo J. En Lecturas Dominicales de El Tiempo, 31 de mayo de 1964
[7] Masur, Gerhard, Simón Bolívar, Instituto Colombiano de Cultura, 2 volúmenes, Bogotá, 1980.
[8] Moreno de Angel, Pilar, Santander, p. 433.
[9] Tovar Pinzón, Hermes, La batalla de los sentidos, infidelidad, adulterio y concubinato a fines de la colonia, Fondo Cultural Cafetero, Bogotá, 2004.
[10] Cacua Prada Antonio, Academia Colombiana de Historia, Bogotá, 2002.
[11] Cacua Prada Antonio, obra citada, p. 241.
[12] Villar-Borda, Leopoldo, Alberto Lleras, el último republicano, Editorial Planeta, Bogotá, 1997, p. 42.
[13] Moreno de Angel, Pilar, en Santander, Editorial Planeta, Bogotá, cuarta edición, 1990, p. 595.
[14] Rumazo, p. 226.
[15] Palma, Ricardo, Tradiciones peruanas, Aguilar, Madrid, 1964, p. 1132; Rumazo González, Alfonso, obra citada, pp. 302 y 303.
JAIME HORTA DIAZ, Notario Octavo de Barranquilla, Colombia
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Abogado, U. N., 1977. Derecho Administrativo (U. del Rosario, 1989), Legislación Financiera (U. de Los Andes, 1991) y Derecho de Seguros (U. Javeriana, 1995). Autor de MANUAL DEL DERECHO AL DEBIDO PROCESO Un enfoque sustancial del derecho procesal (Editorial Ibáñez, Bogotá, Calle 13 # 7-12, tel. 283-5194) y DERECHO ECONOMICO Y GLOBALIZACION (Librería del Profesional, Bogotá, Calle 12 # 5-24, tel. 243-3482). Nuevo: CRONICAS DE LA INDEPENDENCIA Verdad y mito de los Libertadores (Librería Ibañez, Bogotá).