EL CARNAVAL DE RIOSUCIO. REPRESENTACIÓN Y TRANSFORMACIÓN DE IDENTIDADES*
Por Sol Montoya Bonilla
Antropóloga de la Universidad de Antioquia
Hasta hace muy pocos años, sobre el carnaval de Riosucio habían pensado, hablado y escrito -sobre todo- los hijos de la tierra: los protagonistas del carnaval. Y para hablar de él, sus palabras y pensamientos volvían a revestirse de sentimiento puro y de pasión. El carnaval era descrito con las entrañas, a borbotones y con una profusión de adjetivos insuficiente para contener la vida que quería volver a estallar en la palabra escrita. Esto es bastante comprensible si consideramos que a los propios carnavaleros les interesaba menos analizar o explicar su fiesta que revivirla y recrearla a su modo.
Sólo desde hace pocos años se han acercado a este carnaval profesionales de las ciencias sociales y humanas como historiadores, antropólogos y sociólogos que intentan entenderlo y explicarlo poniéndole sustantivos, es decir, categorías y conceptos para desentrañar su compleja dimensión humana y cultural.
El libro que hoy les presentamos a ustedes, lectores universitarios y profesionales de las ciencias sociales y humanas de la región, pone el acento ahí, en las categorías y los conceptos, sin relegar los sentimientos que las fiestas suscitan en todos nosotros. Y ésto también es comprensible, porque en los recintos de la academia, donde se gestó este libro, se experimenta una profunda necesidad de comprender los sentidos y significados que poseen las acciones humanas: nuestras propias acciones.
Por eso fiestas como ésta causan tanta curiosidad en académicos e investigadores. Porque todo aquello que en Riosucio se vive cada dos años, lo que se, se versifica y desenmascara hace parte de los escenarios de la vida humana; porque el carnaval cuenta cómo se vive y qué significan la vida y el universo; porque este carnaval le da sentido al mundo desde el universo local de furias y dramas, de pasiones y contradicciones.
Los investigadores sociales saben que para empezar a comprender los significados de la vida humana y de la cultura es necesario equilibrar las distancias: no acercar mucho la lumbre porque se quema al santo pero tampoco alejarla tanto que no lo alumbre. Esto lo expresa mejor el antropólogo argentino Alejandro Grimson cuando dice que “para comprender una cultura cualquiera resulta necesario adoptar una actitud relativista. Es decir, comprender a los otros en sus propios términos sin proyectar nuestras propias categorías de modo etnocéntrico. Al mismo tiempo resulta imprescindible tomar distancia de nuestra propia sociedad para estudiarla y comprenderla. Es decir, es necesario familiarizar lo exótico y exotizar lo familiar”.
Una publicación como ésta ofrece una nueva mirada del carnaval desde la perspectiva de alguien como Sol Montoya, que siendo de aquí ha estado muchos años por fuera y que dotada con lentes y mirada antropológica, juega ahora el juego de las distancias: a alumbrar sin quemar el santo. Por eso, porque les devuelve la imagen de su carnaval y porque es el resultado de establecer una distancia necesaria, este libro será bien recibido por los propios protagonistas del carnaval de Riosucio.
Pero, cómo se ha estructurado este libro y como realiza su autora este nuevo viaje a las entrañas del carnaval de Riosucio ?.
En la primera unidad (Antropología teatral) se encuentran los ejes conceptuales o ruta que guió la investigación que sirvió de base a este libro. La autora busca entender el carnaval de Riosucio dotada críticamente de tres conceptos y dos categorías generales. Los tres conceptos de procedencia antropológica son el ritual, el mestizaje y el carnaval. Y las dos categorías son la representación y la transformación, las cuales cuentan con un nicho de tiempo atrás en las ciencias sociales y en la antropología teatral. La transformación; en este caso, es el proceso de endiablamiento de los participantes.
La segunda unidad (El carnaval de Riosucio) relata el nacimiento de la fiesta inscrito en los orígenes del poblado. Y describe el avance del proceso de transformación que se produce en los actores, a través de las referencias a la estructura de la fiesta en dos momentos diferenciados el precarnaval y carnaval o fiesta en sí.
La tercera unidad (“Proceso etnográfico”) se adentra en el significado de las cuadrillas consideradas como la actividad mas importante del Carnaval. Retoma una muestra de 7 cuadrillas del carnaval de 1997, y produce un doble acercamientos . De un lado, le presenta al lector algunos cuadrilleros y hacedores de máscaras y de disfraces, actores de carne y hueso del carnaval, sus historias, sus imágenes y sus palabras y del otro, la investigadora hace presencia en el texto relatando algunas de sus experiencias durante ese mismo carnaval.
La cuarta y última unidad es un exordio sobre la identidad y la alteridad. Plantea allí cómo la transformación que se opera en Riosucio para el Carnaval conduce a la otredad , entendida ésta como la esfera espiritual no cotidiana que hace parte de la misma cultura y conduce a la mismidad . Define el carnaval como el comentario y la reflexión de la cultura sobre sí misma y esta reflexión se produce y se renueva a través de la escenificación que la comunidad realiza periódicamente de los acontecimientos locales, regionales y nacionales.
La publicación de “El carnaval de Riosucio. Representación y transformación de identidades” de la antropóloga Sol Montoya Bonilla es la culminación de un proceso de investigación que comenzó hace ya varios años y presentárselo hoy a ustedes es motivo de alegría y de satisfacción para el Instituto de Estudios Regionales. Es la realización de un sueño en común que apoyó el soñador Hernán Henao y que en la actualidad promete nuevos frutos a través de los grupos de investigación Rituales y construcción de identidad.
María Teresa Arcila
Medellín, julio 29 de 2004
* Este libro puede consultarse en la Biblioteca Municipal “Otto Morales Benítez”
de Riosucio.