REACCIONES DE ASISTENTES AL PANEL
 

DE EDGAR MONTENEGRO

PRECANDIDATO A LA ALCALDÍA DE BOGOTÁ

POR EL POLO DEMOCRÁTICO

 

Apreciado Luis.- Si, asistí con dos compañer@s, hubo

tres ponencias, dos de los historiadores defendiendo

el Bicentenario en 2010 -claro- y José Obdulio

Gaviria, fungiendo ahora de nuevo Historiador Oficial

del Reino, eludiendo el debate a través de habilidades

como "no hay problema, hacemos también otra

celebración el 20 de Julio, no faltaba mas" que no

deja de ser una suerte de minimización del debate

planteado .. y su visión Colombia 2019 .. como tuve

oportunidad de decir después, limitada a esa economía

que maltrata territorios e invisibiliza a los pueblos

y tan estrechamente comercial como puede esperarse de

las obsecuencias con el TLC. Para nada el desastre

ambiental, nuestro entorno andino o el carácter

continental de aquella gesta tan pertinente para el

prospecto de una Generación del Bicentenario, ejemplo

con los bachilleres y profesionales que entre 2010 y

2019 -en Colombia- y entre 2009 y 1824- en América se

estén graduando. En fin, el contraste fue útil,

pienso.

 

Tocó forzar un poco esos protocolos tan propios del

mundo académico, porque no iban a permitir las

preguntas- pese a que era un panel y la asistencia

reducida a -me parece- estudiantes y maestros de las

Facultades de Historia de dos Universidades (Javeriana

y el Rosario). No he recibido la relatoría, aunque

pienso pasar lo Academia los primeros días de la

semana próxima.

 

El punto muy positivo -de éste asunto- es que pude al

otro día hablar con el Maestro Carlos Gaviria,

entregarle el folleto que sacó la Academia Colombiana

de Historia con unas ponencias a propósito de su

actual esfuerzo -que allí repartieron- y -pienso- que

tiene un genuino interés en el tema para que el PDA

asuma esa suerte de Campaña necesaria, no solo como

una celebración puntual sino como el proceso en el

cual tanto haz(emos) insistido y por su carácter

continental. Quedamos de retomar el tema en pocos

días, como sabrás ando muy ocupado con ésto de la

precandidatura y él -ni hablar- debía al otro día

viajar -de nuevo- a Europa. Seguimos en contacto.

 

Con mi saludo,

 

EDGAR

 

DE MARÍA PAULA EN WWW.EQUINOXIO.ORG

 

EL BICENTENARIO SEGÚN JOSÉ OBDULIO

 

Estancias > Salón comunal
Por: María Paula

 

Artículo publicado en Equinoxio.

 

Tomado de: http://www.equinoxio.org/estancias/el-bicentenario-segun-jose-obdulio-1199/

 

 

16 de abril de 2007

A finales del año 2005 surgió el comité bicentenario José Manuel Restrepo, organismo que tiene como objetivo crear planes de investigación promovidos para la divulgación del conocimiento histórico. La semana pasada el comité convocó al panel ¿Qué celebrar?, cuya función era debatir cuándo y por qué se debe celebrar el bicentenario de independencia, si en el 2010 o postergar la celebración del triunfo militarista al 2019, como lo propuso el documento del actual gobierno y Planeación Nacional llamado Visión Colombia II Centenario. Para discutir esto, se presentaron en el Museo Nacional tres panelistas: dos historiadores (Medólfilo Medina y Margarita Garrido) y nuestro querido amigo, el asesor presidencial José Obdulio Gaviria.

En el debate Margarita Garrido defendía como punto de flexión para la independencia el año 1810, no sólo por estar marcado por unos antecedentes (como las revueltas de los comuneros), sino porque intelectualmente marcó el rompimiento definitivo con España. La historiadora echaba toda esta carreta, mientras José Obdulio mascaba su esfero mirando al público estratégicamente, mirada que podría describirse como una de talante valegüevista, que no podía ser más coherente con su personalidad. Mientas tanto, supongo que Margarita pensaba en lo que ella misma había escrito en el cuadernillo que nos entregarían a la salida sobre el debate, en el cual manifestaba su molestia ante la propuesta del gobierno, es decir, ante su desconocimiento sobre los procesos políticos y sociales del país y sobre todo ante una afirmación bastante dudosa del gobierno: “por razones que es difícil precisar, los departamentos de ciencia política e historia de las universidades colombianas han reemplazado erróneamente la historia política por la historia de la violencia”. Sería interesante ahondar en qué se basa el gobierno para cuestionar la legitimidad de estos programas universitarios, ya que más que una preocupación, la afirmación pareciera ser tan sólo una de las rabietas del presidente Uribe.

 

Tras la intervención de Margarita, vendría el “aporte” de José Obdulio, quien defendió la celebración del bicentenario en el 2019. Su ponencia fue algo prudente, pues según él seria importante también rememorar 1810. Sin embargo, el Goebbels paisa hacia énfasis en la celebración del 2019, pues se preguntaba cómo no rememorar a alguien que le “encantaba montar a caballo y disparar en nombre de la patria” (hágame usted el favor), refiriéndose al libertador, Simón Bolívar, y las batallas que libró y que sacaron a los españoles definitivamente de nuestro país.

 

Asimismo, como buen asesor de un populista, no dejó de hablar de las metas del bicentenario para el 2019. Se refería a una celebración militarista celebrada en un país que a futuro sería como el modelo chileno actual (es decir, falta mucha gente por “quebrar”). Medófilo ironizaría más adelante sobre estas metas, que fueron presentadas imaginando una cuarta reelección. Definitivamente parece ser que la “salvación” que ocurrió en 1819 con Bolívar se “repetirá” en el 2019 con Álvaro Uribe Vélez. Al respecto, Medófilo Medina, quien pasó de tercero, argumentaba sobre la gravedad que podría significar la celebración como abuso de la memoria. Propuso además la importancia de un estudio completo de ejército libertador, desde estudiar la logística del mismo hasta su composición social.

 

Ahora bien, debido a que los panelistas terminaron antes del tiempo, el público propuso una ronda de preguntas. La primera pregunta era para Obdulio, pero… ¡Oh sorpresa! Obdulio no estaba en la mesa. Bajaba las escaleras para salirse del recinto; la pregunta lo cogió in fraganti en su intento descarado de escape. Se le aclaró que la pregunta era para él, la respondió en las escaleras de manera breve y desdeñosa y siguió su camino hacia la salida, mientras algún comunista que portaba un antifaz gritaba que no era un “comunista disfrazado”. La huida de José Obdulio marcó el fin del debate. Su presencia marcó de paso un estilo, irrefutablemente “democrático” (según, claro, la concepción de “democracia” del actual régimen).

 

Seguidamente vino un desfile de preguntas triviales, de las cuales habría que destacar la de algún otro mamerto desesperado (e insoportable) que demandaba angustiado saber por qué a Bolívar las elites santafereñas le decían “el general longaniza”. Otro quería desesperadamente saber cómo iban los historiadores a tapar el bache que hay entre la academia y el público en general, lo cual fue quizás lo único rescatable de la participación del público; sólo que los demás, preocupados por derrochar conocimiento, no se dieron cuenta. Lo otro que salvaría la tarde fue un elegante apunte de Medófilo Medina, que señalaba que quizás la preferencia gubernamental por la fecha de 2019 para celebrar el bicentenario se debía a una cuestión estética: su “gusto por lo ecuestre”.

 

Al salir del recinto surgieron varias dizque reflexiones respecto a la cuestión de la separación abismal que hay entre academia y el público en general. No porque se considere tan importante debatir el sentido de lo que pasó hace 200 años mientras la gente se muere de hambre (digo, cuando no la están matando a bala, o desplazando, etc.), sino porque en sí misma la conferencia fue un ejercicio inútil: tres profesores de historia y un abogado hablando en un panel sobre el significado de la independencia, ante 100 académicos ¿Cómo le interesa eso a la gente común, más en un país de amnésicos terminales como este? Nadie niega que el tema no tenga importancia, pero el autismo de la academia queda demostrado una vez más.

 

Medófilo Medina trató de responder la pregunta “¿Para qué los académicos escriben ensayos sólo para que lo lean otros académicos?”. Lo que también debió preguntarse es para qué se hacen conferencias de académicos sólo para que otros académicos vayan a oírlas. No podría creerse poder resolver la primera pregunta sin responder a la contradicción que implica la segunda. Por otro lado, ¿le importa a toda la gente del común hablar de en términos de nación? ¿Forma parte de su identidad? Estas son preguntas que quizás debieron replantearse antes del panel y desde siempre, aunque a nadie realmente le importe, especialmente al cerebro de la propaganda de Palacio.

*La autora es la dueña del blog Comentarios varios.

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